15. Es Hora

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Capítulo 15.

A L L E N.

¿Qué si estoy loco? Joder si.

No puedo creer que ofrecí esa apestosa idea, jamás en la vida he querido ser otro sobrenatural. Para mí ser brujo, siempre ha sido lo mejor que me ha pasado. Más aún sabiendo que soy el más poderoso - por el momento-, en Wilches.

Y ahora...por el estúpido sentimiento llamado "celos", accedí a convertirme en un...¿Licántropo? Joder, en verdad estoy loco.

Pero no quería pensar en eso, solo quería relajarme y esperar lo que viniera. Pero se me hacía muy difícil, ya que aunque no quiero convertirme en un animal, no quiero que alguien más convierta a Matisse, me pone los pelos de punta.

He leído libros de sobrenaturales, para ser más específicos, de Licántropos. Y me di cuenta que un lobo al morder una hembra, logran una conexión irrompible, y qué, además, cada lobo que huela su olor, oleria al lobo que la mordió, y en ese instante, se darían cuenta que es de él.

Y eso sí que no lo voy a permitir.

-Allen, Allen, Allen... - escucho a Matisse decir mi nombre sin parar.

Me giro a verla y sonrío.

-Ya... estaba pensando - respondo apretando una de sus mejillas.

Su piel es tan blanca, que me sorprendo cuando veo que el apretón que le di, no dejo marca o quedó rojo.

-Odio esto - dice cruzando sus brazos.

La miro confundido.

-¿El qué? - me preocupo-. ¿Nuestro lazo, conexión, el qué?

Ella me voltea a ver y sonríe, sus labios rojos me tentan a querer probarla de nuevo... Así que trago saliva y me paso la mano por la cara.

-No - ríe -, eres tonto en verdad, ¿por qué solo piensas en ello?

Me encojo de hombros.

Quizás lo pienso porque temo que se arrepienta de haber aceptado a su alma gemela, y siento que si lo hace, me volveré un completo miserable.

-No lo sé - respondo -. Entonces, ¿qué odias?

Suspira.

-El no poder leer tu mente, eso odio - vuelve a suspirar-, me siento completamente inútil.

Otra vez con eso, la verdad a mi no me importaría enseñarle, quizás tiene tantas cosas en la cabeza que no se permite aprender a entrar en mi cerebro, y no me agrada que se diga inútil cada que se recuerda de ello.

-Luego de que hagas tu ritual, podas hacer eso y más - digo honesto-. Serás más fuerte que yo, con eso te digo todo eh.

Ella ríe.

-Tú siempre me ganarás, Allen - dice dando un pequeño golpe en mi hombro-, así que ni te preocupes por ello.

Ahora me toca reír a mí.

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