Capítulo 11

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POV´S ARTEMIS:

Es incomodo que todos se acerquen a decirme que lo sienten mucho, cuando la realidad es que muchos aquí están felices del repentino deceso de Arthur, incluyéndome si estoy siendo respetuoso es por mi madre y por Gigi, quien no se me despega, se pone nerviosa con muchas personas cerca y yo necesito tomar aire, y bajar a ver si la señorita Serra no se escapó, según dicen es muy escurridiza, pero es difícil desaparecer con los ojos de mi madre que me siguen a todas partes, supongo que tendré que esperar para ver el bello rostro de Malie Serra. Me sorprende bastante la asesina de mi padre, parece tan extraña, un poco desconectada de todo, estuve a punto de matarla y se veía tan divertida, pero bueno, dicen que ella está loca y a mí me parece que si tiene bien alterada la realidad.

—recuérdame otra vez porque no mate ayer a la linda chica— murmuro cuando Tobías se detiene junto a mí con su mirada seria.

—porque ella puede darnos a Kesha Serra— una de los jefes de la organización donde trabaja Malie y para mi suerte, la madre de esta— tenemos que buscar la manera de hacer que nos entregue a esa mujer.

—yo tengo la manera— Tobías lanza un suspiro cansado, lleva dos de sus dedos al medio de sus lentes negros y me observa.

—Serra, preferiría que la maten de la manera más atroz antes que entregarte a su madre— no lo sé, he quebrado a muchos hombres que se decían inquebrantables— hay que buscar otra forma.

¿cómo quebrar a una persona que parece sacada de un manicomio? Tengo que pensar en algo, antes de que se acabe este día, porque mañana estaré frente a ella y no puedo tenerla en el sótano por siempre.

—Amelia te llama— no sé en qué momento apareció Adriel, está molesto, así que me imagino que tuvo una de sus discusiones con mi mamá. Me pongo derecho y observo a Ginebra, ella camina hasta Adriel y yo voy hasta Amelia.

—ya es momento— momento de llevar a Arthur al agujero donde se pudrirá por siempre. Asiento y voy en busca de mis hermanos mientras que mi madre se encarga de eso.

Tengo que vigilar a Adriel, el enojo lo hace ser demasiado transparente y no quiero rumores.

Paso junto a un grupo de viejos amigos de mi padre, el grupo se queda mirándome, preguntándose si podre llenar los zapatos de mi padre, me quiero reír, pero me abstengo y sigo mi camino.

Si no fuera por mi ahora mismo mi familia y la mafia no serían lo que son, cada triunfo que ha tenido Arthur es mío, cada maldita idea, hasta la de matar a los Fusco, si Arthur tenía poder, fue porque yo se lo di.

Esa chica no tiene idea del jodido regalo que me hizo.

Me acerco a mis hermanos, Nina se nota cansada, mientras que Gigi se hace la dormida sobre las piernas de Adriel y el sigue muy molesto, no sé qué le dijo mi mamá esta vez, pero parece que de verdad le dolió, me molesta verlo así de enojado, se supone que este tenía que ser un día feliz para ambos.

—es hora— murmuro y Gigi me observa, sus ojos rojos de tanto llorar otra vez están aguados, tengo que darme la vuelta para no verla, pero siento sus pequeñas manos tomar la mía y tengo que obligarme a no mirar. Me jode verla sufrir por un hombre que si hubiese vivido lo suficiente la hubiese vendido solo por negocios, casi lo hizo con Karina, por suerte lo mataron.

Nina también toma mi mano a ella si la veo, se nota preocupada, pero por mí, me mira como si tuviera miedo de que me pase lo mismo que a Arthur.

—¿admirando a tu hermano favorito?— ella pone sus lindos ojos verdes en blanco y yo me rio.

—eres un idiota, no me puedo ni preocupar por ti— lanzo un pequeño suspiro y le doy una sonrisa.

—es que no deberías— ella arruga su entrecejo y yo la veo— voy a estar bien.

Tierna Maldad (#Fusco1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora