Club Tres (NejiTen)

Liebre

Despertó y vio el reloj de la pared, iban a ser las 5 de la mañana. El hombre a su lado dormía plácidamente, de las 3 veces que había tenido relaciones con él era la primera vez que se quedaba a dormir, todo gracias a la idiota idea de su jefe y al odioso ser con el que había tenido que compartir esa semana, porque había estado los últimos fines de semana metida de lleno en ese maldito caso de su trabajo que cada vez detestaba más. Especialmente porque creía que los herederos del mal sabían desde el principio en qué la estaban involucrando, pero lo habían ocultado para que de esa forma ella lo tomara creyendo que sería algo sencillo. Aborrecía que la gente con dinero creyera que podía disponer de los demás a su antojo.

Pero bueno, ya tendría tiempo el lunes para enfocarse en su trabajo de nuevo. Se levantó de la cama y fue al baño, observando su imagen en el espejo, al parecer ese hombre le dejaría un nuevo chupón en cada encuentro, el de esta vez estaba junto a su ombligo. Y bueno, ella había dejado un par de rasguños en su espalda, estaban a mano. Masajeó un poco su cara, sentía un poco adormilada la zona que cubría la máscara, hizo gárgaras con el enjuague bucal y de uno de los cajones sacó unas mentas. Poniéndose unas en la boca antes de regresar a la cama con un plan en mente.

Se quedó de pie al final de esta, levantando la manta lo suficiente para poder meterse debajo y con movimientos lentos empezar a subir, depositó un beso arriba de su rodilla y no hubo reacción, así que subió un poco más y dio otro, lo escuchó decir algo inentendible en sueños, escaló más, dando otro en el hueso de su cadera y esta vez la reacción fue un suspiro mientras cierta parte de su anatomía se sacudía ligeramente, al menos estaba despertando una parte de él.

Con suavidad tomó su miembro en la mano y se lometió a la boca, empezando a succionarlo. Él elevó su cadera de formaautomática, quitando la manta que la cubría, su erección se estaba endureciendorápido. Lo sacó de su boca solo lo suficiente para soplar un poco y él tiritóal tiempo que gemía por el efecto mentolado. En momentos así le gustaría que lamáscara dejara ver los ojos, pero era muy fácil reconocer a alguien de esaforma y por eso los dueños del club no lo permitían. Volvió a lamerlo un pocohasta que él la levantó por los hombros y la volteó en la cama, tocándola sololo suficiente para comprobar que estaba muy húmeda y penetrándola de una vez deun solo movimiento.

Azor, vaya nombre ridículo. Probablemente algún pomposo fanático de la cetrería o del avistamiento de aves que si ella se cruzara por fuera no miraría dos veces, pero era bueno en la cama y eso era lo que le importaba al pertenecer al Club. Arqueó su espalda mientras cruzaba las piernas detrás de su cintura, le estaba rozando el punto exacto y no podía contener sus propios gemidos, gritando al ser invadida por su orgasmo. Y lo mejor es que él no estaba ni cerca de terminar, hizo que descruzara las piernas y se las puso en los hombros, inclinándose hacia ella para besarla sin dejar de embestirla ni un segundo. A ese paso pediría que le reservaran esa estúpida ave el resto del mes o hasta que su caso terminara.

Se había vuelto a dormir cuando terminaron, despertando nuevamente para levantarse de una vez cuando pasaban las 9, buscando su bata para ponérsela. Estaba terminando de anudarla cuando sintió que la observaba.

- Las pequeñas liebres no deberían despertar así a los depredadores

- Eso es porque también me gusta cazar... me iba a llamar Zorra, pero ya estaba ocupado los dos rieron

- ¿Te veré el viernes?

- Sí, y conoces las reglas. Haz la cita

Salió de la habitación por su puerta designada, tan pronto esa puerta estuvo completamente cerrada sonó un pequeño chirrido que abría el cajón en el que estaba la llave de la máscara, como si ella necesitara tal cosa. Se la quitó y pasó los dedos por su cabello para desenredarlo ligeramente, tomó una ducha antes de vestirse y se fue a su departamento queriendo dormir el resto del día.