¿Uno más?

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Un tono de llamada que nadie conocía empezó a retumbar en la sala inesperadamente. Todos habían recibido llamadas que ya esperaban, pero, ¿otra?

- ¿Por qué demonios tienes ese tono de llamada? Es como si-. -dijo la pelirroja siendo interrumpida.

- ¡Me gusta! Sí, eso es. -Hikaru se sonrojó levemente, aunque pocas personas lograron verlo. - E-Es Katashi-Kun...

- Espera, ¿cómo sabías que era Katashi-Kun si ni siquiera miraste el teléfono? -preguntó la bicolor soltando risitas.

- ¿Q-Qué? O-Oh, es porque le tengo ese tono de llamada, nada más...

- A mi no me engañas, tu tono de llamada nunca ha sido ese, eso significa que... Oh~.-dijo Natsuki con una sonrisa malévola. - Con que le tienes un tono de llamada personalizado, ¿eh~?

El de mechas moradas se sonrojó como pocas veces hacía, sintiendo su corazón palpitar rápidamente. ¿Por qué se sentía así? Él sólo era su amigo, bueno, mejor amigo... ¡Vale! ¡Amigo íntimo! Pero eso no razonaba sus sentimientos hacia él...

Y por otra parte todos los demás excepto Denki miraban a este confundido. Su padre le miró más bien orgulloso, ya que a su hijo del futuro le gustaba alguien. Aunque, técnicamente él no era nadie para hacer eso, ya que en aquellos tiempos no tenía ningún hijo.

Aún.

- ¿No vas a contestar? -preguntó la pecosa.

- A-Ah, sí.

Hikaru se llevó el dispositivo electrónico a la oreja, esperando que alguien hablara al otro lado de la línea, y así fue.

- ¿Hola? ¿Hikaru-Kun? ¿Me escuchas?

- Sí, te escucho perfectamente. -respondió este, intentando sonar lo más tranquilo posible.

- Ah, genial entonces. -a continuación se escuchó una risa un tanto falsa por parte de este. - ¿Me podrías pasar con Oyuki-Chan, por favor? -dijo a regañadientes.

Hikaru se entristeció levemente, ya que su amigo no necesitaba hablar con él en aquellos momentos, aún así, le pasó el teléfono a su amiga y esta se lo llevó a la oreja.

- ¿Katashi-Kun? ¿Qué necesitas? -dijo la bicolor como si no lo supiera.

- No te hagas la inocente. ¿Me podrías explicar por qué tengo ahora mismo en mi mano el control remoto que tendrías que tener tú? ¿Y por qué no me coges el teléfono?

- Ah, el móvil se me ha quedado sin batería. Y no sé de que control remoto que se me ha olvidado encima de la mesa de clase me hablas, y aunque lo supiera, no te lo diría. -respondió esta, delatándose a su persona.

Natsuki miró a su amiga indignada. ¡Se podrían quedar atrapados en el pasado por su culpa! Ella tenía razón, siempre acababan mal en sus locuras. Aunque esto solo acababa de empezar...

- Bueno, supongo que no pasará nada mientras la máquina del tiempo esté a salvo.

- Ehh... Sobre eso... Mmm... La congelé sin querer y es imposible descongelarla. -dijo cerrando los ojos fuertemente como si le fueran a echar una bronca.

- ¿¡Que has hecho qué!? -gritó, disgustado. - Nonono... ¡No puede ser!

- Venga, no es tan malo como parece...

- Sí, aja. -dijo Katashi, decepcionado. - Oyuki, esto es serio. ¿Que vais a hacer ahora?

- Ah, pues yo pensaba que te ibas a venir aquí. -dijo la pecosa con una tierna risa, como si nada hubiera pasado. - Y de paso te traes el control remoto, ¿si?

Travesía en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora