Alas

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Dicen que la pluma es más poderosa que la espada y, ante cualquier objeción o queja que se te pudiera hacer, que te quede claro que escogiste la mejor de las armas, porque en la lista de quiénes perdiendo la guerra, caballeros muchos, poetas ninguno.

Y debí haber pensado en eso antes de abrir este libro porque cada vez que lo hojeo, sus hojas me cortan los dedos y el rostro como máquinas de afeitar.

Antes de dejarte escribirme sobre el cuerpo

para dejarme tatuados tus cuentos.

Pensé que pasado un día se borrarían
Pero en mi piel seguían
Ni tinta indeleble ni henna

Eran auténticos tatuajes hechos con tu tinta de morfina, heroína y anestésicos varios, por eso no dolía cuando me lo hacías

Por eso me hice adicta a tu pluma

Y vulnerable a ella.

Tampoco hay que jugar con fuego.

Eso tampoco lo pensé con este fuego interno, cuando se salga de control seré barricada en medio de calles que buscan ser libres.

De momento te dejo encender en él todos tus cigarros, solo procura hacerme un pirograbado apagandolos contra mi pecho.

Usable,

pero desechable

Procura botarme

Cuando esté bien apagada

Así yo me reciclo

Y ya no quemo nada.

el vacío existencial y la nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora