Capítulo 13: Moteros

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Al día siguiente...

Arma El pesado (3:23 p.m.)
A que hora paso a por ti?

Un mensaje en el whatsapp de el pesado este, mira que es cansino con la "cita" que no es ni una cita.

Íngrid (3:26 p.m.)
Cuando los pájaros vuelen;)

Arma El pesado (3:27 p.m.)
Bienn ya vuelan!!

Íngrid (3:27 p.m.)
Cerdos* No confundamos.

Arma El pesado (3:28 p.m.)
VENGA! Una salida solo y te dejo en paz.

Íngrid (3:32 p.m.)
Vale, en dos días en la parte de los libros del centro comercial. Cuando antes mejor...
Más rápido pasa.

Arma El pesado (3:33 p.m.)
En el fondo fondo fondo... de ese corazón tuyo esta escrito mi nombre.
Y lo sabes nena!
En dos días nos vemos, preparare algo.
Íngrid (3:35 p.m.)
Lo que tu digas Arma... Y deja de llamarme nena! NO-ME-GUS-TA!

Estuvo enviando corazones durante un rato... A este hombre se le va la cabeza. Con todas las mujeres que hay en el mundo y me tiene que dar la lata a mi. Como persona es buena persona, te hace reír sin duda, pero... Bah tonterías, son tonterías, es un pesado.

Son 4:30 p.m. y estoy en frente del club Rains de moteros, voy de negro con botas altas y chaqueta de cuero, me ha dicho el equipo que vista así por el lugar al que íbamos, simplemente para no destacar.

No me gusta destacar. Mi pelo cuelga de una coleta alta y cae liso, mis orejas llevan dos pendientes, uno cada una con una calavera. Me adentro con Mat, Mat tenia 20 años y se hacia pasar por mi novio. El resto del equipo no ha venido, pero me han puesto un micro para oírlo todo. Espero que todo salga bien, no soy buena actuando y tendré que improvisar... Quiero sacarle un ojo a cada uno por lo que le hicieron a Daniel y también averiguar que es lo que fue.

-Mira es ese de ahí.-Me susurra Mat. Creo que me guardare las ganas de sacarle un ojo a estos hombres... Por el momento.-Ya sabes lo que tienes que hacer no?

Asiento y me dirijo a una mesa, donde se encuentran cuatro chavales de unos 17 o 18 años aproximadamente, están jugando a las cartas.

El plan consiste en entablar conversación, ganarse la confianza y luego ponerles una trampa. Pero no es fácil jugar con estos moteros, se dice que son expertos en lo suyo, es decir, droga y líos. No todos son así, pero estos si.

Me siento en una silla que esta a su lado, creyéndome superior.

-Que se te ha perdido en esta mesa, enana?-Me dice uno moreno con ojos de un marrón penetrante que se situaba en frente de mi.

-No soy enana y tengo nombre.-Intento sonar enfadada y a la vez desinteresada.- A que jugáis?

-Al póquer, pero seguro que no sabes jugar así que ya puedes ir yéndote.-Me dice el moreno pero con ojos verdes que estaba a mi lado.

-Mmm... Ya veremos.-Digo retándolo. Él con una sonrisa picara rebaja la baraja de cartas y empezamos a jugar.

Por suerte, mi padre me enseñó a jugar al póquer y les he podido dar una paliza.

-Como he ganado ahora me debéis un favor.-Digo.

-No hemos quedado en nada de favores...-Dice el rubio que estaba al lado del moreno de ojos verdes.

-Pero habéis perdido, así que me debéis el favor.

-Bueno... Venga, que quieres niña?-Me dice con voz cansada el último de la mesa, un pelirrojo con ojos azules.

Guardándolo en el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora