Marcada

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La semana le parecía completamente eterna, por lo tanto no podía creer que apenas si era miércoles. Lo peor es que todavía estaba refunfuñando internamente por su noche de viernes perdida y rogando que el nuevo viernes llegara pronto.

- Creí que tu teléfono funcionaba perfectamente — ella había hecho una pausa y estaba revisando sus mensajes, entre estos tenía uno del Club, Puma pedía verla el domingo, la última vez que lo vio fue casi 3 meses atrás, el hombre iba a salir del país y prometió buscarla al regresar, rechazó el encuentro y borró el mensaje, en ese momento llegó otro ni siquiera se molestó en leer de que afiliado era antes de negarse y eliminarlo también

- Ah sí, mentí — se encogió de hombros — no quiso volver a prender

- ¿Y lo cambiaste por ese modelo?

- No estaba dispuesta a pagar más, metete en tu propia vida Hyūga — buscó su billetera en el bolso — voy a salir

- Cuando regreses pide estos registros — le entregó una nota, exhaló con pesadez, ¡perfecto! más trabajo. Buscó el número, guardado simplemente como "Kankuro S 2" y le marcó después de comprar un té

- ¿Aló? le contestó al segundo tono

- Soy yo, necesito un favor

- Yo también estoy muy bien, gracias por preguntar

- Lo siento, tengo un caso grandísimo y horrible

- ¿Estás comiendo?

- Sí Zorro... soy una liebre juiciosa y tengo mis zanahorias en el bolso

- Esos son los conejos hizo un ruido exasperada — ¿en serio estás comiendo o tendré que ir?

- Sí, en serio

- Lo comprobaré en tus exámenes, que por cierto son en un mes

- Lo sé... respecto al favor

- ¡Ah sí! esta es mi línea profesional fingió toser al otro lado de la línea Club Tres, habla el director ¿en qué le puedo colaborar?

- Necesito cambiar la disponibilidad de tiempo

- Sabes que eso se hace en persona, debe estar escrita en tu puño y letra. Rechaza las citas y ya

- No puedo estar muy pendiente del celular todo el tiempo para estar borrando los mensajes ¿Por favor?

- Tú misma lo estipulaste así — ella no contestó — está bien, pero es la última vez que te hago este tipo de favores

- Eso me dices siempre

- Algún día lo cumpliré, ¿qué días te dejo?

- Solo los viernes en la tarde, ¿Temari te dijo lo de las máscaras?

- Sí, desde mis tiempos no dormías en las instalaciones y nadie más se ha quejado de eso

- Creo que es porque soy la única que conoce a los dueños

- Bien, lo anotaré en mi lista de cosas por hacer

- Tú no tienes una lista de cosas por hacer

- Lo sé... intentaré mejorar la tuya de alguna forma pero no te la vayas a quitar como hacías conmigo

- Nunca lo hago... Gracias

- Llámame un día de estos a mi otro número, tengo que colgar — Kankuro no esperó que ella le contestara

En su época en los juzgados, entre el volumen de trabajo excesivo y sus clases solía llegar tarde a su vivienda y no siempre alcanzaba a cocinar, cuando solo era asistente su sueldo le dificultaba comprar almuerzo por lo que directamente pasaba de largo solo con un té o alguna comida de paquete y desafortunadamente le quedó el mal hábito, cuando se veía sobrepasada de trabajo su estómago se cerraba y podía no comer nada desde que salía de su casa en la mañana hasta que regresaba sin importar la hora. Kankuro lo descubrió porque perdió un par de kilos en uno de sus primeros casos cuando ya había ascendido a defensora, desde entonces cada vez que la veía demasiado estresada con su trabajo, se aparecía directamente en su oficina para sacarla casi a rastras y de esa forma hacer que comiera. Desde que habían terminado solo lo tuvo que hacer 2 veces y esperaba mantenerlo así, aunque su convicción no era muy fuerte, era casi mediodía y ya tenía un té en la mano.

Club Tres (NejiTen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora