Capítulo 12

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Vitany

Me duele todo, incluso el alma y estoy bastante mareada. Tengo la nariz muy dilatada por el olor tan fuerte que hay a mi alrededor. Cuando logro abrir los ojos me doy cuenta de que estoy bañada de arriba abajo de sangre y veo un cuerpo al lado mío.

Cuando me acerco al frío cuerpo recostado al lado mío, me doy cuenta que es Nathan con heridas en el pecho, cuello, brazos y vientre, aún curandose. En apenas escasos segundos un bombardeo de recuerdos me invaden la mente de todo lo sucedido a noche.

Estoy agotada, aún siento el cansancio de la pelea y el dolor de los golpes.
Tuve suerte.
Al ser híbrida la sangre muerta no puede matarme.
Pero me puede llegar a debilitar por semanas, y visto el festín que me di... Tardaré un buen tiempo en recuperar mis poderes.

Al menos, ya no tengo hambre. Aunque como vampiro la sangre muerta no me alimente, como loba la carne es un manjar, viva o muerta.

Respecto a Nathan... La verdad es que me sorprende que siga vivo, si bien los vampiros tienen una enorme capacidad de regeneración no suele dar tanto como para sobrevivir a lo de anoche, supongo que habrá sido un golpe de suerte... De todas formas tengo que hablar con él cuando se despierte.

En cuanto a su recuperación, las únicas noticias buenas eran que seguía vivo y que ya no había agujero por el que brotara la sangre. Por lo demás... La carne regenerada para cubrir sus heridas era muy fina y estaba cubierta de cortes y marcas horribles, en especial cuello y vientre. Y su respiración... Le costaba exhalar cada aliento...

Y no es que no tenga remordimiento, pero si no me hubiera detenido el hubiera estado intacto y yo estaría satisfecha y además tendríamos uno menos al que enfrentarnos.

Así que un vampiro... Eso explica muchas cosas del señorito que se cree el rey de Roma. Dije para mis adentros. Sin embargo sabía que las respuestas planteaban nuevas preguntas. Por ahora prefiero no pensar en ello. Tengo que esperar a que se despierte para intentar salir de aquí.

Bien podría dejarle ahí tirado, él me salvó, además, estoy demasiado débil para seguir sola y sé que dejarlo aquí sería abandonarlo a una muerte segura. Soy mala, pero no tanto.

Me encuentro sentada en un tronco cercano dándole la espalda a un Nathan totalmente inconsciente, como no tenía otra cosa que hacer cogí una rama gruesa y empecé a tallarla con el cuchillo que llevaba Nathan y el cual se lo he quitado mientras está dormido.

Siento movimiento detrás de mi y miro por el rabillo del ojo que Nathan se está despertando, y que cuando se despierta clava sus ojos en mi y me hacecha, como si me quisiera atacar. No tarda mucho ya que me ataca por la espalda, pero como lo vi venir anticipe sus movimientos y lo tumbé en el suelo, me subí encima de él a orcajadas.

- ¡Ya basta!, comportate cómo tal y se un buen vampiro. - le digo con voz dura y tajante.

Me dirige una mirada sorprendido al haber descubierto su auténtica naturaleza. Sin esperarmelo, aprieta los dientes y damos una vuelta por el suelo ahora él quedando arriba y yo abajo.

-Pagarás por lo que me hiciste a noche- dice entre dientes.

-¡Ah!, así que el vampirito quiere que lo destroce otra vez- digo sonriendo de manera triunfadora, lo que él no sabes es que estoy demasiado débil, pero puedo utilizar eso a mi favor. Él aprieta aún más los dientes. Intento quitarmelo de encima pero no puedo.

-Ahora que lo pienso necesito alimentarme también, por toda la sangre que perdí ayer por tu culpa, no crees? - me pregunta con una sonrisa diabólica.

-Sí vampirito, tú y yo tenemos mucho de que hablar- dije mientras lo apartaba. Él con un quejido trató de incorporarse pero se desplomó en el intento.

-Sí, soy un vampiro, ¿acaso no lo sospechabas?

-No, pero ahora que lo pienso era obvio, aunque esa fuerza... No es común en vosotros, creo...- la verdad es que estaba casi segura pero quería ver que respondía.

-Sí desconoces hasta más de la mitad de la fuerza y el poder que tienes, y que ni siquiera lo controlas en las lunas llenas, es obvio que no conozcas los poderes y habilidades de los vampiros.- Dice mientras se mira las uñas como si fuera lo más obvio del mundo.

-Bueno es cierto que todavía me queda mucho por aprender y practicar, pero al menos no soy tan chula y egocéntrica como tú- le digo guiñando un ojo y le dedico una sonrisa traviesa.

-Creo que deberíamos seguir con el camino, así igual se te enfrían los ánimos- dijo Nathan mientras se levantaba y seguía, no parecía querer seguir con la conversación y yo la verdad tampoco tenía fuerzas así que me levanté.

Seguimos sin mediar palabra, caminando por un sendero lleno de piedras y barro.

Disfrutaba del canto de las aves y de la poca brisa que me refresca el rostro ligeramente.

Llegamos a un sitio en el cual nos tuvimos que parar ya que unas ramas rotas y quemadas interrumpen nuestro camino.

-¿Humanos? - Le pregunto a Nathan.

Nathan se agacha y examina los restos de las ramas quemadas y algunas hechas cenizas. Pasa los dedos por las cenizas para intentar visualizar algún rastro. Y entonces se da cuenta de algo.

-No, peor. Gnomos- me responde mientras se levanta observando atententamente todo a su alrededor.

Se escucha un crujido, los dos nos miramos y exclamamos:

-Oh, oh- decimos simultáneamente con los ojos abiertos, sabiendo lo que va a pasar a continuación.

En medio minuto nos encontramos envueltos en una red colgada de un árbol, muy cerca el uno del otro.

El me sonríe a pocos centímetros de mi boca, yo giro los ojos y de pronto me viene una idea. Cojo el cuchillo que le quite a Nathan cuando estaba inconsciente. Se lo enseño delante de la cara y elevo una ceja, y una sonrisa picarona se me plasma en la cara.

-¡Hey, mi cuchillo! - se queja mirandome molesto.-¿Cuando me lo quitaste? - Dice con cara interrogativa.

Me canso de estar cortando nudo por nudo la red y corto la cuerda que nos sujeta del enorme acebiño y caémos inmediatamente en la sucia tierra. Caí de pie pero Nathan callo de espalda.

-¡Ah!, ¡Mierda! - se queja por la caída.

-¿Y tú te haces llamar vampiro?, pero si no tienes ni reflejos- le digo con cara seria y con una mirada de diversión.

-Toma tú cuchillo- se lo tiro y al mismo tiempo este se clava en la tierra húmeda, cerca de su cabeza.

-Idiota- susurro bajito, pero cuando lo miro a la cara se nota que lo escuchó ya que tiene una mirada molesta. Yo sonrío inocentemente.

Bueno, que les parece este capítulo, gnomos que raro no?

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Cleo ❤️❤️

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