Capítulo once

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Después de millones y millones de años, puedo afirmar con seguridad que...¡He vuelto!

Puede que haya pasado más tiempo del que tenía planeado aquel descanso que inicie en ABRIL, dios mío, me perdí por completo. Sin embargo estoy devuelta y con una larga historia por seguir, cambiando de tema, estuve viendo en mi computadora mucho movimiento con esta historia, así como comentarios, votos, y guardados en biblioteca, entonces decidí investigar y en datos demográficos me afirmaron que mi publico más creciente, en su mayoría, se encuentra en Mexico, así que quiero agradecer mucho a este y a los demás, como Chile, España, Argentina y muchos otros que se animan a leer esta humilde historia. Muchas gracias por la espera, lo recompensaré con actualizaciones seguidas con un tiempo de descanso corto para que puedan disfrutar de una lectura seguida y fresca. Gracias! Hoy no hay mención por que es el primer capitulo en meses, pero luego me fijo de los nuevos seguidores y les doy la bienvenida a este mundo literario. 

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 El letrero de bienvenida le dio miles de sensaciones, pero ninguna agradable, el cartel claramente no había cumplido correctamente su función, el no se sentía bienvenido en Beacon Hills, ni por el pueblo ni los habitantes. Detrás suyo se escuchaba el tintineo de los frascos con sustancia viscosa moviéndose a la par de los baches que Stiles se llevaba puestos por no estar prestando total atención al camino, tranquilamente podría ser el quien atropelle a otro bambi si seguía así, por lo que agitó su cabeza en busca de espabilarse y dejar de escuchar ese tintineo que solo hacía que dudara más de las decisiones que podría tomar más adelante. La ruta era directa al centro del pueblo, pero el doblaría antes para ir a su casa, que no estaba extremadamente lejana a el centro, pero tampoco era una zona tan poblada como otros sectores. Suponía y rezaba por que su padre se encontrara trabajando, aún que por los horarios y el día, era obvio que si, si es que no se lo habían cambiado mientras el estuvo fuera. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando en automático aparcó frente a su casa, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llegando a su hogar hasta que frenó el auto, miró para sus costados sonriendo cuando confirmó la ausencia de su progenitor. Echó su pelo para atrás abriendo la puerta del jeep, escuchando ese característico chirrido que creaba la chatarra cuando se deslizaba hacia afuera, sus ojos wiski escanearon con precaución sus alrededores antes de decidir que era una zona lo suficientemente segura como para poder relajarse un poco y dirigirse a su casa con la caja en sus manos. No había dormido bien en toda la semana, y aún persistía en su pecho el dolor a rechazo que la manada le generaba, según Emilia, todo aquello era a causa del vinculo que aún mantenía con sus amigos y Derek, y que una vez terminara el tratamiento con los frascos, ese dolor se iría al igual que los lazos que los mantenían, de alguna forma, unidos. 


 Un calor se había instalado en su pecho aquella mañana, justo al despertar. Se encontraba solo en el pequeño desorden que consistía su loft, aturdido y desorientado por esta nueva sensación, prendió su teléfono para ver si alguien de la manada le había enviado un mensaje advirtiéndole sobre alguna nueva amenaza, pero se sorprendió al encontrarse con su bandeja de entrada totalmente vacía "extraño" pensó. El calor en su pecho no era por peligro, era por algo más...¿Stiles? No lo creía, el castaño no había dado señales de vida desde aquella llamada, y por como era el, y por como había terminado su última charla cuando estaban frente a frente, era obvio que no iba a aparecer por un largo tiempo. Eso lo frustraba, el era Derek Hale, su madre lo había criado para ser un buen hombre lobo,  querer a la pareja que le tocara al igual que ella lo hacia con su esposo y padre del ojiverde, pero las circunstancias de la vida, ser utilizado, el fuego, la muerte de casi todos sus familiares, la muerte de su hermana a manos de su tío, quien había resucitado y vivía como si nada a unos cuantos kilómetros lejos, intentando seducir al padre de su pareja destinada, eran cosas que la vida había puesto en su camino, y al final de todo ese desastre, el había olvidado las enseñanzas que alguna vez le dejo su madre, por ese pequeño sueño del que aún se mantenía aferrado de poder tener una pequeña familia nuevamente, para sentir el calor del hogar al entrar a su casa, y ver a sus pequeños mini Derek correr de un lado a otro mientras su esposa y pareja de vida refunfuñaba por el mal comportamiento de sus primogénitos, ese era el sueño fallido del moreno, que había cegado desde el momento que se dio cuenta que el, el fastidioso Stiles Stilinski, un castaño de pelo desordenado, piel lechosa con miles de estrellas impregnadas en su piel, con mirada otoñal que brillaba cuando lo veía, sarcástico como ninguno, era su pareja...un hombre. En su mente no pudo aceptar aquello, por esa y mil razones más no quería aceptar la realidad que tan simple que le parecía tonto no darse cuenta de ello antes, Stiles era para él, y él era completamente de Stiles, se complementaban hasta en la cosa más tonta que incluso parecería rebuscado, pero no...la Diosa Luna no se había confundido con ellos cuando los unió, había sido él, el idiota que dejo escapar de sus manos el privilegio que le había sido otorgado. Pero se había decidido, le importaba una mierda no tener hijos, o renunciar al mundo si eso significaba que el castaño volviera a posar sus bellos ojos en el, que le perdonara por ser un completo idiota malhumorado, que fueran solo ellos dos contra el mundo, Derek dejaría todo, y de eso recién se daba cuenta.

 El sonido de llamada comenzó a resonar por las descuidadas pareces del edificio, sacando de su ensoñación al moreno, que no había parado de tocar su pecho de forma ansiosa, como si así pudiera encontrar la razón por la que seguía sintiendo esa calidez agradable. Gruñendo, como era de costumbre, se tumbo sobre el sofá para tomar el teléfono de mala gana y deslizar el dedo para poder aceptarla, queriendo escuchar quien había sido el estúpido que había interrumpido su monologo interno.

—Querido sobrino. Hola.— La ruidosa voz de Peter fue producida por el celular hasta llegar a los oídos de Derek, quien gruñó en respuesta a la encantadora y maliciosa presentación de Peter— Que cálida bienvenida, adivina que...tengo información clasificada que te gustaría saber, pero antes...quiero escucharte decir que soy tu tío preferido. Vamos.

—¿Quieres que te mate?

—Si me das a elegir...—Hizo una pausa para darle más suspenso, mientras  poco a poco dejaba con poca paciencia al recién despierto de Derek— sinceramente no, no me gustaría. Te lo dejaré pasar por que soy muy buena persona y me encuentro de excelente humor ¿bien? Un pequeño y minúsculo pajarito me comentó, que tal vez y solo tal vez...un pequeño Bambi acaba de cruzar por delante de mi hace solo unos minutos, y al parecer se dirigía a su casa, que casualmente, es la misma residencia que la de mi chikibaby ¿Eso te da una pista?

—Stiles volvio. 

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