11.

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Narra Eva.

El ambiente se había puesto demasiado difícil, el enojo era peor ya que llevamos alcohol en nuestro cuerpo. Todo el camino fue en silencio, en el ascensor nos despedimos. Sam se notaba nerviosa y Flavio tenía cara como nunca de enfado. Bajamos y entramos a la habitación. Fui al baño y al salir él estaba sentado en la cama.

Es solo un mal entendido, lo sabes no.- solté y el me miro.- puede que le dije que no estaba en pareja pero estaba dolida.

Entonces esa es tu excusa.- me respondió y apoyo sus codos en la cama ingeniándose un poco.

No es una excusa, te estoy explicando.- dije apoyada en una mesa que había.- yo te respeto Hugo y hasta lo hacía cuando no era oficial.- dije y el me miro asistiendo. Me acerque y me senté en sus piernas colocando mis piernas a cada lado.- no te enfades, por fa.- dije acariciando su nuca.

El suspiro y junte nuestras bocas que al instante correspondió, sus manos fueron a mi vestido y lo subió hasta que sus manos apretaron mi culo. Jadee en su boca y mordí su labio. Los besos intensos llegaron y yo empecé a desabrochar su camisa acariciando su pecho.

Me perdonas.- dije mordiendo su oreja y luego besar su cuello.

Hiciste algo que pides perdón.- soltó y lo mire desordenando su pelo.

No, pero se que estás molesto.- dije mientras mis dedos juegan en su pecho.- o celoso.- solté jugando.

Veo que sabes bien.- dije y beso mi cuello mientras sus manos recorrían mis piernas para luego dejar un apretón en mi culo.

Y dime, que te molesta.- dije sacando su camisa.- el pensar que otro hombre puede tocarme y...- me corto.

Ni lo digas.- soltó molesto.

Y que me folle.- solté para joder, el me apretó más a él agarrando mi cintura y solté un gemido al sentir su miembro.

Tú eres mía.- dijo acariciando todo mi cuerpo.- entendido señorita Barreiro.- y de un tirón saco mi vestido.

Entendido señor Cobo.- solté y me lance a sus labios. Me levanto para tirarme en la cama y el quedar encima.

El calor llegó, las prendas desaparecieron y fuimos uno. Amaba estos momentos, me hacía sentir única. Sus besos, sus caricias, su forma de hacérmelo, me hacía erizar completamente.

Hugo..- solté con un suspiro.- te quiero.- dije acariciando su nuca.

Y yo.- gemí cuando seguía dentro de mi.- y yo mi amor.- rozó nuestras bocas para luego morder mi labio.

Habíamos cerrado una noche hermosa, como siempre cuando estaba con el. Me acomode en su pecho para dormir y me abrazo fuerte.
Empecé a despertarme y estaba en la misma posición que nos habíamos dormido, parecía que habia corrido un maratón, me dolía todo y no lograba moverme. La urgencia de ir al baño me obligó a tener que levantarme.

Quieta.- soltó Hugo.

Suéltame entonces, necesito ir al baño.- reí y lo hizo quejándose.- quejón.- dije y me fui.

Aproveche para darme una ducha y despabilar un poco. Me quede bastante tiempo bajo la ducha y al salir el seguía durmiendo. Me puse algo cómodo, supongo que iríamos a la piscina o algo.

Amor.- susurre acariciando su cara.- ya es tarde, vamos a perder el día.- dije.

Está bien.- soltó sin más y me abrazo.- buenas.- dijo luego de un rato.- me ducho y bajamos a comer algo.

Por favor te lo pido.- solté y rio robándome un beso.- Sam no me ha hablado, se habrán arreglado.- dije preocupada.

Y se lo veía enojada a fla.- soltó y asistí.- pero no creo que se peleen por mucho, más por esto.- dijo levantándose.

Esperemos que no amor.- el hizo una mueca y se metió al baño.

Ordene un poco y el también tardo. Sam al rato cuando ya estábamos comiendo me mando diciendo que recién se levantaba y que debía seguir con la reconciliación, era una tarada. Así que pasamos un el día tranquilo y solos los dos.

Narra Hugo.

Luego de unos días estábamos volviendo a casa, ambos teníamos que trabajar. Los chicos ese mismo día ya se arreglaron, había sido el momento por suerte.

Vienes a casa.- me pregunto Eva mientras se levantaba de mi hombro, todavía estábamos en vuelo.

Mañana debo estar a primera hora en la oficina, sino tienes problemas ven tu conmigo.- solté mirándola.

No se, debo pensarlo.- jodio.- qué beneficios hay.- soltó y reí.

Más de los que te imaginas.- dije y sonrió.- duermes acompañada, puede que tengas una buena noche.- dije con picardía.- y lo bueno de eso es que conmigo.

Compro.- soltó y reímos.- está bien, voy contigo, no tengo nada mañana.- asistí y bese su mejilla, volvió a acostarse.

Por suerte no faltaba mucho para llegar y el tiempo se pasó rápido. Llegamos y ya eran las 21hs y el viaje te dejaba un cansancio impresionante. Fuimos a casa y pedimos algo de comer.

Dejo acá bajo las valijas, total mañana ya me voy.- dijo.

Recién llegas y ya te quieres ir.- solté y nego riendo.

Si quieres me quedo a vivir contigo eh, yo cero problemas.- acaricie su mejilla.

Yo encantado.- dije y era verdad.

Me das una remera tuya.- soltó una sonrisa de niña buena.- prometo devolvértela a esa.- rei.

Sabemos que no va hacer así pero te voy a prestar igual.- beso mis labios y subimos.

Nos cambiamos y al rato la comida llegó. Creo que comimos rápidos porque los dos queríamos ir a dormir. Y así fue, a penas terminamos nos fuimos a acostar, allí caímos redonditos y no desperté en toda la noche, maldije al escuchar la alarma. La apague rápido y me levante para arrancar la rutina. Me prepare y agarré todo lo necesario para no volver a la habitación así no la molestaba. Deje un beso en su mejilla y la tape bien, camine hacia la puerta y la mire sonriendo, me encantaba la idea de arrancar todos mis días así.

Conquístame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora