musical things

Hamilton ✨

Me corté el tobillo, send help

Y en otras noticias, como este libro morirá dentro de poco, he decidido hacer one-shot porque se me salió lo soft, yeI

Y será de los jotos favoritos de América porque pUedO

¸,ø¤º°'°º¤ø,¸¸,ø¤º° - °º¤ø,¸¸,ø¤º°'°º¤ø,¸

La noche había llegado y con ella la libertad para los amantes, quienes disfrutaban de la paz nocturna, disfrutaban de que, en la tranquila y fría noche, nadie les podía ver, nadie podía criticarles y nadie era testigo del cariño y amor de las personas, nadie además de la confidente y siempre presente Luna.

Un pelirrojo caminaba por el bosque cercano al campamento donde la gran mayoría de soldados se alojaban, el bosque no era la octava maravilla del mundo pero estaba lo suficientemente alejado del dicho campamento para tener cierta privacidad.

Llegó después de pasar un rato caminando al lugar donde se había citado con esa persona especial para él, un árbol no tan alto pero que si llegabas a treparlo tendrías una linda vista.

—¿Dibujando a estas horas, general Laurens?.— pregunto llamando la atención del rubio.

Este mismo se encontraba recostado del mismo árbol, con varios lápices a su costado, un cuaderno entre sus piernas y pasando uno de los lápices por la hoja.

—Era eso o pretender acariciar un caballo por treinta minutos, secretario.— respondió dejando el lápiz a un lado, para después mirar a los ojos al pelirrojo.

La noche le daba seguridad, sentía que en ese momento del día nadie podría venir y acabar con su tranquilidad, sin más se movió un poco para dar espacio al otro y que se pudiese sentar sin incomodarse el uno al otro.

El pelirrojo rió un poco antes de sentarse al lado del otro, acomodando un poco la casaca azul que usaba, el hecho de que estuvieran saliendo a horas no autorizadas y que estuviesen haciendo un acto ''ilegal'' no quitaba el hecho de que hiciera frío esa noche.

Alexander soplo sus manos y las paso arriba y abajo rápidamente por sus brazos para ver si de esta manera entraba en calor, haciendo que su compañero no perdiera la oportunidad de preguntar.

—¿Tiene frío, Hamilton?.— pregunto aunque estuviese seguro de la respuesta.

El aludido no respondió, aunque la mirada que dio fue suficiente para que el mayor estuviese seguro de que no se equivocaba.

John dio una pequeña risa, antes de colocar de nuevo entre sus piernas el cuaderno donde dibujaba y pasar un brazo por los hombros del más pequeño, acercándolo más a él.

—Es normal que tu no tengas frío ¡Eres un maldito hielo con pies! No es justo que nos hayan asignado este sitio, donde parece que todo el tiempo es diciembre y la temperatura máxima son diez grados.— se quejó el de los ojos azules casi violetas, acercándose más al otro para ver que dibujaba.

—Estamos en septiembre y están haciendo diecisiete grados.

Aclaró el rubio mirando con ternura al chico.

Alexander tenía razones para quejarse, de todos modos el venía de una isla donde no bajaban de los veinte grados, además de que la hora donde habían decidido citarse no era la más calurosa del día.

—¡Da lo mismo!.— exclamó elevando los brazos, haciendo sonreír divertido a su contrario.

Este último vio por un segundo la casaca también azul que tenía a su lado, él también había decidido usarla para salir pero al notar que hacia una agradable brisa afuera termino por sacarsela y dejarla a un lado mientras esperaba al otro.