Las virtudes del guerrero

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Los personajes de Sakura Card Captor no me pertenecen son una idea original de Clamp

Shaoran y Eriol caminaban a paso apresurado llevando a cuestas a Ikeda y a Haku, por las veredas del perpetuamente majestuoso jardín del castillo de Edo, el médico chino siempre se había caracterizado por ser una persona con hambre de conocimiento...

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Shaoran y Eriol caminaban a paso apresurado llevando a cuestas a Ikeda y a Haku, por las veredas del perpetuamente majestuoso jardín del castillo de Edo, el médico chino siempre se había caracterizado por ser una persona con hambre de conocimiento, además de la medicina, le gustaba estudiar filosofía, sabía acerca del Tao y estaba convencido de él, también entendía sobre las enseñanzas de Buda, además del Confusionismo, pero cuando leyó sobre el código samurái, acerca de los siete preceptos del bushido no pudo estar más de acuerdo con ellos, más allá de ser reglas, eran un estilo de vida, conocidos como las siete virtudes del guerrero.

La primera era Gi, justicia, se refiere a ser honrado en el trato con todo el mundo, para un samurái no existen las tonalidades de gris, solo existe lo correcto y lo incorrecto. Shaoran pensaba que era un precepto muy tajante, pero debido a la responsabilidad que cargaban en sus hombros dichos guerreros debían ser así.

El segundo Rei, respeto o cortesía, los samuráis no tienen motivos para ser crueles, el samurái es cortés hasta con sus enemigos, un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por la forma en la que trata a los demás.

El tercero Yu, coraje, se alza sobre las masas que temen actuar, el samurái tiene valor heroico, pero no ciego, vive de forma plena y completa.

El cuarto Meiyo, honor, el samurái solo tiene un juez; su propio honor, las decisiones tomadas y como son llevadas a cabo son un reflejo de quien es en realidad, el samurái nunca podrá ocultarse de sí mismo.

El quinto Ji, benevolencia, gracias a su entrenamiento un samurái se vuelve rápido y fuerte, no es como el resto de los hombres, desarrolla un poder que debe ser usado en favor de los demás, debe tener compasión.

El sexto Makoto, honestidad, cuando un samurái dice que hará algo es como si ya estuviera hecho, el samurái no promete ni da su palabra, con el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer, hablar y hacer son lo mismo.

El séptimo Chuugi, lealtad un samurái es fiel a aquellos que están bajo su protección, es leal para aquellos de los que es responsable.

El pensamiento de Shaoran coincidía con cada uno de esos preceptos, quizás por ello se llevaba bien con Eriol, quien los seguía al pie de la letra, a pesar de tener personalidades muy diferentes ambos hombres seguían un mismo estilo de vida.

En esos momentos a Shaoran se le olvidó que era extranjero, que el pueblo japonés no era su pueblo, sin embargo, el lucharía junto con el samurái para defender una causa justa, cuando aceptó ser médico en ese palacio, más allá de proteger las rutas comerciales de su familia, se comprometió a velar por las personas que ahí habitaban y lo había hecho con la ciencia médica, pero ahora era tiempo de hacer uso de las artes marciales.

Extracto de flores de cerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora