Hombres: un AU de los Compas (Monstruos 2)

Muerte segura.

Segunda semana desde el primer caso de Covid-19 2.0. Y segunda semana desde que estoy encerrado en casa con mi crush. ¿Porqué a mí? ¿El universo me odia? ¿Fue por okupar a gente en un pasado?

"Al menos tengo la excusa perfecta para no cruzarme mucho con él" pensé para intentar no desmoronarme. Y era cierto: tenía miles de expedientes y papeles que revisar por culpa de la maldita pandemia. Es que era terrible ser el más listo de toda una ciudad.

El problema de vivir en la Última Ciudad es que había demasiada gente viviendo en poco espacio, por lo que era muy sencillo contagiarse sin querer. Al menos sólo peligraba la vida de un tercio de la población.

Fue fácil aislarlos y proporcionarles el material médico que necesitaban. Los hospitales estaban preparados, las personas en sus casas y los Cazadores habían sido sustituidos temporalmente por monstruos seleccionados por Cinco, así evitábamos que los mutantes defensores se contagiaran. La gente se asustaba, pero era algo necesario.

Al principio fue difícil dirigirlo todo, lo hacía yo solo solín solito (eso me pasaba por ser el mejor y el más inteligente) pero al fin todo empezaba a calmarse. Aunque aún no podíamos calmarnos. Tenía que seguir trabajando.

-Llevas cuatro horas sin moverte, y no has comido nada desde esta mañana.

Me giré para ver a Víctor, que sujetaba un plato con comida y me miraba preocupado. Busqué el reloj para mirar la hora: las tres de la tarde.

-¡Wakala! ¡No me había dado cuenta!

-Ya veo- comentó divertido.

Se sentó a mi lado. Para mi disgusto creo que quería hablar conmigo. Enserio, ¿porqué todo me pasaba a mí?

-¿Y qué tal con el virusito?- lo sabía.

-Bien.

Viendo que había sonado muy seco añadí:

-Los casos son mínimos. Y gracias a nuestros Tot hemos podido frenarlo a tiempo.

-¿Crees que ha sido...?

-¿Dos?- Vic asintió-. Sí. Es un ataque silencioso y rastrero para asustarnos. Para ver el alcance de su poder.

Víctor asintió pensativo. Seguía lo que le decía, pero no captaba teorías y problemas a la misma velocidad que yo.

-Quiere demostrar que no necesita grandes monstruos para acabar con todos.

Me pareció razonable su argumento y asentí pesadamente. Pues era más inteligente de lo que pensaba.

-¿Cómo podemos acabar con ella?-me preguntó.

Esa era una pregunta que llevaba años haciéndome. Y tenía algunas conclusiones algo imposibles. Ninguna con un final feliz.

-Tenemos que romper el portal de obsidiana. Pero no sé cómo hacerlo...

-¡Hombre! Con un pico de diamante- bromeó.

Reí por la tontería que dijo. Había pensado en ello, pero no teníamos suficientes piedras preciosas en toda la Ciudad para hacer uno que funcionase de verdad. Ese plan de deshizo por si solo.

-Necesitaríamos miles de diamantes o uno bien grande. Además, nadie ha sido capaz de estar más de cinco minutos en esa parte del Bosque Muerto, ¿recuerdas que está infestado de monstruos, zombis y demás?

Víctor sonrió con autosuficiencia. Habría enumerado todas las maravillas de su rostro si la ocasión hubiera sido otra.

-Venga... Ahora tenemos la ayuda de las Sirenas y unos Cazadores entrenados. Puede que no salga mal del todo.