Control remoto, 2ª parte

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Narradora Natsuki

- Venga, Natsuki-San, por favor. -dijo Oyuki por milésima vez hoy mientras andábamos por el pasillo.

Esto se estaba volviendo agotador. Desde que llegamos, Oyuki no ha dejado de perseguirme, diciéndome que me uniera al plan, ya que no me podía exactamente obligar a participar. Siempre que me lo decía le respondía que no, aunque fuera una buena causa.

- Ya te he dicho que no. Deja de meterme en tus locuras, siempre acabamos mal en ellas.

La verdad, no sé por qué le decía que no. Me encanta ir con ella y los otros dos a aventuras, pero... Se me da muy mal expresarme. Para mi, la amistad es el segundo sentimiento más difícil de mostrar, aunque me hayan enseñado. Además, si acepto de cualquier manera podría parecer débil, pero no débil en fuerza, si no débil hacia Oyuki. Aceptar ir con ellos le hará saber a Oyuki que siempre puede contar conmigo, y todavía no estoy segura de si eso es cierto.

- Solo me falta convencerte a ti... Hikaru-Kun ha aceptado enseguida, tan solo para ayudarles a ellos... -puso esa cara de perrito abandonado que me cuesta ignorar, haciéndome suspirar.

- ¿Estas segura de que no hay otra manera? -me miró y giró su cabeza al frente, para poner su mano derecha en su barbilla y ponerse a pensar en otras posibilidades.

- No creo que haya otra opción. Y si la hubiera, acabaríamos mal. -dijo ella sonriente, como si hubiera dicho la cosa más lógica del mundo.

- Vamos a acabar mal queramos o no... -dije mirándole con una seria cara que le sorprendió.

- ¿¡Entonces te apuntas!? -sus ojos brillaban como siempre lo hacen cuando algo le ilusiona.

- Yo nunca dije eso. -esos ojos que me encantan se apagaron enseguida, haciéndome sentir mal levemente.

Suspiré y pensé en algo que decirle. No se me ocurría nada. ¿Ella haría lo que sea para que yo fuera con ellos? Volví a suspirar, diciendo lo primero que se me pasó por la cabeza.

- Tres favores. -ella me miró confundida.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Cuando volvamos e incluso durante lo que tú llamas "misión", me deberás tres favores. -dije satisfecha con mi respuesta.

- ¡Siiiiiii! ¡Gracias Natsuki-San, eres la mejor! -empezó a dar saltitos de emoción mientras todos los demás alumnos nos miraban extrañados, a lo que yo ya estaba acostumbrada al estar con Oyuki.

- Entonces, ¿aceptas el trato?

- ¡Pues claro que sí! ¡Haré lo que me pidas! -dijo ella con esa sonrisa entusiasmada.

Suspiré de nuevo para mi misma mientras me dirigía a los dormitorios, estaba exhausta, hoy había sido un día muy duro. Me puse a pensar en la misión. En fin, ¿qué es lo peor que podría pasar?

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- ¿¡Cómo que no se descongela!? -grito la pelirroja alterada. - Además, ¿¡qué demonios es eso!?

- A ver, a ver. Vamos a calmarnos. -dijo Aizawa, para después señalar a la bicolor. - Te llamas Oyuki, ¿no?

- S-Sí. -respondió ella igual de alterada que su amiga.

- Bien, ¿puedo preguntar qué es eso? -preguntó el profesor, dirigiéndose a la pecosa de nuevo.

- ...- se quedó mirando al objeto congelado que tenía entre sus manos por unos momentos, hasta que alzó la cabeza, lista para contestar. - Esto es una máquina del tiempo, la que usamos para venir aquí.

Travesía en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora