Capítulo siete

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Dedicado a mi reciente seguidora lovecanay ¡Gracias!


[ Notifico que abrí un nuevo Instagram para interactuar con ustedes, si gustan pueden ser parte de la familia ladydoryautora]



—Pueden pasar—indicó mientras se hacía a un lado y con su mano trazó una línea horizontal en dirección a los chicos, dejando ver el campo de fuerza que parecía desaparecer dejando tras de sí burbujas trasparentes con matices de los colores del arcoíris. El humano paso la línea inexistente de la barrera, decidiendo no prestar mucha atención al gran acto de presentación que Emilia decidió dar y se acercó a ella, mientras que el chico venado miraba maravillado los rastros de lo que era la barrera, un pequeño ruido proveniente de la mujer hizo que le prestara atención, le estaba haciendo señas para que se acercara y dejara de estar tan lejos—Es mejor que estes de este lado cuando la barrera vuelva a aparecer, podría cortarte a la mitad, es tan filoso como la hoja de una espada.

—Bien—murmuró, ignorando el escalofrío repentino que recorrió por su espina al imaginarse tal catástrofe. Paso la línea tan rápido como sus piernas lo permitieron, y se acercó a Stiles, quedando detrás de él, no le gustaba mucho la mujer de su misma especie, era muy...tétrica para su gusto.

—Tardaron mucho, incluso había preparado la habitación de invitados, pero veo que no será necesaria...o tal vez si—acotó, sin dirigir su mirada a ningún lugar en particular, pero sus palabras envolvieron la mente del ciervo. Se adentraron a la cabaña quedándose sorprendidos al ver que el tamaño de esta era considerablemente más grande que el exterior, y tan solo estaban en el comedor. Si daban siete pasos, chocarían con una amplia y rectangular mesa de roble, acompañada por diez sillas del mismo material ubicadas en su lugar correspondiente, quedando de manera ordenada y armoniosa en medio del comedor, si bien la cabaña era amplia, no habían paredes que actuaran como divisores de ambiente, por lo que la sala de estar y el comedor estaban unidos, y la encimera gris atravesaba el comedor como divisor entre la cocina y este, quedando la parte que sobraba solo un cuarto que era ocupado por los electrodomésticos necesarios para que fuera cómodo cocinar, incluso la decoración era hermosa, lámparas redondas colgando arriba de la larga encimera, haciendo su trabajo a la perfección e iluminando todo el sector estéril, y así como en la cocina, arriba de la mesa también se situaban tres lámparas flotantes que a pesar de ser modernas quedaban muy bien con la decoración rustica que implicaba tener una cabaña. A un costado se encontraban las escaleras, que llevaban al piso de arriba, pero una puerta impedía que cualquiera de los dos pudiese ver lo que se escondía detrás y la mujer, Emilia, no parecía querer llevarlos allí, así que Stiles tuvo que guardar su curiosidad en el fondo de su mente y seguir a la mujer hacía la mesa rectangular—¿Él puede escuchar nuestra conversación? —preguntó señalando al chico, Stiles lo miró y asintió con la cabeza, de todos modos el adolescente tenía un oído muy refinado, iba a ser innecesario.

—No hay problema. Sera mejor que comencemos. —Aclaró mientras se acomodaba en la silla y le daba una mirada a la mujer que tenía ahora en frente de él.

—Bien...aquí me tienes, quiero aclarar que mis servicios no son gratis, por esa vez, dejémoslo en un intercambio de conocimientos, la próxima pediré algo diferente y obviamente lo mismo ocurrirá en viceversa, si les parece bien—aclaró apoyando las manos en la mesa, mientras esta vez, miraba a ambos chicos.

—De mi parte no hay problema, aún que, a Lucas, como te mencione por teléfono, lo ayudé en una situación complicada para él, no estaba planeado que el viniera a la consulta, pero si tiene una duda lo dejo todo en tus manos, de todos modos, son de la misma especie. Volviendo a la razón por la que estoy aquí es...por el tema de las almas gemelas.

—Es un tema hermoso, dime más—acotó mientras apoyaba su cabeza en las palmas de su mano y sonreía con nostalgia.

—Tengo un alma gemela...a pesar de yo ser humano, y hasta ahí yo puedo entender todo a la perfección gracias a lo que el druida de la manada a la que yo pertenezco me dijo, pero hay un pequeño dilema en todo esto, Derek...el chico con el que tengo el vinculo de apareamiento, no me acepta o no reconoce que soy su soulmate. —Mira directamente a Emilia, no sentía ganas de ver la cara que pondría Lucas ante el nuevo descubrimiento que tenía de él, por que era algo muy penoso.

—¿Qué? Dios mío, al parecer tenemos a un negador en este caso. Entiendo lo que quieres decir, seguro tiene pareja...y por el nombre es un hombre ¿tal vez es homofóbico? —preguntó frunciendo el ceño, el chico delante de ella era una belleza, menor de edad, pero seguía siendo una belleza digna de admirar...cabellos castaños, ojos almendra tan brillantes como las estrellas, una piel lechosa llena de lunares como si de constelaciones se tratase, salpicaban su rostro y cuello como si un pintor utilizara su dedo en el pincel para dar los últimos retoques. Era bello, no lo iba a negar, estaba ensimismada con su belleza, y más con su intelecto, él era el humano que corre con los lobos, no es poca cosa. Stiles negó, Derek no era esa clase de persona, pero si era de las que negaban sus sentimientos y se cerraban en un caparazón indestructible y generaban alrededor las grandes murallas impenetrables, ese era Derek.

—No, solo no quiere abrir los ojos y descubrir algo que ya sabe, y la última vez que hablamos frente a frente...el me rechazo, y desde ese momento siento un dolor en el pecho que arde y duele cada vez que tengo recuerdos de el, y siento que me mata. No estoy buscando una solución para que el me ame como yo lo he hecho desde que lo vi en el bosque cuando nos conocimos, no. Yo busco parar con todo esto...cortar el lazo definitivamente.

Die rooi voogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora