Capítulo 8.

8.5K 1K 67
                                    

Giulia.

Habíamos pasado una noche fatal, Nicholas lloró toda la madrugada y con Alfonso lo pudimos calmar hace una hora más o menos, él debía ir a trabajar pronto pero me daba mucha pena que no haya podido descansar nada.
Lentamente salgo de la cama ambos dormían, yo no podía creo que estaba tan pasada de revolución que por un buen rato no iba a poder dormir como quería por eso pensé en prepararle un desayuno a él, siempre es Alfonso el que deja todo organizado para mí pero quería mostrarle mi agradecimiento por ser mi soporte en esta larga noche que vivimos.

Ser padres no es tan facil como parece y más cuando tú bebé llora por los cólicos que tiene, es muy frustrante todo.

Debía declararme muy mala en la cocina pero sabía hacer tostadas, cortar un par de frutas y preparar un rico café, quería sorprenderlo y sobre todo darles las gracias por ser mi soporte después de esta intensa noche.

- Deberías estar durmiendo - su voz me sobresalta.

- Quería prepararte el desayuno - digo al girarme, me quedo sin aliento al verlo solo con un pantalón y sin remera dejándome a mi vida su torso.

- Debes estar descansando deja que me haga cargo de eso, Giulia - dice al acercarse a dónde estoy.
Su cuerpo está muy cerca del mío, mis manos se vuelven torpes y siento que me falta el aire. - ¿Te intimida que este así muy cerca tuyo? - inquiere.

Levanto mi vista para mostrar que no me causa nada aunque mentía como una descarada, Alfonso tenía media sonrisa divertido. - No me intimidas, podrías ponerte una remera - declaro volviendo a centrar mi atención en mis frutas.

Escucho su risa, su boca se acerca a mi oido. - No mientas Giulia, tu cuerpo te delata solo - asegura dejando un beso en la curva de mi cuello.

Suelto el cuchillo, me falta el aire, su cuerpo está detrás mío y puedo sentir la calidez que trasmite aunque quiero negarlo no puedo este hombre me vuelve loca en todos los sentidos.
Me giro para enfrentarlo, mala idea de mi parte porque soy la que lo toma del cuello y lo atrae para juntar nuestros labios, su boca con la mía hacen una combustión, su lengua ingresa para generar una batalla con la mía, gimo al sentir como me toma de mi cuerpo para sentarme en la mesada y él acomodarse entre mis piernas, tira de mi labio inferior logrando que otro gemido salga de mi boca y con los piernas lo atraiga más para sentirlo hasta que un fuerte llanto nos hace separarnos.

- Nicholas - murmura cuando nos separamos agitados.

Sentía mi boca hinchada, me faltaba el aire. - Debo ir a buscarlo - hablo tratando de recobrar el aliento.

- Amo a nuestro hijo pero es bastante inoportuno - se queja ayudándome a bajar de la mesada.

Sin mirarlo huyo de esa cocina buscando encontrar mi sensatez, la falta de sueño nos estaba haciendo jugar una mala pasada, podía sentir el perfume de Alfonso en mí, si Nicholas no hubiera llorado no se hasta donde hubiéramos llegado.

- Nick - murmuro al tomarlo en mis brazos. - Por favor deja de llorar - le pido al mecerlo.

Obviamente nuestro hijo no me hizo caso, su llanto no cesaba y no sabía que hacer porque no quería agarrar ni mi pecho para calmarse.

- ¿Qué le sucede? - me pregunta Alfonso al entrar a nuestra habitación.

- No lo sé, no puedo calmarlo - murmuro frustrada.

- Giulia creo que tiene fiebre - dice asustado.

- Fiebre - digo asustada. - Pásame el termómetro - le pido desesperada.

Alfonso desesperado me lo alcanza, coloco el termómetro debajo de la axila de Nick buscando quedarnos quietos un buen rato.

- ¿Cuánto tiene? - pregunta preocupado.

Destinos cruzados (0° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora