27. ¿Y si ya no hay mas odio?

2.7K 323 461
                                    

Después de clases fui directo a las duchas, esperé hasta que no quedara nadie dentro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de clases fui directo a las duchas, esperé hasta que no quedara nadie dentro. Cuando comprobé que estaba sola, me introduje en una de ellas; me desvestí con rapidez para luego abrir el grifo y dejar el agua caer sobre mi cuerpo. Sentí mis músculos relajarse cuando el agua fría me rozo por completo, era una sensación agradable hasta que escuché unos pasos aproximarse.

Precavida, cerré el grifo, tome la toalla y la envolví alrededor de mi cuerpo lo más rápido posible, intentando ocultarme lo más que pueda, pero luego la puerta del cubículo en el cual me encontraba se abrió de golpe, dejándome ver el rostro de William.

¿Acaso aquí no existía la privacidad? ¿Quién se cree?

—¿Qué haces aquí? —cuestioné precavida y a la vez molesta.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza—. ¿No quieres compañía? —su tono de voz se oyó coqueto.

—De ti, claro que no —respondí, haciendo una mueca de desagrado.

—Tú te lo pierdes —dijo arrogante—. Como sea, ¿ya tienes la respuesta?

—No —respondí tajante.

Él me queda mirando pensativo y a la vez podía percibir cierta molestia en su rostro.

—Está bien, te lo hará más fácil. Ven conmigo esta noche.

—¿A dónde y para qué?

—A un club. Necesito que veas algo. —Respondió—. Ponte algo cómodo. Esta noche serás mi pareja.

—Mala suerte para ti. No traigo ropa para eso.

Me observo despectivo—. No quiero de compañía a un chico, sino a una chica.

—¿Y a mí qué? Ese no es mi problema —respondí encogiéndome de hombros—. Tampoco me apetece ir.

Me observó pensativo y luego una sonrisa irradio su rostro, fue extraño, porque justamente así me sonreía cuando no sabía de mí identidad. Se acercó unos pasos y puso su mano sobre mi mejilla delicadamente. Quise apartarlo porque no me agradaba su tacto.

—Pasémoslo bien —propuso con una sonrisa de lado—. Yo me encargo de tu ropa. Te estaré esperando a las diez fuera de las rejas y no esperare un no por respuesta.

Iba a protestar, pero no pude porque su mirada punzante me desafiaba de una manera diferente. Y además ya se había dado la vuelta para irse.

¿Y ese comportamiento?

Igual podía no ir y dejarlo plantado.

¿Qué me importaba a mi lo que quería mostrarme?

Para que mentir, igual tenía cierta curiosidad.

***

Tal como había dicho William, me estaba esperando fuera de las rejas del New Center. Ya era de noche y estaba oscuro, las luces del colegio estaban apagadas y con suerte lo localice gracias a las luces de su auto.

Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora