Travesía en el tiempo

Fiesta de pijamas 1ª parte

Narrador Hikaru

Katashi-Kun y yo nos encontrábamos sentados debajo de un árbol en el recreo, mientras observábamos a una chica. No era una chica cualquiera, bueno, eso según Katashi-Kun.

- Ella no es como las demás. -decía Katashi-Kun, sonrojado y mirándola. Parecía que estaba hipnotizado, la miraba como si ella fuera lo único que existía. Dato curioso, porque...

- Rara vez has hablado con ella. -dije, ansioso por saber si lo que acababa de decir era cierto.

- Cuando volvamos de la misión, le confesaré mis sentimientos. -dijo, ignorando lo que dije.

No escuché nada más. Pero no por nada, si no porque no podía. Empezaba a ver borroso y a no escuchar nada. Creo que fue porque, nunca nada me había dolido tanto como escuchar a Katashi-Kun decir aquellas cosas...

Si tan solo él supiera lo mucho que lo...

- Amo... -volví a la realidad, siendo eso lo primero que escuché, viniendo de Katashi-Kun. - Y, ¿quién te ha robado el corazón, Hikaru-Kun? -dijo él, dándome un codazo levemente, mientras movía sus cejas arriba y abajo.

Corazón... Ya no sé el significado de esa palabra...

Tú, Katashi-Kun. Tú me has robado el corazón, pero, por alguna razón, no me lo quieres devolver. Te lo has quedado para romperlo en pedazos mientras estás con ella...

- Llamando a Hikaru-Kun a la tierraaaaa. -dijo Katashi-Kun, sacándome de mis pensamientos.

- A-Ah, sí, perdón. ¿Qué decías?

- Que quién te gusta.

- O-Oh, ¿a mí? Nadie... -dije yo, cabizbajo.

- Oh venga, seguro que hay alguien. -dijo él, esta vez mirándome a mí, lo que me hizo sonrojar hasta las orejas.

- ¡N-No es cierto! -salí corriendo como nunca había hecho, dejándolo solo debajo de ese árbol, confuso.

- ¿Qué mosca le habrá picado...?

Me encerré en un baño, ese era uno de los peores días de mi vida. Desde que lo conocí intento sacármelo de la cabeza, pero no puedo, de verdad que lo intento.

Me lleva gustando Katashi-Kun desde que lo conocí... No...

No me gusta, no le quiero...

Le amo...

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Narradora Oyuki

Estábamos todos -incluido Bakugou-Kun, obligado por Natsuki-San- sentados en un círculo, en la sala común de los dormitorios. Todos con sus pijamas, algunos avergonzados de lo que se venía a continuación y otros sin ganas de nada.

Por ejemplo, yo. Yo no quería una fiesta de pijamas. Era lo peor que podía pasar ahora. Ni si quiera sé la razón por la que pregunté. Sobretodo, porque ya sé las cosas que van a preguntar...

- Venga, ¡contadnos sobre las relaciones de vuestros padres! -gritó Mina-San, a lo que todas las demás chicas asintieron.

Nuestros padres se sonrojaron al escuchar esto, aunque esta vez mi padre, Shouto, no soltó llamas. Pero por otra parte mi otro padre, Izuku, se tapó su cara con las manos de lo rojo que estaba.