Nuevos dilemas.

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Informé a los generales y al presi de lo sucedido y se sorprendieron gratamente de la llegada de la Sirena Cinco. Según su opinión eso ayudaría a la Ciudad Nueva a aprender más de los monstruos ya que ella era una gran estudiosa de ellos. Yo pensaba igual.

-Gracias Mayo, le informaremos de todas las decisiones dadas a continuación.

Se despidieron de mí cordialmente y me dejaron marchar, no sin antes hacerles asegurar que no atacarían a ninguna de las Sirenas, incluyendo a la pequeña Esperanza, que se había ganado el corazón de todos.

Bajé con todo el cansancio del mundo y me encontré con Víctor, que me esperaba apoyado en el coche mientras jugaba con el mango de la espada. Se había convertido su arma favorita.

-¿Todo bien May?

-Sorprendentemente genial- le respondí sonriendo agotado.

Subimos al coche y nos pusimos en marcha. El viaje estaba siendo muy silencioso, ambos pensábamos en nuestras cosas.

La llegada de Cinco, el desvelo de la identidad de Tres, el abrir de ojos de los de arriba, las extrañas figuras que acompañaban a Pongo y él mismo sólo podían significar que algo grave se acercaba. Y eso me preocupaba muchísimo.

Aunque sí es verdad que hemos avanzado un poco y ahora podremos participar con las Sirenas sin que nos encarcelen. Eso me alegraba.

Pero nuevos dilemas se abrían frente a nosotros: ¿cuanto quedaba hasta que nos atacase definitivamente el Titán Oscuro? ¿Cómo nos defenderemos de él y su ejército? ¿Cómo podremos sobrevivir los humanos?

Bueno, yo soy Tot, pero hay algunos Compas que son hombres normales. Incluyendo mi crush, Víctor.

Suspiré de preocupación. Necesitaba aire.

-¿Un día largo eh?

Miré a mi derecha, donde estaba Víctor. Le sonreí para quitarle importancia, no quería preocuparlo.

-Eterno.

Me miró y sentí cómo me derretía por dentro. Desgraciado y sensual Víctor. Soy un Tot, no debería seguir a los sentimientos, y me lo estaba poniendo difícil. Demasiado difícil.

-Venga, ¡que hay mucho que celebrar!- su positivismo me mataba.

Resoplé. Tenia razón, y eso era bueno. Pero aún quedaba mucho por hacer.

-Es cierto Vic, pero no podemos olvidar que hay que hacer muchas cosas con toda la información que nos ha llegado de repente.

-¿Como preparar entrenamientos con monstruos, Sirenas y Cazadores?

¿Me estaba leyendo la mente?

-Como por ejemplo eso, sí.

Vi como me sonreía y volvió el silencio. Pero esta vez porque tenía que aparcar. Ya habíamos llegado.

Unos gritos se escucharon de dentro de la vivienda. "Parece que hay mucho follón en la casa" pensé.

Llamamos a la puerta y nos abrió Trollino, el vinagrito estaba eufórico.

-¡Hola chicos! No os vais a creer lo que ha pasado...-empezó a explicarnos.

Una figura apareció detrás de él y nos saludó con una dulce sonrisa. Se le echaba de menos.

-Hola chicos- dijo ____.

Le devolvimos el saludo y entramos. La felicidad se palpaba en el aire.

-¡Tiítos!

Esperanza saltó hacia Víctor y él la levantó como si fuera una pluma. "Claro, con esos brazos..." Moví la cabeza, olvidándome así de esos pensamientos.

Fui con _____, quería saber si había escrito más sobre monstruos. Su libro nos había sido muy útil a los Compas.

Pero cuando fui a hablar con ella me la encontré en el sofá con Sparta, que estaba susurrándole cosas en el oído. Eso me hizo sentir bien... Y mal...

Yo quería eso para Víctor y para mi. Pero mi estatus y el momento no me lo permitían.

Tener que elegir entre mi mente y mi corazón no fue un problema al principio: era un Tot y tenia que alejarme de él. Ese era mi deber. Pero desde que estábamos más juntos...

Me costaba más controlarme. Ni siquiera mi mutación podía callar mi corazón. Y eso que mi mente rara vez callaba.

En ese instante estaba pensando en mis problemas sentimentales y en cómo íbamos a hacer para introducir las Sirenas en la sociedad. Era agotador, pero funcional.

-¿Mayo? ¿Estás bien?

Me giré y me encontré con Víctor. Me miraba preocupado. Seguramente tendré una cara de espanto...

-¿Qué?

Siguió mirándome y acercándose hasta el punto de estar a menos de 50cm de mí. Eso me puso nervioso. Demasiado nervioso.

-Que si estás bien. Pareces pensativo...

¿Y yo ahora qué le digo? Aborta misión. Aborta misión.

-Ehm... Ya bueno... Estoy pensado en lo de antes, lo de los dilemas que se abren... al tener... aquí a las Sirenas...

Siguió mi pequeño razonamiento con cara de no creerme mucho. Cuando acabé alzó las cejas, dando a entender que no se fiaba de mí.

-¿Q-Qué?

-No-me dio un golpecito en la nariz- me- lo volvió a hacer- mientas-y una última.

Sonreí por esa tontería y dejé que le entrara curiosidad, así que le saqué la lengua y me negué a decirle nada.

-¿Conque no me vas a decir nada eh...?

"Antes muerto a decirle algo" me juré.

-¿Queréis algo?

Era Mike con un poco de comida. Le agradecí en silencio con la mirada la interrupción.

-Oye Víctor, ¿puedo hablar con Mayo?

Cuando nos dejó solos Mike se lanzó a preguntarme. El muy hijo de su madre sabía que Víctor me gustaba.

Hombres: un AU de los Compas (Monstruos 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora