Con ropa

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...

...

...

—No. 

—¡Algo rápido, vamos Chuuya! 

Chuuya tenía exactamente media hora para llegar al trabajo. Lo único que le hacía falta era desayunar puesto que ya se había bañado, cambiado y agarrado sus cosas. Sin embargo, antes de que pudiera abandonar la habitación, un larguirucho brazo oculto debajo de las sábanas le paró en el acto con la excusa de que había soñado con él y ahora quería hacerlo. 

¿Se arrepentía de andar con Dazai? Un poco sí. ¿Tenían tiempo para algo rápido? Tal vez si no desayunaba, sí. ¿Quería desayunar? Definitivamente. 

—Ya te dije que no. Déjame ir —seguía tirando de su brazo, tratando de zafarse del agarre del otro que seguía de terco. 

—¡De verdad, rápido! Es más, ni siquiera te quitaré la ropa, ¿si?

El castaño siguió insistiendo, no le dejaría ir hasta que fuera noqueado si era necesario, mas al notar que Chuuya no le respondió nada, sino que se le quedó viendo, pensando en si era buena idea o no, aprovechó de ese momento de duda en el otro y lo jaló hacia la cama con él, poniéndose encima en un movimiento rápido, agarrando ambas muñecas del otro y poniéndolas justo al lado de su cabeza, lo había atrapado. 

—¡¿Por qué estás tan prendido a las nueve de la mañana?! —Chuuya le gritaba desde abajo de él, poniendo ahora más fuerza para zafarse de no uno, sino dos agarres en sus muñecas. 

El castaño le sonrió con malicia sin siquiera pensar en responderle y, antes de que el pelirrojo de verdad se lo agarrara a golpes o se zafara, se inclinó hacia él para unir sus labios. Chuuya se olvidó casi al instante que estaba tratando de escapar, derritiéndose en el beso, sus dos manos dejando de poner fuerza a la vez que seguía el beso con lentitud y cariño. No era un beso que esperaba, pero tampoco lo rechazó. Cuando Dazai notó que el enano ya no estaba oponiéndose, decidió liberar sus muñecas, sintiendo los dos brazos del pelirrojo rodeándole casi en seguida. 

Cuando se separaron y Chuuya vio el rostro de Dazai, supo que tal vez ya no había escapatoria de esto, así que, mandando todo al caño, volvió a juntar sus labios en un beso mucho más intenso que el primero, en donde las mordidas de labio y batallas por la dominación empezaron, inundando el cuarto con el sonido de sus lenguas chocando y sus labios moviéndose en sincronización. 

Al separarse, Dazai con cuidado de no desaliñar mucho las ropas del pelirrojo, fue bajando sus labios hasta llegar al cuello de este, removiendo con sus dientes el choker tan representativo que Chuuya siempre llevaba y empezando a atacar esa zona. Chuuya por instinto y ya acostumbrado a la acción, alzó su cabeza para arriba para que el castaño pudiera abarcar más espacio, posando sus manos en el cabello de este mientras suspiros empezaban a salir de su boca, su respiración acelerándose conforme pasaban los segundos y, maldita sea, en serio debía ir al trabajo, pero una vez cayó en la cama... no hubo mucho que hacer. 

Dazai en serio quería quitarle la ropa con los dientes cuando escuchó sus suspiros, viendo de reojo las mejillas sonrojadas del enano, sintiendo cómo sus manos acariciaban sus cabellos castaños, como si le estuviera diciendo que estaba haciendo un buen trabajo, que le dejara más marcas, pero no podía, no cuando le había dicho que no le quitaría nada. Vio el reloj sobre la mesa de noche a su lado. Tal vez no pudieran tener sexo en si, pero al menos haría que Chuuya se viniera para que pueda ir al trabajo, no lo dejaría ir ahora que estaba así, tampoco era tan cruel. 

Con eso en mente, decidió no divertirse con el torso del pelirrojo y bajó su rostro hasta el cierre de su pantalón para bajarlo, meter la mano en el bóxer y empezar a acariciar el miembro del enano que no se esperaba que el castaño en serio se moviera tan rápido, emitiendo un sonoro gemido que solo incitó más a Dazai. 

Bueno, tal vez no haya sido tan mala idea. El idiota de verdad no le había quitado ninguna prenda, había ido directo hacia abajo y ahora le estaban dando una muy buena estimulación. Sintiendo la mano del otro subiendo y bajando cada vez con más rapidez, era bueno sí, pero si quería terminar rápido tendrían que hacer otra cosa. Dazai que estaba disfrutando de los gemidos del pelirrojo, tal vez no tan sonoros como otras veces pero si audibles, sabía que estaba haciendo un buen trabajo, pero nada más. Así que, con la presión del tiempo, decidió bajarle un poco más los pantalones junto con la ropa interior a Chuuya y, antes de que este pudiera ver qué era lo que tramaba, se metió todo el miembro a la boca, sonriendo con satisfacción al escuchar el grito que el enano pegó y sentir como su pene crecía considerablemente en su boca. 

Y Dios, sí, de esto estaba hablando Chuuya cuando decía que probablemente necesitarían hacer algo más, pues su cabeza había acabado yéndose para atrás por completo mientras sus manos se movían hacia la cabeza del castaño, apretando sus cabellos siempre que iba muy a fondo. No era como si Dazai nunca le haya hecho un oral, sino que rara vez lo hacía pues era él más bien el que hacía los orales, pero maldición, cuando el castaño lo hacía, era como viajar por todo el universo de ida y vuelta. Sus gemidos fueron incrementando conforme la boca del otro trabajaba con más rapidez o bajaba de más, la ropa empezando a molestarle porque se sentía algo sofocado con ella, se la quitaría si no tuviera que ir a trabajar después de esto, pero no era el caso. Así que, con todo y ropa, sus caderas empezaron a moverse por instinto queriendo sentir más la boca de Dazai sobre él, que su lengua o incluso dientes jueguen con él, que le haga venir. 

Y así le hizo, porque cuando Dazai sintió que el pelirrojo ya estaba llegando a su límite, aunque ya la estaba empezando a doler la quijada, decidió ir aún más a fondo las últimas tres veces, casi sintiendo cómo le tocaba la garganta y... Chuuya no pudo avisarle porque estaba demasiado ocupado gimiendo y tratando de calmar su respiración, así que cuando sintió el líquido del enano, indicándole que ya había llegado al orgasmo, lo único que pudo hacer fue tragárselo todo. 

Chuuya quedó tendido sobre la cama con los pantalones y bóxer aún algo bajos, los brazos extendidos y su respiración agitada. Dazai ya se había parado, agarrado toalla, ropa limpia y empezado a dirigirse al baño.

—¿Ves? Ropa aún puesta, nos vemos al rato —le guiñó el ojo a Chuuya antes de meterse al baño. 

...

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Siguiente: Bajo el agua. 

Soukoku. OTP challenge +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora