¡Mini-Eri!

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Narradora Natsuki

Gracias a dios que fuimos a comer, me iba a morir de lo hambrienta que estaba. No nos dimos cuenta de que entramos hasta que nos lo dijeron. ¡Estábamos en el gran comedor de la yuuei! Estaba muy cambiado... En el futuro creo que es un poco más grande y con más mesas y sillas.

...

Se me estaba empezando a acabar el apetito. Me acordé de que mis padres siempre se sientan juntos, y también me acordé de que ahora no se pueden ni mirar a la cara. Y mejor no hablar de los padres de Katashi-Kun y los de Oyuki, ya que todos ellos se sentaban en la misma mesa...

Pobrecitos.

- Eh... Esto... ¿No creéis que deberíamos sentarnos con ellos? -dijo Oyuki, refiriéndose a nuestros padres, que se sentaban cada uno en una esquina de cada mesa, obligados por Aizawa-Sensei.

- Nah, estarán bien. -dije yo, mientras Katashi-Kun me ofrecía un vaso de agua, ya que mi comida era bastante picante. Aunque eso era lo me gustaba de ella, así que lo rechacé.

- Ni si quiera pueden mirarse a la cara, tiene que ser muy incómodo para ellos. -Hikaru-Kun se preocupaba por sus padres, porque en aquellos tiempos no se conocían tanto.

Después de eso, vi una estela verde y blanca corriendo, viniendo del asiento de Oyuki, quien ya no parecía estar ahí.

Solo logré ver un chico rubio entrando al comedor, pero nada más, ya que Oyuki se levantó de su asiento como un rayo y fue corriendo a la mesa que se ubicaba al lado de la entrada donde se encontraba su padre, Deku-Kun. Hasta tiró su soba al suelo, algo raro por su parte. La rata de Katashi-Kun logró no mancharse de nada, ya que salió corriendo, en cambio mi comida me cayó encima, y lo mismo le pasó a Hikaru-Kun.

¡Maldita Oyuki!

Seguí los pasos que recorrió Oyuki -que no fueron muchos- hasta allí, y los vi; a Mirio-Kun, Tamaki-Kun y...

- ¿Eri-San? -preguntó Oyuki, que la miraba sin ninguna expresión. - ¿Es Eri-San?

- O-Oh, sí, es Eri. -respondió su padre, levantándose de su asiento. - Bueno, ahora le tendréis que decir Eri-Chan, ya que ahora es más pequeña...

Llegué hasta al lado de Oyuki, observando a una mini-Eri. Tengo que decir que...

- ¡Es una monada! -se me escapó esto, aunque no me arrepiento de haberlo dicho.

- Sí. -dijo Oyuki, sonriendo.

Eri-Chan se dio la vuelta para mirar a Deku-Kun, parecía confundida. Eri-Chan no era del todo igual en el futuro, no es que cambiara mucho. La del futuro es más social, se comunica fácilmente con la gente, ya que todos los que la criaron desde que la salvaron le enseñaron a comunicarse. Empezando por Kota-Kun, con quien tiene una gran relación, imposible de romper.

El caso es que parecía que le dábamos miedo a Eri-Chan.

Me equivocaba.

Eri se volvió a girar sin decir nada, ahora mirando a Oyuki a los ojos. Segundos después, sonrió.

- Ho-Hola. -dijo su tierna voz. - T-Te pareces mucho a Deku. -le dijo a Oyuki.

Oyuki no reaccionó con alguna emoción, solo se arrodilló en el suelo, mirando fijamente a Eri-Chan a los ojos. Segundos después, Oyuki sonrió y puso una tier- digo una m-mueca de agradecimiento, le parecía algo bueno parecerse a su padre.

- Soy su hija, vengo del futuro. -dijo. Eri-Chan se sorprendió ante esto, aunque por poco tiempo, ya que después sonrió y corrió a abrazarla.

Mientras ellas se abrazaban y yo miraba, Deku-Kun se fue a otro sitio no muy lejos de donde estábamos, con Mirio-Kun y con Tamaki-Kun. Les explicó un resumen de lo que había ocurrido, para que entendieran quienes éramos.

Travesía en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora