3. ¿Quién es él?

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Levantarse a las seis de la mañana era un verdadero desafío

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Levantarse a las seis de la mañana era un verdadero desafío. Más todavía, cuando tu compañero de habitación pasa toda la noche roncando y al otro día se levanta con una alarma, que más encima era una música electrónica sin tener consideración de una persona que recién estaba conciliando el sueño.

Por otra parte, debo agradecerle a esa ruidosa alarma. De lo contrario, ahora no me encontraría sentada en uno de los primeros asientos esperando ansiosa la entrada del profesor, teniendo en cuenta que en el pasado llegaba con veinte minutos de atraso.

Jonny está sentado a mi lado. Esta vez luce más animoso, su rostro irradia energía y un cierto grado de concentración, lleva consigo una computadora y tiene un cuaderno abierto esperando el momento de ponerle la tinta del lápiz sobre él. Ahora, su fisonomía de chico débil estaba envuelta en un chico listo e inteligente.

Mi celular sonó e inmediatamente me distrajo de mis pensamientos. Con urgencia lo saco del bolsillo de mi pantalón encontrándome con un mensaje de Claire. Por inercia di una gran sonrisa al encontrar su nombre.

Rubia favorita: Suerte en tu primer día y aprovecha de echarles un buen ojo a esos chicos, hazlo por mi también ;)

Su comentario me causo gracias, Claire no era ella si no le encontraba el lado positivo a las cosas. Aunque me hubiera gustado que mamá también lo hiciera. Nuestra última conversación fue una discusión que a ambas nos lastimó, pero su orgullo no se iba a doblegar primero, tendría que ser yo quien cediera, y claro que lo haría, por lo menos hasta que se calmen las cosas y consiga que esa decepción se transforme en un "estoy orgullosa de ti"

Luego de unos minutos, la sala de clases ya estaba llena de chicos. Me perturbo por unos segundos, me sentí atrapada en medio de la extinción femenina. Se escuchaban murmullos, risas y conversaciones que me hubiera gustado no haber escuchado. Estaba reprimiéndome internamente, cuando de pronto hace una entrada flameante un chico que de seguro resaltaba con notoriedad; rubio, atlético y una sonrisa que dejaría aturdida a cualquier chica, teniendo en cuenta que yo era la única. Me sentí afortunada por eso.

Me doy cuenta de que se trataba del mismo chico que me atajó en la entrada el día de ayer, venía acompañado de su amigo, al igual que él, tenía características muy peculiares y notorias.

La entrada del profesor me distrajo, y no, no me refiero a que hizo una entrada flameante donde una estudiante quedaría hipnotizada por él. Al contrario, resultó ser un hombre corpulento con barriga; venía con el ceño fruncido y el semblante tan rígido que me perturbó por un instante.

En este preciso instante el profesor Lind se estaba convirtiendo en mi enemigo mortal, lo digo porque tenía la pizarra completamente llena de ejercicios, y debo mencionar que las clases de matemáticas formaban mis más horribles pesadillas cuando niña.

—Muy bien chicos, presten atención —pidió en voz alta el señor Lind—. Necesito a un voluntario para explicar el ejercicio dos.

Hubo un silencio sepulcral por varios segundos, hasta que mi compañero de puesto levantó la mano tímidamente y el profesor le cedió la palabra.

Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora