Brent Jones
Costó mucho, pero al final pude ocultar la erección que el sueño me había causado, solo que en todo este tiempo que Verner estaba hablando, en mi mete intentaba recordar cada uno de los fragmentos de mi sueño, fingiendo ponerle atención.
Pero aún sentía las caderas de Myles entre mis manos, mientras podía embestirlo con fuerza y deseo, una sensación única que tuve cuando estaba dentro de él.
¿Pero qué estoy pensando?
Negué seguidas veces para olvidar todo recuerdo de ese sueño lleno de lujuria y confusión.
—¿No qué?— escuché en otro sofá.
Levanté mi vista y volví a mirar a Verner, que se encontraba sentado pacíficamente en un sofá.
—No, nada, continúa— agregué.
Dentro del ring, un contrincante era eso, un contrincante, no importa quién, no importa cómo, tenías que ganar como pudieras.
Pero fuera del ring, podías tener incluso un lazo de sangre con alguien más, una de las reglas importantes es que no debes meter las peleas con tu orgullo personal. Si es necesario pelear incluso con tu mejor amigo de toda la vida, lo haces, pero al finalizar la pelea, es ley que tienes que olvidar que sucedió y volver a ser su mejor amigo.
No era muy diferente con personas que ni siquiera conocíamos en persona, solo éramos dos personas que podían tratarse con educación, y sin necesidad de golpearse fuera de la fecha de pelea, aunque algunos si guarden alguna especie de rencor con quienes les ganan.
—Te decía, que considerando todo lo que te he dicho, puedo pagarte una gran cantidad de dinero, si accedes a darme indulto por la pelea.
—¿Qué no eras tú, él peleador distinguido por haberle roto muchos huesos a sus contrincantes anteriores?— pregunté en burla.
Negó. —Simplemente es que no puedo pelear ese día...
Elevé una ceja con duda. —Según sé, aún no hay una fecha lista.
Su silencio y duda fueron mi respuesta para muchas cosas, ya me imaginaba que era algo de esto, sabía que intentaría evadir la pelea con dinero. Pero la razón era la que no me esperaba, al menos no de él.
Suspiré echando mi espalda en el respaldo del sofá, Dakar solo estaba sentado a un lado de mi, gruñendo a Verner, conocía cada sonido de mi amigo, lo suficiente para distinguir y saber que él no confía en el rubio.
—Me tienes miedo— lancé.
No respondió. o más bien, no respondió nada que me afirmara o negara lo que le dije, pero eso era suficiente para saber la respuesta.
—Solo dame el indulto, y no tendremos ningún problema— advirtió.
—¿Fue una amenaza?— ahí si comencé a hablar más claro.
—Tómalo como quieras, pero si no haces lo que te digo, el ring es lo último que verás en tu triste vida— aclaró ahora con una verdadera amenaza.
Reí amargamente. —No le permito a nadie que venga a amenazarme a mi propia casa.
Me levanté del sofá, por instinto él igual se levantó, quedando frente a frente, él fácilmente se podía decir que era más alto que yo, y muy posiblemente podría golpearme ahora, pero no lo hace, y sé bien por qué.
Dakar por igual quedó a un lado de mi, ladrando una sola vez como primera advertencia de que solo un golpe en mi cara, y él le arranca el brazo.
—Sé quién eres— dijo con crudeza —eres como una bomba de tiempo, Jones. Solo esperas el momento de subir al ring para golpear todo lo que se mueva frente a ti. Al primer rasguño, explotas.
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Último Round [Gay]
Teen FictionLas peleas clandestinas han sido mi trabajo desde hace años, aún podía recordar la primera vez que participé en una, y de ninguna manera fue por querer causar problemas. Pero, quién diría que con el tiempo conocería al rival más difícil de vencer, p...