Dos meses más en aquel infernal lugar y Carla había estado vigilando de cerca todo lo que ocurría dentro. Sabía mucho, pero solo le pedía paciencia. La desesperación por escapar crecía cada día más, especialmente ahora que Clarisa había cambiado tanto. Ya no sonreía, apenas hablaba y su rutina se limitaba a comer, bañarse y dormir. La petición de Clarisa de salir a los alrededores fue rechazada rotundamente por él, y desde entonces su estado empeoró. Hace una semana, la misma doctora que los había estado revisando vino de nuevo. Descubrieron que el bebé que esperaban estaba creciendo, aferrándose valientemente a la vida dentro del vientre de Clarisa, a pesar de ser aún muy pequeño y tener apenas cuatro meses y medio de gestación.
En medio de su desasosiego, una mujer de unos cuarenta años interrumpe sus pensamientos, aparentemente interesada solo en encontrar distracción. Afortunadamente para él, llevaba una semana sin encuentros sexuales, lo que al menos lo salvaba de esa situación.
—Yo tengo 19 años— responde, saliendo de su ensimismamiento.
—Eres muy joven—comenta la mujer, sorprendida, y hace gestos para que se siente a su lado.
Tenía un hijo de la misma edad que él, y le resultaba inapropiado verlo en ese trabajo. Suspiró y se dejó caer en la cama, cerrando los ojos mientras sollozaba. Se preguntaba qué le estaría causando esa reacción.
—Yo solo vine en busca de sexo porque me dijeron que aquí ofrecen los placeres más ocultos, pero ya no me apetece— confesó la señora mientras que el joven se ponía el pantalón y la camiseta. Se sintió aliviado al decidir que no quería eso con nadie que no fuera su novia.
—Bueno, me voy. Ya sabes qué decir cuando te pregunten—dijo la mujer, sacándole un fajo de billetes después de reírse. El joven, confundido, preguntó por qué tanta generosidad de su parte.
—Lárgate de este infierno de vida, eres muy joven y tienes mucho por delante— le dijo la mujer entre sollozos, revelando una carga emocional desconocida para él. Tomó el dinero y le agradeció, prometiendo hacer todo lo posible por salir de ese lugar.
Después de que la mujer se fuera, guardó el dinero en su pantalón y salió de la habitación. Los guardias lo miraron mal, pero él les mostró el dedo medio con una sonrisa, anticipando su liberación. Entró en el cuarto y vio a Clarisa sentada con la cabeza entre las manos. Se acercó, pero ella se levantó rápidamente y se alejó como si él fuera una peste.
—Lo siento, me tomaré una ducha—dijo él, mientras entraba al baño. Después de media hora de ducha, vomitó todo lo que había comido en la cena, atribuyendo el malestar al embarazo de su novia. Al salir de la ducha, se secó y aplicó crema en las axilas. Clarisa seguía distante, así que se recostó a su lado, atrayéndola hacia él para compartir su calor corporal.
—Te amo, mi amor, y me duele verte callada, con la mirada perdida— le dice, besando su sien y acariciando su vientre bajo la blusa.
—No quiero que estés con otra mujer, por favor, haz algo cada vez que quieran que lo hagas. No puedo soportarlo más, me duele el alma. Sé que lo haces por protegerme, pero no lo soporto. Quiero salir de este lugar—solloza, hundiendo su rostro en su pecho.
—Te juro que ese es mi objetivo— responde, levantando su mentón y besándola con amor sincero. Solo ella logra que su cuerpo reaccione de esa manera, y la considera su motor para seguir adelante. Clarisa es su luz en la oscuridad, su razón para querer llegar a viejo. Se entregan a la pasión, perdiéndose el uno en el otro. Alessandro se pone rodilla a su lado, le quito la ropa, beso sus labios, bajo hasta su pechos hinchados, chupo uno y el otro lo masajeo con sus dedos, sus gemiditos eran cánticos melodiosos para sus oidos. Su lengua hace un recorrido en toda su suave piel, el deja besos en su vientre, le abre la pierna y se hundo en su intimidad, deleitandose con el exquisito sabor de su novia el cual lo vuelve loco.
—Aless... yo te amo—, musita ella con los ojos cerrados.
—Solo eres tu, Te pertenezco en cuerpo y alma. Eres la dueña de mis labios, de mis gemidos cuando alcanzo el límite que tú misma provocas. Mi corazón es tuyo. Te quiero, mi muñeca. Te amo hasta la médula. Eres mi estrellita, la que ilumina mi vida a diario— declara él, expresando su amor profundo y sincero.
Su cuerpo se tensó al sentir el orgasmo, mientras su pareja alcanzaba el clímax y buscaba su boca con ansias. Al separarse de ella, la abrazó con fuerza, sintiendo la emoción de su bebé moviéndose en el vientre de Clarisa.
—Aless, nuestro bebé se está moviendo, ¡lo puedo sentir!— exclamó ella con una sonrisa radiante, sus ojos brillaban de felicidad. Para él, esa era una pequeña alegría en medio de tantas dificultades.
—Te juro, mi amor, que nuestro milagrito no nacerá en este lugar— aseguró, acariciando el vientre de ella. Sin embargo, su preocupación por Carla y el otro infiltrado aún persistía.
***
Otra semana pasó, y se encontraba a punto de desesperarse. Al salir de la habitación, rumbo al club, notó que Clarisa solo sonreía, pero no le dijo nada al despedirse de ella. Suspiró, esperando que pronto terminara ese tormento.Antes de entrar al club, unas manos fuertes lo tomaron del hombro, sorprendiéndolo. Escuchó atentamente las palabras del desconocido, quien resultó ser un tal George, informándole sobre la escapatoria planeada por Carla. Agradecido y emocionado, se apresuró a reunirse con Clarisa.
—Es hora de irnos de aquí, amor— le dijo a Clarisa, quien parecía dudosa. Después de asegurarle que no era un sueño, se prepararon para partir, dejando todo atrás excepto lo esencial.
Una vez listos, salieron con sigilo, guiados por George, quien era uno de los infiltrados. Después de algunos contratiempos, finalmente lograron llegar a la camioneta, donde Carla los esperaba con seguridad. Agradecidos y aliviados, se abrazaron con fuerza, agradeciendo haber escapado de aquel infierno.
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Solo, Eres Tú (NUEVA VERSIÓN)
RomanceSu amor por su estrellita era más grande que cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. No le importaba nada más que mantenerla a salvo, sin importar las dificultades que enfrentara. Solo, eres tú (Adaptación con nueva versión) completa