Epílogo.

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Giulia.

Después de casi veintisiete años al mando de Salvatore Construcciones, Alfonso le cedería la presidencia a nuestro hijo Nicholas. Él será el encargado de llevar el negocio familiar con tanta integridad y devoción como lo hizo su padre todos estos años que estuvo a cargo dejándola como la mejor empresa en todo el país.
Estoy tan orgullosa de mi esposo, de todos sus logros pero también lo estoy de mi hijo que será su sucesor y por esa mente brillante que tiene se que va engrandecer más el apellido de nuestra familia.

Mis tres hijos iban a dejar mucho más consagrado el apellido Salvatore de lo que nosotros con Alfonso lo hicimos, se que tendrán maravillosos futuros y como dice mi hijo Giovanni ellos nacieron para brillar.

- Hola señora Salvatore - me saluda Isabel, la secretaria de Alfonso.

- Hola Izzy, ¿Cómo estás cariño? - le pregunto.

- Muy bien, un poco movilizante el día porque se lo extrañara al señor Salvatore. Es un gran jefe - comenta con tristeza.

- Eso porque no conoces al bombón de mi hijo, es un poquito frío y con un carácter bastante peculiar pero será un gran jefe - afirmo sonriendo.

- Como diga señora Salvatore - sonríe.

Isabel trabajaba con mi esposo hace un año, es tan dulce y muy profesional a su corta edad de veintidós años.
Se por ella que estudia derecho por eso trabaja a tiempo parcial en la empresa para solventar los gastos de la universidad y los suyos en la ciudad, espero que Nicholas sea bueno con ella y que la pobre chica tenga mucha paciencia porque mi hijo es tan difícil de llevar.

Después de cruzar unas palabras más con la chica ingreso a la oficina de mi esposo, él se encontraba mirando por lo grandes ventanales observando el caos de la ciudad. Se que es un día lleno de muchas emociones, no se iba para siempre solo dejaba delegar su trabajo a nuestro hijo para nosotros poder disfrutar de un año entero recorriendo nuevamente el mundo juntos.

- Cariño - digo cerrando la puerta con el seguro.

- No te esperaba - responde sorprendido de verme.

- Vine a darte una sorpresa - comento al sentarme en su escritorio.

Lo veo sonreír mientras se acerca a dónde estoy y se mete entre mis piernas para que lo rodeé mientras mis manos se van a su nuca.

- Este escritorio tiene demasiados  recuerdos - asegura con una sonrisa divertida.

- Dos de nuestros tres hijos fueron procreados aquí - comento riendo.

- Esto quedará para la historia, cariño - afirma acercándose para besarme.

Nos besamos sabiendo que debíamos detenemos antes de empezar con nuestro desenfreno, podíamos estar cerca de los cincuenta años pero manteniamos una vida sexual bastante activa y envidiada para personas de nuestra edad. Mi esposo es un excelente amante y me regala muy buenos orgasmos.

- Quiero que me folles pero conociendo la puntualidad extrema de tu hijo nos dejará a medias - comento bufando.

- En casa te compensare - afirma.

- ¿Este será la oficina de Nick? - pregunto mientras bajo del escritorio para acomodar un poco mi ropa.

- No, es la de a lado. Mande a refaccionar la que usaba mi padre porque está la cerraremos con llave - me guiña el ojo.

- Osea que podremos venir a recordar viejas épocas sin culpa - aseguro mordiendo mi labio inferior.

- Deja de provocarme - pide acomodando su cabello canoso.

Destinos cruzados (0° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora