Capítulo 11

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Vitany

Seguimos caminando inútilmente diría yo. Cada vez mi esperanza es menor, los escenarios más terribles pasan por mi cabeza, mi cuerpo empieza a notar el cansancio y mi apetito a volverse alocado... Estar con Nathan no me ayuda, cada vez tengo más ganas de callarle la boca a besos y enloquecer en su cuerpo... Eso sumado a que es un imbécil burletero hacen este viaje insoportable.
Y encima esta noche hay luna llena. Vamos, esto es el colmo ya. Para mi que el universo la tiene cogida conmigo.

Caminando en silencio, noto una presencia y una intensa mirada detrás mía. Me giro rápidamente, pero solo encuentro la inmensa oscuridad detrás de mí.

-¿Quien eres?- Hablo a la nada, sin éxito.

Me llega un olor que reconozco en seguida. Sangre humana... Carne... Tengo tanta hambre...
Como mitad loba que soy, mi olfato es muchísimo más agudo.
Así pues solo debo seguir ese dulce olor y encontraré el delicioso manjar.

Seguro es uno de esos guardias que mandan a patrullar la zona, yo solo tengo hambre, además, será en autodefensa, ¿no?

-Tiana no aguanto más- le susurro a mi loba.

Mi mente se empieza a nublar y me cuesta cada vez más pensar. Mis ojos ya no son del mismo color de antes, ahora son rojos al igual que la sangre que deseo con tanta ímpetu probar.

Y al final... Poseída por un frenesí bestial, abandono toda razón que pudiera tener.

Nathan se gira hacia mí y en un movimiento apenas perceptible me agarra del cuello y me levanta con facilidad.

-Tranquila cachorrita o harás que nos maten.- Siento que cada vez aprieta un poco más.

Me estampa contra un tronco de árbol reteniendome contra él, usando gran parte de su fuerza. Saco mis garras y me intento deshacer de su mano, la cual sigue sujetando aún mi cuello.
Le araño todo el brazo y todo lo que le pille, estoy totalmente fuera de sí, no soy yo quien tiene el control sobre mí, si no que es la bestia sedienta de sangre que habita en mi cada luna llena.

Si es peligroso un animal salvaje en luna llena, imagínense una híbrida como yo.

No se queja, pero veo la sangre brotar de su brazo, trata de disimularlo, pero su brazo comienza a temblar, le duele, le arde, le escuece... Y eso me provoca, sólo, más ansias de sangre.

Vuelvo a morder su brazo, esta vez sabedora de que me va a soltar. Efectivamente así es.

-¡Hija de...! ¡Prepárate!- parecía enfurecido.

Me abalanzo contra él en busca de su cuello y ataco con todo, él sólo me esquiva en el último segundo dejándome tendida durante unos segundos en el suelo.

Me recompongo cuando el me agarra de la parte de atrás de la camiseta que llevo puesta. Me giro lanzandole una patada en la mano con la que me tenía sujeta y otra detrás de las rodillas, que lo destabiliza y cae al suelo como un peso muerto.

Me tiro encima de él para morderle.
Se resiste. Me agarra de las manos y con la espalda apollada en la tierra mojada, impulsa sus pies hacia arriba y me tira hacia atrás.

Caigo al suelo con un fuerte golpe mientras él avanza hacia mí.

-Pobre niñita estúpida- dice mientras me coge del cuello y me levanta. Acto seguido me da un puñetazo en el estómago y salgo disparada cayendo boca abajo al suelo.

Vuelve a acercarse impasible.
Me agarra del pelo y sencillamente disfruta de su superioridad, o eso pensé hasta que recibí el golpe de su pie sobre la parte elevada de mi espalda, la más cercana al cuello.

Su pisotón me devuelve de boca contra el suelo y empiezo a derramar las primeras gotas de sangre.

-Escúchame niñita consentida... Estoy harto de tus chorradas, tus amigos si no están muertos lo estarán, ¿y tú eres su "salvadora"? Tan patética que ni dos golpes aguantas- todo esto lo dijo mientras me pisaba la espalda, para evitar que me levantara.

¡Este prepotente! Me levanto con una fuerza desconocida para mí hasta el momento incluso con su pie encima y le intento devolver ese golpe en el estómago que él para, pero no contó con mi otro brazo, cuyas garras se clavaron directamente en la zona que tenía herida tras mi mordida.
Clavé con toda mi fuerza y él se retorció de dolor liberando mi brazo.
Le tiré y salté a su cuello. Le mordí. Y vi brotar un hilo de sangre. Volví a morder. Más sangre. Cada vez había más y cada vez quería más. Mordí de nuevo. Su sangre sabía fatal pero no me importaba.

Él apenas oponía resistencia, estaba débil. Y yo seguí cebandome. Pero una vez inmóvil, no seguí con su cuello.

Una presa quieta? Mejor degustarla con vida. Fui a su pecho y comencé a atravesarlo a arañazos. Quería ver la sangre. Así los arañazos volvieron a terminar en mordiscos. Me lo estaba comiendo vivo.

¿Para que conformarme con su pecho cuando podía bajar al estómago? Bajé con mis garras dejando un fino hilo de sangre por el camino a su vientre, una vez ahí abrí el camino a mordiscos, su carne sabía deliciosa y yo la devoraba con bocados cada vez más grandes, seguí hasta que no hubo un vientre que devorar, solo intestinos y mucha sangre. Bajé mi cabeza hasta el gran agujero que había dejado y bebí su sangre.

Al principio con sorbos tímidos, pero después empecé a beber mucho más, no tragaba hasta que mi boca estuviera completamente llena de su sangre. No pensaba parar hasta hartarme de ella.

Cuánto más bebía su sangre, más debilitada me sentía, pero no paré, a pesar de afectarme su sangre, el sabor de su carne me resultaba deliciosa.

En mis sorbos finales fui poco a poco recobrando el sentido, y cada vez más débil, apenas me di cuenta de que todavía quedaba sangre en mi boca cuando me di cuenta, me estaba desmayado.

Mierda! Esto solo puede ser... Sangre muerta, Nathan es... Un vampiro?
No pude seguir con mi reflexión pues caí desplomada al perder el conocimiento.

Uuuffff, que tensa su pone la cosa. ¿Qué piensan sobre este capítulo?

Voten y comenten.

Cleo😆😝

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