#9

750 78 5
                                    


– ¿Dónde estoy?...

– Oh, ya despertaste, soy Ela.

– Yo soy Andrés Saavedra.

– Tu hombro ya está cosido, no estás en riesgo ya.

– Quiero irme de este hospital, debo buscar a mi novio.

– Te entiendo, pero ahora no puedes, sigues débil.

– Déjame irme.

– No.

– Puede que no lo hayan encontrado y siga ahí, quizás se hizo mucho daño y no puede caminar, o está siendo aplastado por algo y no puede salir...

– La mayoría de personas vivas han sido encontradas.

– La mayoría, ¿Pero y si mi novio está dentro de los pocos que siguen allá?

– No puedes ir a buscarlo, te traeré comida.

Ela se fué.

– Como si me fuera a quedar aquí de brazos cruzados.

Sparta se levantó y salió del hospital, empezó a caminar hacia la costa, cada vez se veían más escombros a su alrededor.

– ¿RAPTOR? AMOR.

Revisó debajo de unas latas, anduvo un rato hasta que se encontró con algo que reconoció.

– ¡La camioneta! Está destruida...

Al vehículo ya no le quedaban vidrios, estaba toda abollada y le faltaban dos puertas, la carrocería se había achatado como una lata de bebida.

– Pérdida total.

Siguió revisando entre las cosas y siguió con su búsqueda.

Con Raptor

– Gracias por traerme Jon.

– No es nada, aquí te espero.

Raptor seguía revisando los hospitales, le quedaban unos todavía, preguntó por el nombre de Sparta.

– ¿Andrés Saavedra? Oh sí, en la cama de al fondo.

– ¡Muchas gracias! Le debo la vida.

– No es para tanto.

Raptor corrió emocionado hasta la cama que le habían señalado.

– ... N-No... Spartita...

La cama tenía a alguien, pero estaba tapado con una manta de pies a cabeza.

– Quizás me equivoqué de cama y ya...

Revisó la tablilla con el nombre del paciente que estaba amarrada al pie de la cama.

Andrés Saavedra Ardilla

No no no no... Mi amor...

Se acercó lentamente y tomó la manta, la bajó temblando, pero no era la cara de su novio, era otra persona.
Resopló con una esperanza aún más grande, Sparta había estado ahí recientemente, volvió con la enfermera.

– Sparta no está.

– ¿Sparta?

– Andrés.

– ¿¡Cómo que no está?! Le dije que no se fuera.

– Me está buscando, ¿Sabes a dónde pudo haber ido?

– Si, fue a la costa, pensó que podías seguir ahí.

– Gracias...

– Ela

– Gracias Ela. – volvió con Jon.

– ¿Que pasó Raptor?

– Tengo una pista, una gran pista, llévame a la costa.

– ¿Y los demás hospitales?

– No vale la pena buscar en ellos, sé que no está ahí.

– Bueno.

Llegaron a la costa en media hora.

– Ya puedes irte Jon, sigue ayudando a la gente, adiós.

– Espero que encuentres a tu novio, adiós.

Raptor trotó como pudo entre todas las cosas.

– SPARTAAAAAA

Gritó lo más fuerte que pudo, pero no oyó nada, a lo lejos divisó el hotel, partió corriendo hacia él. Estaba todo roto, corrió por las escaleras, una tabla cedió y su pierna se apretó entre la madera que estaba hinchada por el agua.

Las astillas le rasparon las piernas y gruñó silenciosamente por el dolor. Consiguió sacar su pierna y siguió subiendo hasta llegar a su piso, la puerta ya se había mandado abajo por lo que no fue necesario abrirla.

Algunas cosas de ellos seguían ahí, solo que en muy mal estado.

– El polerón celeste que le compré a Spartita... – lo tomó y lo revisó.

Estaba roto y seguía estando húmedo, el blanco se había convertido en café claro.
El colchón de la cama se había desprendido y se había adherido a la pared como una esponja.

Colgó el polo en una silla que se había salvado y se subió al techo del hotel por un agujero que encontró en el piso más alto.

Observó detalladamente lo que veía, una figura, se fijó más, era Sparta, la forma de caminar, el cuerpo, coincidía increíblemente.

– SPARTITAAAAA AQUÍ ESTOY AMOR

Batió los brazos e intentó chiflar con los dedos, pero su novio no escuchaba.

– Mi3rda

Bajó la escalera y llegó a la planta principal del hotel, salió disparado y corrió hacia la dirección en la que lo había visto.

POV Sparta

No encontraba a Raptor, Ela tenía razón, no debí salir tan pronto...

Sparta se cayó, el suelo bajó él se estiró, estaba en una especie de telón de cama saltarina.
Se recostó agotado, rodó un poco buscando algo de comodidad y cayó por un agujero que había. Había caído sobre cuerpos de personas que habían hecho lo mismo que él, se arrastró unos metros y le dieron unas arcadas terribles.

Tosió y se intentó levantar, cojeó y se dio cuenta de que había caído en una fosa que se había formado entre unas estructuras.
Trepó por las imperfecciones que habían en la pared, pero se cayó sobre unas piedras y se golpeó la cabeza quedando inconsciente y con sangre goteando desde su frente.

Lo Imposible - °|Spartor|°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora