Cerezos en flor

522 45 94
                                    

Los personajes de Sakura CardCaptor no me pertenecen son una idea original de Clamp

 escuchó unos ruidos que llamaron su atención, se percibían en el jardín, agudizó el oído, ahora el ruido se oía en la puerta de la maestra Kinomoto, una angustia lo comenzó a invadir, caminó silencioso hasta un armario donde guardaba su espada y ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

... escuchó unos ruidos que llamaron su atención, se percibían en el jardín, agudizó el oído, ahora el ruido se oía en la puerta de la maestra Kinomoto, una angustia lo comenzó a invadir, caminó silencioso hasta un armario donde guardaba su espada y la desenvainó con cuidado, abrió su puerta con total sigilo y en efecto la habitación de la castaña estaba entre abierta, se acercó empuñando su espada con decisión, al llegar hasta los aposentos de la maestra asomó su cabeza y lo que vio lo dejó paralizado...

Un par de centellantes ojos dorados lo observaban, el brillo de la luna en cuarto menguante era su única iluminación, la mirada en esos ojos era amenazante, el castaño recobró la movilidad y entró decidido a la habitación de la maestra Kinomoto, ante la mirada penetrante de ese par de orbes brillantes que seguían atentos su andar, Shaoran no creía en los demonios pero podía afirmar que esos ojos no eran humanos, se aventuró a despegar la mirada del ser misterioso y la dirigió hacia su colega quien seguía plácidamente dormida ignorando el posible peligro que la asechaba, ese pequeño momento bastó para enfocar nuevamente la mirada en el demonio de ojos dorados, solo para darse cuenta que el animal ya no lo miraba si no que había regresado a su labor.

Con la mano que tenía libre Shaoran revolvió su cabello con desesperación, el demonio no era tal, tan solo el gato amarillo que comía unos dulces que la maestra Kinomoto había dejado en su mesita baja, el condenado animal movía su cola elegantemente mientras comía y en algún momento volvió la mirada hacia Shaoran de forma inocente.

—Maldito animal del demonio—Gruñó en un susurro, para evitar despertar a la maestra Kinomoto y salió con desesperación de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

Envainó nuevamente su espada y la guardó, regresó a su futón furioso murmurando maldiciones en chino sobre los gatos glotones.

Un mes había pasado desde que Shaoran era parte de los médicos del Shogun, los días pasaban entre consultas y tratamientos, la herida del hijo de Terada había cicatrizado con éxito, dando pie a que Tsukishiro, Yamazaki y la propia Sakura aprendier...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un mes había pasado desde que Shaoran era parte de los médicos del Shogun, los días pasaban entre consultas y tratamientos, la herida del hijo de Terada había cicatrizado con éxito, dando pie a que Tsukishiro, Yamazaki y la propia Sakura aprendieran el procedimiento de sutura de heridas con hilo de tripa de animales y practicaban con los aprendices de Samurái que llegaban a la consulta heridos por el entrenamiento.

Extracto de flores de cerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora