Cuando llegaron al concurrido vestíbulo del hotel, ____ decidió que la suerte era para él. Tras haberlo pensado detenida y racionalmente, no pensaba ir con él a su habitación. Ya había cumplido su cuota de comportamiento atrevido y poco propio de ella para los próximos diez años.
-Espera aquí -le dijo él. Entonces, se dirigió hacia el mostrador de recepción.
____ se dirigió a la cola de la fila. Seguramente, aún quedaba algo disponible.
Instantes más tarde, él regresó con un par de tarjetas.
-Bueno, ya estamos.
-Gracias por todo, pero quiero una habitación para mí sola.
-¿Acaso no confías en mí después de todo lo que hemos compartido? -replicó él con una sonrisa-. ¿Cuando me has llamado cielito?
-Te podrías haber detenido cuando te dije que me dejaras en paz...
La sonrisa se borró de los labios de Harry.
-No me gustan los acosadores -replicó encogiéndose de hombros-. Simplemente reaccioné.
-Gracias -dijo.
-Si yo...
-Te ruego que no te disculpes...
-¿Y por qué iba yo a disculparme? -preguntó él. La sonrisa volvió a reflejársele en los labios-. No lo siento en absoluto. ¿Y tú?
«En absoluto». Desgraciadamente, todo había terminado.
-Gracias por tu ayuda, pero sigo queriendo tener mi propia habitación.
-¿Con toda esta gente? -dijo él mirando a su alrededor-. Quiero que conozcas a una persona -añadió. La agarró del brazo y la llevó de nuevo al mostrador de recepción-. Kerry, esta es...
-____.
-____ -repitió él-. ¿Hay algo que puedas hacer por ella?
Kerry, una atractiva rubia de ojos azules, apenas levantó la mirada. Estaba demasiado ocupada tecleando en el ordenador.
-Lo siento, ____. Estamos al completo. Sin embargo, Harry ha hablado conmigo y puedes compartir la habitación con él sin gasto adicional.
-No importa -dijo mientras se aferraba a su bolso y se preparaba para una larga noche-. Me compraré un libro o una revista y encontraré algún sitio en el que esperar.
Kerry miró a Harry y luego se llevó a Charlotte hacia un lado.
-Steve, mi pareja, y yo conocemos a Harry desde hace años. Es un buen tipo. Tienes la oportunidad de pasar las próximas doce horas cómodamente. Si estuviera en tu lugar, la aceptaría.
____ asintió.
-Gracias de todos modos.
-Es tu decisión -concluyó Kerry-. Ahora si me perdonas...
-Mira, quédate la habitación -dijo él, de repente, mientras le entregaba a ____ la llave-. Yo utilizaré el gimnasio, me pondré al día con mi trabajo y luego me relajaré en la terminal. Te avisaré cuando vayamos a despegar.
-No, no. Es muy generoso de tu parte, pero no puedo aceptar. No estaría bien. Seré yo quien espere en la terminal.
-¿Y si nuestro amigo vuelve a presentarse? -le preguntó Harry-. Parecía bastante insistente. Y bastante astuto.
A ____ se le puso el vello de punta. No pudo evitar mirar hacia la entrada del hotel.
-En ese caso, me sinceraré con él y tal vez me deje en paz. Sobre eso... tal vez debería explicar...
