Una promesa para los Kinomoto

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Los personajes de Sakura CardCaptor no me pertenecen, son una idea original de Clamp

Pequeños rayos de sol se colaban por la claridad de las puertas de la habitación del maestro Li, el ambiente era tan cálido, un delicioso aroma a flores inundaba todo el lugar, Shaoran abrió sus ojos lentamente, estaba increíblemente cómodo, inten...

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Pequeños rayos de sol se colaban por la claridad de las puertas de la habitación del maestro Li, el ambiente era tan cálido, un delicioso aroma a flores inundaba todo el lugar, Shaoran abrió sus ojos lentamente, estaba increíblemente cómodo, intentó incorporarse, pero su cuerpo aún estaba un poco adolorido, unas pequeñas manos descansaban sobre su pecho, unas piernas envolvían las propias y hebras de cabello castaño caían sobre su torso, inclinó su cabeza y ese hermoso cabello le hizo cosquillas en la nariz, su pequeña yosei, aún estaba dormida, se veía tan angelical.

—Sakura, despierta— susurró suavemente el médico—. Creo que llegaremos tarde al trabajo.

—Hoy no quiero ir papá, los samuráis siempre se están lastimando en las prácticas— protestó Sakura, mientras se acomodaba mejor en el pecho del castaño y lo abrazaba como si de una almohada se tratara.

—Cerezo, tenemos que ir a trabajar, despierta— dijo mientras inclinaba su cabeza y le daba un beso en la coronilla.

—¡No quiero!, porque luego llega Touya a entrenar con ellos y me empieza a molestar— balbuceó la castaña, mientras hacia un mohín infantil—. Dile a Yukito que vaya él.

Una risa brotó de Shaoran al ver a su pequeño cerezo hacer un berrinche mientras dormía, el movimiento que provocó la risa del castaño despertó poco a poco a Sakura.

La esmeralda tomó conciencia lentamente, se sentía totalmente cómoda y calientita, así que se aferró más a lo que pensaba que era su almohada, que ese día estaba especialmente agradable, mientras empezaba a abrir sus ojos verdes ante la mirada atenta del hombre que descansaba junto a ella, quien la observaba con adoración, en un principio se sintió desorientada, no reconoció el lugar y de pronto se dio cuenta que tenía a Shaoran totalmente atrapado, sus brazos y sus piernas lo rodeaban, como solían rodear su almohada todas las noches.

—¡Hoe! — exclamó mientras intentaba alejarse totalmente sonrojada, pero el castaño fue más rápido y la aprisionó por la cintura.

—¿A dónde crees que vas?, no te puedes ir si no me deseas los buenos días— sonrió travieso y se acercó para besarla lentamente en los labios, Sakura correspondió el beso, nuevamente las mariposas hicieron su aparición, fue un contacto muy tierno, a pesar de que ya habían compartido un beso más apasionado, Shaoran quería ir con calma, al menos hasta que tuviera el consentimiento del maestro Fujitaka—. Ahora sí, buenos días, Sakura.

El carmín que invadía las mejillas de Sakura junto con esos ojos verdes brillantes y la sonrisita que dibujaba en sus labios tenían deslumbrado al lobo, esa mujer era preciosa, tenía el cabello totalmente revuelto lo que le daba un toque adorable.

—Bu... bue...nos días Shaoran— dijo nerviosa, pero inmediatamente después tomó su papel de médico— ¿Dormiste bien? ¿Cómo te sientes? ¿Te sigue doliendo el cuerpo? Tienes que comer para tomar tus medicinas— parloteó mientras tocaba su frente para asegurarse que no había fiebre y tomó su muñeca para sentir su pulso, colocó ambas manos en sus mejillas y analizó sus ojos.

Extracto de flores de cerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora