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―¿Tus manos se encuentran bien, Killua?―cuestiona Gon con curiosidad, observando las extremidades de su amigo.
Las manos del albino habían resultado gravemente heridas luego del partido de quemados que tuvieron contra Razor. Soportar la intensidad del Nen de Gon causo fuertes lesiones en las manos del niño, pero este no parecía muy afectado por eso.
Aún así, Gon utilizó la carta "Aliento de Arcángel" en él y los tres enemigos que derrotaron hace poco. Eso hizo que las heridas de Killua sanaran de inmediato, y podría hasta decir que sus manos están incluso mejor que antes.
―Ya te dije que si, muchas veces ―rueda los ojos, haciéndolo sonreír apenado―. Como sea, por fin nos falta solo una carta para terminar con todo esto.
―Eso es genial, ¿no lo crees?―cuestiona emocionado, a lo que el asintió―. Debemos buscar a Biscuit-san para que nos acompañe.
―Eh... ¿a dónde se fue la vieja bruja?―pregunta con fastidio, haciendo una mueca. Gon se encogió de hombros, sin saber que responder.
―Tal vez fue a buscar comida, deberíamos hacer lo mismo. Muero de hambre...―murmura, haciendo un puchero y sobando su estomago.
―Yo igual, pero ya es de noche y estamos lejos de los pueblos.―comenta Killua, sintiendo como su estomago empezaba a gruñir.
―¡Busquemos algo en el bosque entonces!―anima su amigo, para luego empezar a correr.
Killua lo siguió igual de animado. Ambos empezaron a buscar bayas o frutas entre las plantas del bosque, encontrando una que otra cosa de utilidad. Cuando el albino estaba por comerse una baya, sintió a lo lejos la presencia de varios individuos.
Normalmente no se hubiera preocupado mucho, pero hace rato dieron el anuncio de que un jugador había logrado reunir noventa y nueve de las cartas de ranura restringidas. Era de suponerse que el resto de los jugadores empezarían a buscarlos para robarles las cartas antes de que completaran el album, y no pensaba dejar que eso sucediera.
