¿tiene perdón está prosa?

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Entonces pensé:
Qué podría hacer con este incendio en mis manos , con mi fuego,
tu
fuego,
quemando.

El mundo está lleno de gente,
de filitas de gente transitando por esos caminos que yo mismo he caminado,
atravesando esas puertas tan tentadoras,
Tan cerca,
tan rota
de acercar la manilla
de girarla y abrir
entregándome violentamente al deseo
de no desear
Despedirse de el peso del cuerpo
y de la gravedad.

Pero el libro que tenía en la mano,
Las páginas que habitaban en mí,
En mi corazón,
me prometieron alas y le creí.

Aún a día de hoy sigo creyendo
en el libro
y en el autor
porque no hay nada más lindo que interactuar con autores de libros,
que creer en autores de libros,
Que mirar con el ojo omnisciente,
Que cantar sobre la autoría,
Que anhelar un corazón consumidor.

el vacío existencial y la nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora