Opciones, Pongo. Necesitamos otras opciones.

20 3 0
                                    

No puede ser no puede ser no puede ser no puede ser no puede ser no puede ser...

Ahí estaba el mono. Delante nuestra. Con su trajecito y sus gafas. La situación parecía un chiste.

¡Ah! Y... También estaba Sparta interrogando a casi voz de grito al pobre orangután naranja.

-¿¡DONDE ESTÁN?!¿QUÉ HA PASADO CON LAS SIRENAS?

No aguanté mas y le di una ostia a mi hermanastro. Todos estábamos nerviosos y teníamos muchas preguntas que hacerle. Pero si le haces una deja que te conteste al menos, ¿no? Pues él no parecía entenderlo.

-¡QUIERES CALMARTE DE UNA VEZ!

Me miró con mala leche y empezó a acariciarse la mejilla dolorida. Después, dejó que el orangután se explicara.

-El Campamento cayó a manos de los monstruos del inframundo hace semanas...

-¿Pero donde está ____? ¿Está bien?- siguió insistiendo Sparta.

Le miramos mal. Todos sabíamos que seguía enamorado de ella, y pareció entender que no era el momento de romanticismos. Se sonrojó hasta las orejas y se calló.

-Están a salvo... Pero no de la forma que nos gustaría...-respondió Pongo cabizbajo.

Creo que sé de qué hablaba, pero no es posible... Ellas jamás...

-¿Q-Qué quieres decir con eso?- preguntó Mike preocupado.

-Las Brujas las atraparon...

Nos miramos entre nosotros con los sentimientos a flor de piel. Si ellas habían caído... Poco tiempo le quedaba a la Última Ciudad.

-Debe haber algo que podamos hacer...-dijenl muy convencido.

-A no ser que de repente os transforméis en Sirenas de alto rango...

-Pero... Eco...-empezó a balbucear Sparta.

Pongo negó con la cabeza.

-¿Que fue exactamente lo que ocurrió?- preguntó Bernardo.

El orangután se sentó en el suelo cansado. Llevaba días sin descansar. Estaba sucio y demacrado, destrozado en muchos ámbitos.

-Las chicas... fueron secuestradas una a una mientras dormían.. No sé... No entiendo cómo pudo ser, pero así fue-explicó algo confuso-. Cuando me desperté no había ni una Sirena en el Campamento, y los seres del inframundo habían empezado a destruir parte de las casas.

"Ayudé a las familias que habíamos acogido y nos fuimos sin mirar atrás. Teníamos que irnos de allí.

Cuando llegamos los dejé en una casa segura y vine a buscarles. Necesito su ayuda."

Todos escuchamos expectantes. Ni siquiera Pongo podía explicar qué fue lo que sucedió con exactitud. La cosa estaba siendo tan extraña que hasta un mono parlante no podía explicarla.

-Sólo podía huir e ir a avisaros. Sé que no confiáis en mi- todos asentimos ante esa afirmación-. Pero tenemos algo en común: a ellas. Así que podéis odiarme por lo que hice en un pasado, pero no tenéis mas remedio que confiar en mí.

Recordé lo que hizo. Sí, puede que hiciera una putada, pero no teníamos mas remedio que confiar en él. No había otra opción.

-¿Y ahora qué hacemos?- pregunté.

-No lo sé señor...

En ese momento Sparta se enfadó y fue a por el mono. Pero le frené en seco. Estaba fuera de sí.

-¡MIENTES!

Todos le miramos confusos.

-¿De qué ha...

-¡SEGURO QUE LO SABES Y LO ESTÁS OCULTANDO!

Miré al orangután: estaba tres tonos menos naranja.

-Tenemos que avisar a la ciudad...- ordenó el mono ignorando lo que había dicho Sparta.

-¡¿PORQUÉ?! Son ellas, jamás harían daño a alguien...

Suspiré y le obligué a mirarme a los ojos. Tenía que traerlo de vuelta a la realidad. Por mucho que nos doliera a ambos.

-¿No has entendido nada? No son las chicas que conocimos hace unos años... Son los nuevos títeres del Titán Oscuro... Ya no son ellas...

Vi cómo se cristalizaban sus ojos con cada palabra. Recordé que había intentado olvidarse de esa Sirena diversas veces, y nunca lo consiguió.

Bajó la mirada y se secó las lágrimas traicioneras como pudo.

-En ese caso... Tendremos que hacer que su sacrificio no haya sido en vano...

Le vi decidido, pero triste también. Profundamente triste.

Al dirigir mi mirada al resto comprendí que el sentimiento era igual para todos. Ellas nos habían ayudado bastante hacía unos años, y ahora seguramente tendríamos que luchar contra ellas.

-¡Joder!- gritó Flex enfadado- ¿Seguro que no hay nada que podamos hacer? Son nuestras amigas... Bueno quizá Uno no... ¡Pero da igual!

El orangután asintió. Parecía mucho más destrozado ahora que habíamos sacado el tema.

-Podemos acabar lo que ellas empezaron.

-¿Y podremos salvarlas a ellas también?- preguntó esperanzado Andrés.

-Sí, pero no de una forma agradable...

¿Se estaba refiriendo a matarlas? No no no no no no no no. No. Me niego. No. Jamás.

-¿A... qué te refieres?- preguntó dudoso Trolli.

-Necesitaremos ayuda de viejas amigas... Será complicado...

¿Enserio está pensando en asesinarlas? Hasta yo estaba horrorizado.

Vi cómo Sparta salía corriendo a su cuarto seguido de cerca por Raptor. Me había olvidado completamente del reptil...

-Si consiguen que las Sirenas se vuelvan en nuestra contra estaremos perdidos... No hay otra opción...-sentenció Pongo.

Miré enfadado al mono y le respondí:

- Siempre la hay...

Hombres: un AU de los Compas (Monstruos 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora