¿Seguro que no está Embrujado?

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Se puso a escuchar música por la puerta, pero a él no le bastaba. Él quería verlos en acción.

Gustabo miró las motos otra vez y observó que una tenía amapolas dibujadas.
—No hay nada mejor que unas florecillas para demostrar lo malote que eres.— Pensó. También vio un trineo roto—. Que de paso aquí haya la Play 5 ya que estamos. — Pensó, sarcástico.

Se acercó al gorila
—¿Te puedo ayudar? — Preguntó el gorila que tenía las anillas de los juegos olímpicos en las dos orejas.
—Sí. — Dijo Gustabo, enseñando un carné de identidad falso—. Tengo 18.
—Esto es falso, pero creíble. No sabes dónde te metes niñato. Pirate. — Dice el gorila y le tira el carné al suelo. Gustabo lo coge y da media vuelta.
—No puedo dejar que me mangonee. Puedo enfrentarme a él o buscar algún algo por donde pueda colarme. — Pensó Gustabo.

Gustabo volvió a ver la pelea entre esos dos hombres, el que estaba en el suelo le recordaba a su hermano. Entonces se puso tras la caravana del supuesto dueño que era el hombre que pegaba al chico.  Y con la ayuda de un rotulador y un spray que saca de su mochila escribe; ¡Ey, Kids! ¡Caramelos gratis!

Gustabo se dirigió al gorila nuevamente, se imaginó unos cuantos círculos. Cada vez que le hiciese un zasca a ese tío un círculo se llenaría, era un juego raro, pero es un malote rarito y más o menos retorcido a su manera
—¿Otra vez tú, niñato? — Dijo el Gorila.
—¿Esa moto con florecillas es tuya? — Preguntó, señalando el vehículo.
—Sí.
—Es . . . Bastante molona.
—Vaya, gracias. ¿Tienes otra cosa?
—No.
—Pues piérdete — Y cuando Gustabo estaba a punto de irse . . .—. Payaso.

Gustabo se giró y volvió a imaginarse esos círculos.

—#!@ ¡Es que no recuerdas cuando eras un puñetero adolescente! Quiero ver a esta banda. #!@
—Espera, creo que es hora de irse a dormir, niñato.
—#!@ Tengo insomnio, capullo. #!@
—#!@ Que mono. No te conozco de nada y si me buscas, estaré en el cuarto de al lado follandome a tu madre. #!@
—#!@ Aquí el mono eres tú, Gorila. #!@
—#!@ Eres duro de roer, niño. #!@
— #!@ ¿Niño? Sí, puede ser. Espera, ¡Esto es un puto patio de recreo, grandullón! #!@ Creo que un mariquita cómo tú, con esa bici con florecillas no me intimida.
—Escucha, mi jefe; El señor Prego decide quién entra y quién no.— A Gustabo solo le faltaba rellenar un círculo.
—Haz la vista gorda. Además, soy gracioso, la gente me adora. Porfa.
—Cuéntame un chiste.
—Toc, toc.
— . . .
— Toc, toc.
—¿Quién es?
—Tu creatividad para las peleas de zascas — Pone una voz más aguda—. Y aquí abajo las pelotas que no tienes de dejar a éste chico molón pasar.
—¿No aceptarás un "No" por respuesta?
—Nop.
—¿Crees que eres rival para mí?
—Sip.

El Gorila se acerca más a Gustabo.
—¿Y si nos cagamos a piñas?
—Sin problemas. — Respondió Gustabo.
—¿Y si tengo una pistola?
—Por mí, ¡como si tienes un puto lanzallamas, un ejército de robots o a Adolf Hitler de tú puñetero lado! ¡Te llevarías una paliza!
—Está bien, capullo pasa y que te jodan.

☂️

Gustabo entró, pero había demasiada gente y no podía ver bien a la banda. Las luces no dejaban de parpadear. Se dirigió a la barra que era el lugar más seguro e allí había un hombre con un husky naranja.
—¿Cómo se llama? — Le preguntó Gustabo.
—¿Ella? Manzana. — Gustabo  acarició a la perra.
—Un momento . . . ¡Esta era mi perra! ¿Donde la encontraste?
—En el barrio pijo al lado del cartel de Vinewood. En el collar ponía Manzana e así la he llamado.
—¿Cuánto le debo?
—¿Qué?
—De dinero.
—No, la perra es mía.
—¿Qué?
—Mis hijas me dejan en paz cuando juegan con esta loba. Ni de coña te la vendo y si intentas algo raro te morderá. — Gustabo cogió una botella de cerveza y se la estampó al hombre. El hombre cayó al suelo y Manzana se abalanzó encima de Gustabo, pero no para morderle si no para lamerle la cara.
—Ya basta, ya basta, ya basta. Já Já Já me haces cosquillas —Gustabo se levantó del suelo y se llevó a Manzana esquivando a la gente.

Gustabo miró a una pared grafiteada en ella ponía: Darrien Merrick no te cases capullo.

Subió por una escalera y cuando iba a subir una fuerza extraña e invisible la impulsa contra el suelo y la escalera de madera se parte.


¡APARTA! [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora