Capítulo 13

9 1 0
                                    

Vitany

Después de levantar al vampirito inútil, nos encaminamos por un sendero para nada fácil.

Intento concentrarme en el camino que nos aguarda, pues percibo que hay un peligro inminente. En medio del camino se encuentra un enorme y pesado roble que interrumpe nuestro paso.

-No queda de otra que escalar- digo con cansancio en mi voz.

-¡Espera!, no te parece muy raro que esté ahí tirado sin más- dice Nathan parandome en seco.

-Y que propones, ¿rodearlo?- digo alzando un ceja.

-Sí, será lo mejor- dice asintiendo levemente con la cabeza.
Nos situamos a ambos lados del robusto árbol, pero cuando intentamos seguir a delante, un campo de fuerza nos electrifica y de un empujon caémos a varios metros, hacia atrás del dichoso arbolito.

Soltamos un lamento lastimero por nuestra dolorosa caída, y como podemos, nos levantamos, magullados y llenos de tierra.

-Pero que coño fue eso- le digo al vampiro que intenta sacudirse la ropa lo mejor posible.

-Un campo de fuerza hecho por los mejores amigos de los gnomos- dice rodando los ojos.

- Auch, ¡y tenía que estar electrificado! - digo con una mueca de dolor al estirar la espalda - espera, has dicho ¿los mejores amigos de los gnomos? -

-Sip, los scalandres, o también llamados los brujos dragones-  dice dirigiendo su mirada a la mía, adoptando una postura como si estuviera contándole un cuento a un niño pequeño.

- Dice la leyenda que los escalandres son de todo tipo de colores y se pueden transformar en diversas cosas o formas y a cada uno se le otorga un poder nada más salir del huevo.

Son medio humanos, medio dragones, y se les llama brujos, porque el poder que tienen cuando se transforman en dragón, también lo pueden utilizar siendo humanos. Son escasos, únicos y difíciles de ver. Se dice que los scalandres están en deuda con los gnomos.

El primero de ellos fue creado por unos brujos oscuros. Ellos combinaron sangre de dragón, de cambia formas y de un humano mayor de edad puro.

Ellos los maltrataban y los utilizaban para fines fatídicos y malvados. Pero hubo un gnomo, el Rey Hipérico, al que todos amaban, al que le había llegado el rumor de cómo los maltrataban y utilizaban. Un día decidió investigar y se ocultó en un arbusto, cerca donde estaban acentados los campamentos de los brujos, y entonces esperó, una hora, dos, tres... El rey cansado y desanimado decidió irse, pero en ese momento pasó una carretilla, llevada por un hombre mayor vestido de túnica, con una jaula y un dragón dentro. Se quedó observando que hacían, bajaron al dragón tirando de él a través de una cadena que colgaba de su cuello, al salir lo electrificaron con unos palos magnéticos y el dragón calló al suelo, convirtiéndose así, en humano. Eso fue lo que le bastó al rey gnomo para decidir actuar.

Esperó a que cayera la noche, cuando ya todos estaban dormidos abrió todas las jaulas y los liberó a todos, dándoles esa libertad tan deseada.
Entonces un hombre robusto y fuerte, un scalandre, habló con Hipérico, dándole las gracias y poniéndose en deuda con él.

Y en ese momento se forjó una amistad que hoy en día sigue ardiendo esa llama sin apagarse, dentro de cada uno de los gnomos y scalandres.

-Una historia muy educativa- replicó la híbrida- ¿te ha dado alguna idea para escalar ese árbol?-

- Estoy en ello- dice con una mano en la barbilla fijando su vista al suelo.

- Creo que tengo algo. Si los scalandres son seres mágicos y fantásticos, no entiendo porque no podemos pasar nosotros, porque también somos seres sobre naturales, pero sin embargo, ellos se pueden transformar en animales o cosas.¿ Y si sólo pueden pasar animales de verdad? - dije pensativa.

-Si no ya habrían arrasado este sitio, ¿no crees hermosura?- afirmó él en un tono sarcástico.

-Bueno a lo mejor, la solución es sencilla y no complicada. Puede ser un truco para hacernos pensar que es muy complicado entrar cuando en realidad es fácil - digo explicándole con una ceja levantada y una sonrisa de autosuficiencia hacia Nathan.

- Pero espera un momento Sherlock Holmes- me dice mirándome dudoso.-Si este campo de fuerza, está hecho por los scalandres, y ellos son libres, entonces eso significa que este gran tronco es el límite del territorio de los que nos secuestraron - dice mirándome fijamente a los ojos, ligeramente abiertos.

- Y que al atravesarlo seríamos libre, y podremos buscar ayuda para encontrar a mis amigos - digo terminando por él la frase.

Inmediatamente empezamos a buscar varias maneras y formas para poder atravesar esa barrera, sin ser electrocutados.

-Si los scalandres pueden entrar y salir de aquí a conciencia... ¿Podrán hacer que entren otros también?- dijo Nathan.

-No es una mala idea, pero cómo bien comprenderás no tenemos ninguno al que preguntar aquí cerca salvo que tengamos la potra de que alguno salga- y era verdad, poco podíamos hacer en esas circunstancias.

-¡Salid!- gruñó Nathan golpeando el árbol y llevándose, claro, las descargas.

-¿Qué haces loco? ¡Te vas a matar!

-¡Salid!- no había forma de detenerlo y con las heridas recientes de nuestro enfrentamiento no iba a soportar demasiadas descargas.

-¡NATHAN PARA!

-He dicho ¡¡QUÉ SALGÁIS DE AHÍ YA!!- dió un último golpe que quebró el árbol y al fin se oyeron chillidos.

Del árbol salieron unos seres diminutos, los scalandres, y corrieron hacia Nathan, habría unos veinte yendo a por él y golpeandole, no sentía a Nathan, a pesar de tenerlo delante era cómo si no estuviera ahí, por un momento llegué a pensar que estaba muerto hasta que de repente sentí una fuerza inmensa que me hizo tambalear hasta caer de rodillas, los scalandres también cayeron, aunque ellos parecían paralizados, sospechas que confirmé al ver levantarse a... ¿Nathan?

Era increíble, si hasta hace un segundo no sentía nada ahora mi loba interior me decía que corriera ¿pero qué mierda era eso? Aún no salía de mi asombro cuando Nathan habló

-No voy a tolerar más estorbos, dejadnos pasar por ese árbol, ¡ya!

-Sabemos quién eres "Nathan" pero tu poder no te servirá para pasar por aquí, sólo pueden pasar por el árbol aquellas personas a las que sin coacción alguna permitamos entrar- yo no entendía a qué venía este comentario pero al parecer él sí porque no tardó en contestar.

-Muy bien pues, morireis todos hasta que alguno me deje pasar- no parecía tener emociones o remordimientos y lo que al principio fue una fuerza que me incomodó pasó a un fuego abrasador en mis entrañas, debía evitar que Nathan hiciera alguna estupidez.

-O podríamos llegar a un trato- dije por puro instinto.

-¿Trato? ¿Qué puedes tener tú que nosotros queramos?

-No se trata de lo que tengo sino de lo que os puedo dar- es curioso, nunca creí que mi instinto fuera más allá del raciocinio animal- apuesto a qué ya sabéis que hay todo un bosque entero por dónde vinimos, ¿por qué estáis en este árbol pudiendo ocupar el bosque entero?

-Ten cuidado con lo que insinúas...

-Yo no insinuo nada, pero puedo eliminar las molestias, fuera de este árbol sois vulnerables, lo cual no sería un problema si este fuera un bosque normal, pero teniendo en cuenta quién lo ronda... Vuestros movimientos están limitados ya que os cazarían, ¿y si acabamos con ellos? Os estaríamos dando vía libre para tomar todo el bosque, entero...

-Eres estúpida si piensas que tú y esa cosa medio muerta- señaló a Nathan- podéis ganarles, pero... Si lo conseguís os cederemos el paso.

-¿Entonces hay trato?- ya conocía la respuesta.

-Trato hecho, vuelve cuando acabes... Si es que puedes...

Bueno bueno que carácter. Creen que los protagonistas puedan contra los malos?

Cleo ❤️❤️

Loba BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora