Capítulo 28.

8K 1K 118
                                    

Giulia.

Años después.

Para una mamá es difícil ver cómo tus hijos crecen tan rápidamente sobre todo darse cuenta que son tan independientes y me necesitan cada vez mucho menos.
Estaba pasando uno de mis días más emotivos de todos porque mi bebé, el más grande y el que cambió mi vida se graduaba de la escuela y estábamos a muy pocos meses para que se vaya a vivir a Inglaterra a estudiar en la universidad de Oxford. Sería muy difícil dejarlo ir pero se que quería ir a ese lugar a estudiar y aunque me duela no podía ser egoísta e impedirlo.
Giovanni le faltaban dos años para graduarse pero estaba dando todo él porque quería ir a Harvard y Francesca le quedaban un poco más de tiempo todavía para elegir y decidir que haría en su futuro.

Definitivamente mis pequeños crecen demasiado rápido.

- Llorando desde temprano - dice mi esposo envolviendo sus brazos en mi cuerpo.

- Es que con él arrancó nuestra familia - murmuro.

- Solo se gradúa, cariño - comenta.

- Es mi pequeño - afirmo mirándolo a los ojos.

Siento que los hombres no tienen esa sensibilidad que tenemos todas las mujeres cuando se trata de nuestros hijos, no podía pasar en alto todas mi emociones al ver a mi hijo Nicholas graduarse.

- Siempre lo será - afirma al estrecharme más en sus brazos.

Escuchamos un ruido y frunzo mi ceño, Alfonso se aferra más a  mi cuerpo pero lo obligó a soltarme para ver de dónde  venían esos ruidos y los susurros.
Giovanni se estaba besando con una chica contra la puerta de nuestra casa. Espero que terminen y cierre la puerta para enfrentar a mi hijo.

- ¿Esa chica durmió en mi casa? - inquiero.

- Mamá - dice asustado.

- Espero una respuesta, Giovanni Alfonso Salvatore - digo cruzando mía brazos.

- Durmió conmigo - reconoce mirando a su padre.

- ¿Tú sabías de esto, Alfonso? - pregunto mirando a mi esposo.

- Algo - se rasca la nuca.

- Mi casa no es hotel de alojamiento, no quiero chicas entrando por las noches y saliendo a estás horas. - mi hijo bufa. - Llegas a dejar una embarazada y te irás a trabajar porque no voy a mantener a tí, a la chica y al bebé - declaro con seriedad.

Obviamente que mis palabras no eran ciertas, no iba a dejar de lado a mi hijo ante alguna de esas situaciones pero debía entender cuáles eran las consecuencias del sexo y no olvidemos el hecho que solo tiene dieciséis años, es joven para ser padre o para contagiarse alguna enfermedad.

- Papá me enseñó a cuidarme - comenta.

Miro a mi esposo. - Tú me mandaste a darles la charla - se justifica.

- Además mientras tenga esto - saca de su bolsillo un paquetito plateado. - Está todo controlado - asegura divertido.

- ¡Estás castigado! - digo molesta.

- Pero mamá - se queja.

- Ve a prepararte para la graduación de tu hermano - interviene su padre.

Quejándose de todo lo veo subir por las escaleras justo cuando Nick y Fran bajan riendose.

- Nos iremos a correr - informan.

- Espera - detengo a mi hijo y lo abrazo fuerte.

- El bebé de mamá - broma mi hija de catorce años.

Destinos cruzados (0° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora