Felicidad [Gajeel Redfox]

VII. Batalla de Hadas Part.3

Capítulo 7: Noche de Fantasía

Al darse cuenta de que ya era de noche, Isamu puso sus ojos en blanco y rápidamente utilizó su magia la cual se había recompuesto a la mitad y sanó sus costillas junto con las piernas solo para ponerse rápidamente la ropa y salir corriendo al festival de fantasía... Isamu de verdad quería ver a sus amigos haciendo Fantasía, era hermoso y siempre hacían algo mejor cada año.

—Waa... —quedó sin aliento Isamu mirando el festival y el desarrollo de sus amigos, todos ellos lo estaban haciendo de maravilla y estaban haciendo algo espectacular a pesar de todos los inconvenientes ocurridos.

—¿No se supone que deberías estar en enfermería? —preguntó Gajeel desde atrás e Isamu dio un salto del susto.

—Mm... curé los huesos de mis piernas y costillas, por lo que ya puedo caminar —rio nerviosamente la chica.

—Supongo que gastaste toda tu energía mágica para curarte —habló el azabache alzando una ceja.

—No toda —murmuró la chica.

—Casi toda —entrecerró los ojos el azabache y la chica hizo una sonrisa de culpa a lo que él solo negó y miraron el festival juntos.

La chica rio levemente y se despidió de Gajeel con un beso en la mejilla para luego irse corriendo hacia Levy a la cual abrazó dulcemente y agradeció por la ropa, pero recibió un feroz regaño por parte de la más baja mientras que el resto de Shadow gear simplemente silbó como si nada estuviera ocurriendo frente a ellos.

Al final se tuvo que quedar una semana en casa bajo la estricta -y aterradora- presencia de Levy la cual la cuidaba de manera intensiva, pareciendo casi un nivel de sobreprotección absurdo, pero que ambas chicas sabían que recibirían el mismo trato de la otra si estaban heridas de igual manera.

Cuando Levy ya la dejó ir al gremio, la azabache corrió hacia el Dragon Slayer de hierro solo para esconderse detrás de él y temblar como chihuahua mientras miraba a la aterradoramente sobreprotectora amiga que tenía, Gajeel miró todo preguntándose qué demonios había sucedido, pero no tuvo ni que preguntar para que la azabache respondiera su pregunta en medio de temblores después de unos minutos más tarde en donde Levy se sentó con su equipo.

Gajeel empezó a reír divertido por la experiencia "traumática" de la azabache sentada a su lado la cual no paraba de temblar exageradamente y sobreactuar, lo que le permitió reírse libremente de la torpe chica la cual no se le despego durante toda la semana hasta que Levy dejó de sobreprotegerla ya que estaba al "cuidado" de Gajeel el cual simplemente escuchaba sus boberías.

—¿Qué vas a dibujar ahora? —preguntó el chico apoyando su cabeza en el hombro de Isamu la cual mordía la parte trasera de su pluma mágica.

—¿Tal vez a Juvia acosando a Gray?

—¿Por qué dibujarías eso?

—¿Te imaginas que terminaran juntos? Luego a sus hijos podría decirle como su madre acosaba a su papá —sonrió de manera traviesa.

—¿Y si no terminan juntos? —cuestionó el azabache.

—Entonces les digo a los hijos de Gray que su padre tuvo una acosadora y que no vayan siendo rompecorazones —asintió decidida.

—Eres rara —habló el azabache mirando a la chica la cual estaba dibujando a Juvia detrás de un pilar mientras observaba a la mesa de Gray y compañía.

—¿No crees que sería divertido? Luego podrías burlarte de ellos si te molestas cuando seas mayor —rio divertida la chica.

—Buen punto, buen punto. Dibuja a Salamander ahí —apuntó el azabache mientras que confundida la chica elevó su vista del dibujo y explotó en carcajadas, dejando el dibujo de Gray y Juvia a medio terminar a la vez que en una hoja nueva empezaba el dibujo de Natsu haciendo poses raras contra Elfman mientras que Macao y Wakaba realizaban un concurso imposible de ganar de beber más alcohol contra Cana.

Gajeel siguió buscando personas haciendo cosas ridículas e Isamu reía cada vez más hasta ponerse roja con las manos temblorosas, el hombre sonrió al ver a la chica riéndose y siguiendo dibujando los momentos memorables, tal vez unirse a Fairy Tail fue la mejor decisión de su vida, pero solo en el futuro lo sabrá con certeza, por lo que disfrutará del presente como quiera hacerlo.

La azabache aplaudió con una gran sonrisa en el momento en que Gajeel iba a cantar una de sus canciones, si no fuera porque Natsu le interrumpió iniciando una pelea que terminó con casi todo el gremio arrastrado a dicha lucha campal, por lo que la azabache se refugió en una esquina mirando todo con diversión.

Curioseando por el tablero de misiones, la chica sonrió en grande al ver como una señora pagaba cierta cantidad de dinero, la cual, si bien era poca, era acorde con el tipo de misión. Tomando el papel, la chica miró la dirección la cual quedaba cerca de su hogar, por lo que al entregarla a Mirajane, ella la aceptó y silenciosamente salió del gremio para ir donde la abuelita quería tejer con alguien.

Dos horas pasaron tranquilamente, la señora era carismática y le dio las joyas y un par de dulces. Al regresar al gremio con una paleta en la boca, miró como ya todo estaba más calmado y se dirigió donde Gajeel el cual le iba a preguntar donde fue hasta que le metieron un par de chocolates en la boca.

—Dulce —habló el azabache y tragó el chocolate.

—Hice una misión de ir a hablar con una abuelita y ayudarla con magia a hacer algunos tejidos, fue divertido y la señora fue buena conmigo, la recompensa era poca y me regaló dulces porque le caí bien —rio entre dientes la chica sacando su paleta de su boca— ¡El sabor es muy bueno! No sé de qué sea, pero estoy segura que lo buscaré en todas las pastelerías y dulcerías.

—¿Amante de los dulces?

—Correctísimo mi buen amigo —rio la chica y le abrazó por los hombros a lo que él la abrazó por la cintura.

—¿Hacemos alguna misión? —preguntó mirándola inquisitivamente.

—Mientras no sea de meses todo bien —rio divertida y él asintió levantándose para ir al tablero de misiones—. Voy a avisarle a Levy-chan que no estaré~ la misión es toda tuya.

—Bien, bien, avísale a tu amante que vas de misión —habló burlonamente.

—¡No es mi amante! Pero si lo fuera la haría feliz —sacó la lengua la chica y se fue donde la peliazul—. Mi bebé~ creo que nos separaremos un tiempo, no me extrañes, no llores por mí, solo iré a una misión.

—Y yo que me preguntaba por qué tanto dramatismo —se burló Jet.

—Bien, ve, ve. Pero ni te atrevas a no volver en dos meses como lo hiciste en tu última misión —habló la peliazul.

—¿Cómo podría dejarte durante tanto tiempo? Fue una excepción por ese tonto, al menos te traje libros interesantes.

—Muy buenos regalos, por cierto —asintió la chica de cabellos azules.