Capítulo uno

7.1K 454 99
                                    



 (Nota de autor: ¡Gracias por los likes! No saben cuanto me motivan, y mucho más sus comentarios.)














El loft había quedado en silencio, solo escuchaba el retumbar profundo de su corazón tratando de sobrevivir ante la tristeza que inundaba al humano, él se quedó solo en aquel espacio que, a pesar de ser tan amplio, comenzaba a causarle claustrofobia. Estaba dispuesto a marchar rumbo a las afueras del Loft, pero la sensación fría de tener algo en sus manos hizo que sus orbes whisky observaran el ramo apretujado que sostenía. La rabia se apoderó de él, y con un grito frustrado, que soltó sabiendo que no había nadie que lo oyera, arrojó las rosas contra la pared, estas se separaron del tallo apenas el golpe surgió, desparramándose delicadamente hacía direcciones opuestas mientras caían suavemente sobre el suelo. El pecho de Stiles subía y bajaba mientras trababa de controlar su respiración pesada, las lagrimas no cesaban, el intentó dar el primer paso, y solo consiguió la humillación de su destinado. Era lógico, no llevaba una buena relación con él, las conversaciones que tenían rara vez eran amistosas, acababa empotrado contra una pared por el poco manejo de control que poseía el lobo cuando su personalidad exasperante hacía presencia. Pero, a veces...cuando las estrellas se alineaban y ambos tenían un buen día, podían congeniar como ningún dúo, en las batallas, se ayudaban mutuamente como una verdadera manada, el usando su valentía e inteligencia y Derek sus conocimientos y fuerza lobuna, muchas escenas cautivadoras llevaron a Stiles a enamorarse del moreno, como cuando descubrió lo roto que estaba por dentro, y que a pesar de todo lo malo el era un osito de peluche en el fondo...muy, muy en el fondo. El castaño debía suponer que no era del tipo que Derek le gustaría tener como pareja, teniendo en cuenta que aquel lazo los uniría para siempre si se presentaba la oportunidad de completarlo, esta demás decir, que el mayor era heterosexual, uno con unos gustos impecables, lástima la mala elección de carácter.

Era inútil tratar de secar sus lágrimas, procedió a dejar todo como estaba, no había hecho mucho desastre, estaba seguro de que el Alpha podría limpiarlo cuando volviese, esa era la venganza de Stiles, al menos podría enojarlo un poco por lo que había hecho. Por horas, caminó sin rumbo por las calles desiertas de Beacon Hills mientras ocultaba su desecho rostro con la capucha de su sudadera rojiza, el sol se ocultaba, sin embargo, no tenía prisa...le hacía bien estar solo y sin compañía, así evitaba preguntas incomodas y una explicación que no quería dar. Su celular comienza a vibrar dentro del bolsillo de sus pantalones, la pantalla brillaba dejando ver el nombre gigante con el que había agendado al individuo.

—Scotty—saludó, agradecido que su voz saliera normal, después de aquellos gritos temía haberse quedado afónico.

—Amigo, no podré ir a tu casa hoy—habló apenas escuchó la voz de Stiles.

—¿Qué? —Lo había olvidado, ese día él y Scott tendrían una noche de películas como cada diez del mes, como un aniversario mensual. Desde que tenían trece años cumplían con aquel contrato no hablado, esta era la primera vez que no se podría.

—Ah estoy...aguarda un segundo—Susurró del otro lado de la línea—Debo hacer un proyecto importante con Kira, estoy en mi casa. Disculpa amigo, si hay una emergencia no dudes en llamar. Adiós—cortó la llamada sin dejar que Stiles le respondiera.

Die rooi voogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora