15. #ABABAB

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Dominique

— Noona, ¿por qué tocas tanto tus labios?

Sé que no hay ni siquiera un ápice de malicia en el comentario que hace el niño de cinco años que veo entrar en la misma habitación en la que me encuentro, también tengo claro que su intención no es burlarse de mí cuando termina de hablar, pero, por algún motivo más allá del razonamiento humano, siento que su pregunta fue fríamente calculada para darme justo en mi punto débil.

De inmediato, mis mejillas comienzan a calentarse ante la curiosa mirada de Evan, el hijo mayor de Calvin.

Sus pequeños ojos marrones me parecen igual de maliciosos que los de su progenitor, sobre todo cuando una pequeña y macabra sonrisa empieza a tirar de sus labios, al darse cuenta de que mi rostro lentamente empieza a sonrojarse.

Mi boca se abre para soltar cualquier tontería que pueda cambiar el foco de la pregunta que ha hecho Evan, no obstante, las palabras se quedan atoradas en mi garganta cuando me percato de que hay alguien más en la sala de estar, mejor dicho, hay dos personas además de Evan y de mí que han presenciado la escena sin que yo me percatase en lo absoluto.

La manera en la que los delicados labios de Sun se tuercen en una sonrisa, hace que mi piel se erice, no obstante, ella no es capaz de hacer ningún comentario al respecto, puesto que mi hermana aparece en la espaciosa sala de estar, captando sin querer, toda la atención sobre ella mientras está ensimismada buscando algo en su bolsa.

— ¿Quieres algo de bálsamo labial? – ahora es mi ella quien parece añadirle sal a la herida que ha dejado el pequeño frente a mí y yo solo quiero ocultarme tras los mullidos cojines del sofá en el que estoy sentada – Evan dijo algo de tus labios – prosigue, mirándome con cierta cautela en sus ojos diferentes cuando alza la mirada hasta encontrarse con la mía – el clima está empeorando, eso podría haberlos dañado.

— Yo creo que a Dom noona le pasa otra cosa – musita Evan, ladeando su cabecita y aunque luzca inocente para todo el mundo, en el fondo posee la misma personalidad retorcida que su padre y eso me hace estar más que alerta a lo que sea que esté por salir de su boca.

— No me pasa nada, mocoso – le saco la lengua, optando por el método de escape más infantil que conozco para evitar que el niño me exponga delante de mi hermana mayor – tengo un poco de sueño, eso es todo – me excuso a una velocidad inhumana, esperando poder cambiar el tema de una buena vez. – Solo dormimos solo un par de horas antes de venir a visitarlos.

— Tienes razón – concede Theo, soltando un bostezo luego de hablar – pero eso no es impedimento para cumplir nuestra misión, ¿verdad, Evan?

Y como por acto de magia, toda la atención de del pequeño se aleja de mí y se centra en mi hermana mayor, a quien mira como si se tratase de un súper héroe delante de sus brillantes ojos.

Observo al pequeño mocoso le sonreir abiertamente cuando alza sus manos, demostrando sin disimulo alguno la emoción que le causan las palabras de Theodora y es en ese momento que suelto un suspiro de alivio al haber evitado que Evan hablara demás.

Ahora solo falta que Sun deje de mirarme como si supiese todo, absolutamente todo lo que está pasando en mi cabeza en este preciso momento.

Trago, nerviosa de pronto.

— ¡Iremos a comer el mejor pastel del mundo! – exclama Evan en voz alta.

— Solo procuren llegar a tiempo para la cena – habla Sun con esa templanza que la caracteriza ,desde el sofá frente a mí, observando de reojo al pequeño de año y medio que mueve pequeños bloques en la acolchada alfombra frente a ella. – Recuerden que vendrán mis padres a cenar.

escala de grises [kim namjoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora