Prólogo

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Él era solo un adolescente hiperactivo cuando descubrió que Derek Hale existía en el mundo, y bastó ver su rostro para saber que todo había sido amor a primera vista ¡Adiós Lydia Martin! ¿Quién te conoce?  Sin embargo, nunca tuvo el valor para poder hablar con él, meses más tarde, siendo un verdadero conocedor de los seres sobrenaturales, descubrió gracias a un libro, que era el alma predestinada del lobo. Es por eso por lo que, a sus diecisiete, caminaba con el corazón acelerado y un ramo de rosas en su mano derecha ¿y para qué? Para declararse a su alma gemela, aquello al fin lo podía decir con claridad después de irrumpir a las tres de la mañana en la veterinaria de Deaton, y que este le confirmara (después de ser obligado a salir de su casa y manejar hasta su trabajo) que efectivamente si, eran tal para cual.  Los nervios brotaban a través de su piel cuando quedo en frente del portón del gran edificio, sacó de su bolsillo un manojo de llaves, e identificó con facilidad la que conectaba correctamente con la cerradura de la puerta, separó con sus manos temblorosas las llaves para tener la correcta, y abrió la puerta maldiciendo ante el ruido que provocaba esta al abrirse. Subió las escaleras, pasando por alto los departamentos viejos hasta llegar sin aire hasta donde rescindía su lobo amargado, maldiciéndolo por quedarse en uno de los más altos del loft.

La puerta se abrió cuando el castaño estaba un par de metros lejos de esta, y sus ojos brillantes visualizaron al moreno saliendo de esta, con una pequeña sonrisa mientras murmuraba algo al interior de su departamento, aquello extraño al ojimarrón y tan solo un segundo después, una bella mujer de piel morena y cabellos ondulados salió después de él, riendo de un chiste que el mismísimo lobo amargado había dicho, la sonrisa de Stiles vaciló, eh inconscientemente la mano portadora del hermoso ramo, bajo derrotada. Su corazón se encogió por un momento, y sus pensamientos comenzaron a divagar en la caótica mente de un chico hiperactivo "Ella solo es una amiga ¿no?" "Es solo Breaden, una mercenaria y el un lobo, no puede haber nada entre ellos" "Él es mi alma gemela" "seguro están trabajando en un caso importante, si...seguro" borrando esos pensamientos intrusivos, y tratado de sacar una sonrisa, se acerca a Derek a paso decidido. El moreno ocultó su sonrisa cuando la presencia de Stiles se aproximó a ellos, interrumpiendo el momento intimo que estaba teniendo con Breaden.

—Stiles—pronunció con un deje de sorpresa, frunciendo el ceño cuando sus ojos se dirigieron a el ramo de rosas, obligando al castaño ocultar de la vista aquel presente que era para él—¿Qué haces aquí? —Al ver el movimiento errático de la boca del castaño, tratando de conjurar una oración coherente, la morena rio, haciendo que las miradas de ambos hombres se dirigieran a ella.

—Uh, ugh…lo siento, Derek, me iré al auto, los dejaré a solas. —Se excusó Breaden, mientras acomodaba su mochila y salía no sin antes darle una mirada al moreno. Derek dirigió su mirada a el castaño, y suspiró al ver que este no le dirigía la mirada, solo jugaba con sus extremidades como si nada pasara. Resignado, soltó un suspiro sonoro y señalo su departamento con la cabeza en una silenciosa invitación, esperando que el menor pasara primero.

—Dime lo que necesitas. Tengo que irme—habló sonando un poco brusco, por lo que al final chasparreó para apaciguar sus palabras.

—Bueno yo… ¿oíste sobre las almas gemelas? Seguro que sí, eres un hombre lobo nacido, tenías una manada antes que todo ocurriera, seguro tu madre o padre te ha hablado de eso, bueno…yo estuve investigando, en el bestiario y también tuve que despertar a Deaton a las tres de la mañana para poder verificarlo, pero, creo y tengo la certeza de que nosotros dos…bueno, tu y yo…a pesar de ser tan diferentes y no poder congeniar todo el tiempo, somos almas gemelas—El castaño hablaba y hablaba, sin ver como la actitud de Derek se oscurecía poco a poco desde que el ojimarrón soltó las palabras “almas gemela”. El ambiente se volvió pesado, las manos sudorosas de el de orbes color whisky temblaban ante el revoltijo de sentimientos y la alegría de tener la valentía de hacer aquello que siempre soñó.

—¿Y?—Solo una letra, solo una bastó para que la cara del castaño quedase estática, tartamudeó un poco tratando de procesar lo que una simple letra expulsada con brusquedad de la boca de su soulmante dolía más que los golpes de Gerard, y eso era mucho decir.

—Derek. Somos almas gemelas ¿No lo sientes?

—No. Estas confundido, estoy con Breaden.—Soltó, su mirada nunca se encontró con la del castaño, no se sentía lo suficientemente fuerte como para hacerlo—Stiles, yo te respeto, pero no puedo dejar que creas que mi lobo y yo podríamos  siquiera amarte, eres un humano…débil que trata de aparentar fuerza con un bate que ni siquiera nos hace un rasguño, se que todo suena cruel, pero debes entender que no me gustan los hombres…no me gustan las flores—señaló el ramo—Breaden sabe defenderse, no voy a despertar todos los días con el miedo de que ella muera por que no es débil y sabe defenderse, a pesar de ser humana. En pocas palabras, no eres suficiente…y nunca lo serás.— A este punto, lágrimas cristalinas caían como cascadas por la pálida y moteada piel del castaño, su corazón palpitaba como loco, exigiendo correr lejos de la fuente de su sufrimiento. El ojiverde al no ver reacción por parte del menor, se acercó a el, y apoyó su mano en el hombro ajeno, apretándolo en un saludo, para luego marcharse hacia su auto, donde la mujer que había elegido sobre su destino, lo esperaba.

Y nuestro adolescente ahí quedo, perdido en el mar de pensamientos catastróficos que atormentaban su mente. Totalmente solo.











Ladydory

Die rooi voogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora