Ayuda inesperada.

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Íbamos de camino Trollino, Raptor, Flex y yo a casa de Timba cuando una alarma aguda y revienta tímpanos empezó a sonar por toda la Última Ciudad. Como si llevar al reptil inútil y al mapache a una emergencia no fuera suficiente carga emocional...

-¿Qué ocurre?- preguntó Raptor.

-Ni que fuera la primera vez que escuchamos una alerta como esta Raptor...- comentó preocupado Trolli.

-Espero que esta vez no acabe la ciudad destruida...- suplicó Flex. 

Recordé la noche en que tuvimos que huir del ataque de unos Ghasts con mucha preocupación y recé para que no volviera a suceder... No es agradable ver ciudades caer.

Miré a Trolli y él me sonrió. También estaba nervioso, pero intentó tranquilizarme.

-Tranquilo Mascotita, todo saldrá bien...

Pisó el acelerador, pero no llegamos muy lejos.

La Ciudad entera había entrado en pánico, llegando incluso a tener que participar los Cazadores y los Proteos más fuertes. Lo que no hizo más que empeorar las cosas. 

Salí del coche al ver cómo uno que se había transformado en oso se había lanzado a atacar a una familia a lo lejos. Me enfrenté en mi forma de lobo y al reconocerme a mi y a mis compañeros nos abrieron paso.

Después de haber entrenado a mucha gente que ha conseguido grandes cosas las personas nos respetaban. No era por fardar... Bueno, un poco sí.

-¡VAMOS A VER!- empezó a ordenar Trolli mientras Raptor, Flex y yo conteníamos a la gente- ¡Que todo el mundo se dirija a la base de los Cazadores en calma! ¡Si cundís al pánico será peor! ¡Ya habéis visto cómo han tratado a esta familia! ¡ASÍ QUE MARCHAD EN CALMA Y ASÍ LOS CAZADORES PODREMOS DEFENDEROS DE LO QUE VIENE Y NO DE VOSOTROS MISMOS!

La charla dio resultado: la cosa marchó mejor, pero eso no significó nada.  Al poco una masa enfurecida empezó a aporrear las puertas de la base de los Cazadores. Algo grave sucedía. 

-¿Qué mierdas ocurre ahora?- preguntó Flex antes de transformarse en un pájaro y volar a ver qué sucedía.

Mientras, el resto intentábamos calmar a la gente. Alcé un momento la vista y vi cómo una gran oleada de no-muertos se acercaba lentamente hacia nosotros. Lento y mortal.

Ahora entendía porqué había sonado la alarma, y no me hacía ninguna gracia.

Miré a Trollino, se había puesto blanco cual papel, pero también estaba más serio y preparado para lo que vendría.  Nos abrimos paso entre la gente y nos pusimos en primera fila para prepararnos para la batalla. Y como nosotros, más Cazadores se dispusieron a defender a los civiles.

Los Proteos como yo nos convertimos en fieras bestias para ser lo más útiles posibles. Yo, como siempre escogí mi forma de lobo, Raptor se decidió por un dinosaurio de importante tamaño, y al poco se nos unió una especie de Flex alien con muy malas noticias.

-La base está colapsada, no cabe nadie más; encima no hay suficientes Cazadores para defender a todos los que están fuera.

-¿Y qué dicen los de arriba?- preguntó Trolli.

-No lo sé, no he habado con Dios- respondió-. Pero he hablado con uno de los capitanes y ha dicho que es "tarde para idear planes", así que supongo que es tarde para algunos.

Miró apenado a las personas que hacían lo imposible por conseguir entrar en la base. Allí habían familias, niños, enfermos,... Serían de la zona más alejada del centro de la ciudad y por eso no pudieron entrar en la base.

Las líneas del enemigo iban muy despacio, y eso nos dio tiempo para preparar armas y defensas de mejor calibre que un par de pistolitas cutres. Además, muchos de los civiles se prepararon con nosotros al darse cuenta de que las puertas de la base no se iban a abrir por nada del mundo. Más valía morir peleando que nada.

En cuanto uno de los zombis se puso a tiro los que que no eran mutantes empezaron a disparar. Los Proteos nos preparamos para entrar en acción en cualquier momento.

Pero algo sucedió, porque de repente dejé de escuchar balas volar.

Miré hacia el campo de batalla y vi cómo una niña se adelantaba a nuestras filas. Enseguida reconocí la figura  de mi sobrina Esperanza.

La llamé a gritos, pero no me hizo caso. Parecía absorta en sus pensamientos, y pasaba en medio de la calle como quien iba en un extraño sueño.

Ardía en deseos de ir a por ella y llevarla de vuelta con sus padres, pero no podía moverme de mi posición. Como le sucediera algo...

-¡Compas!- escuché la voz de Timba-. ¡No os vais a creer qué hemos descubierto!

Nos dijo que Esperanza había encontrado una llamada de socorro en una de las cartas de ____, y que al oír la alarma había conectado con algo que hizo que se pusiera nerviosa. Después de hacerles jurar que confiaran en ella les ordenó que buscaran al resto de los Compas.

-¿Y le habéis hecho sin más caso a una niña de nueve años?- preguntó Flex alucinado.

-Es que ella ha conectado con una Sirena de alto rango...- explicó Andrés con las mejillas todavía rojas por la carrera que habían hecho.

-¿Cuánto?

-Uno del que nunca habíamos oído hablar: es Tres Mike. La Sirena número Tres.

Miré a Andrés con curiosidad. Recordaba a Uno, Ocho y Quince, y según tenía entendido el resto estaban muertas. Bueno, no todas, sólo las que tienen un número inferior a once. Y no recuerdo que nadie hablara de esa tal "Tres".

- Bueno, pues espero que esté de nuestra parte- escuché decir a Mayo mientras se acercaba a nosotros junto con Víctor. Al fin estábamos todos reunidos.

Al poco de decir eso una mujer de cabello rojizo y porte de guerrera se acercó a Esperanza y le susurró algo al oído que hizo que la niña se sorprendiera y se girara a vernos.

Reconocí al instante a la mujer como la madre del niño que jugaba con Esperanza. 

-¿Qué hace ahí Lily?-preguntó Timba.

No hizo falta esperar mucho para enterarnos...

Hombres: un AU de los Compas (Monstruos 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora