Brent Jones
—No me mires así, hice lo que me pediste— dije sentado sobre un bloque de cemento, justo en un parque.
La mirada de negación de Dakar podía sentirse en cualquier persona, no era necesaria una conexión especial como la nuestra para saber que me estaba regañando. ¿Por qué?, no tengo idea.
Rasqué mi nuca pensando en su actitud, y en lo raro que se ha comportado estos días.
—¿Por qué eres tan bueno con él?— pregunté dando un pequeño golpe en su cabeza —te atreviste a ladrarme por defenderlo, ¿Tienes idea del pecado que cometiste?
Me ignoró por completo, recostandose enfrente pero aún así, me dió la espalda.
—No me dejes con la palabra en el aire, perro— regañé —hice lo que quisiste, me disculpé y acepté ayudarlo, ¿Qué más quieres de mi? ¿Que lo invite a cenar?
Movió una sola oreja recostado, y negué rápidamente, con mucha confusión.
Dicen que los perros no se equivocan, y yo no sabía realmente lo que Dakar intentaba decirme ahora, pero, parecía esforzarse mucho en que estuviera cerca de Myles.
Pero aquí era donde ponía en duda nuestra "conexión", no sabía si, los consejos que sigo de un perro son realmente cosas que yo quiero, pero al final me convencía de que Dakar encontraba la manera de darme su opinión y así casi ordenarme qué hacer.
Y de ser así, ¿Por qué es que quiere que me mantenga cerca de Myles?
Me bajé del bloque de cemento para sentarme en el suelo junto con él, con su cabeza en mi pierna derecha.
Acaricié su pelaje preguntándome muchas cosas, y recordando otras.—Dime qué tiene de especial él— solté —a como yo recuerdo, él que te adoptó fui yo.
Gruñó.
—Ya sé que has defendido a varias personas además de mi, pero, quiero saber porqué a él en especial lo quieres tan cerca de los dos— tomé su cabeza y la elevé para que me viera directamente —¿Quién es él realmente?
Aún era tarde, habían pasado pocas horas desde que hice el trato con aquel chico, aún podía recordar la emoción y su sonrisa al momento que le dije que aceptaría ser su entrenador.
Ni siquiera yo supe porqué accedí, todo fue orden de Dakar, que me guió y guió de regreso al café.
Pero era verdad que, cuando lo ví temblando porque estuve apunto de golpearlo de nuevo, fue una sensación de arrepentimiento grande, el golpe que recibió tampoco se quedaba atrás, no me enorgullece no poder controlarme.A mí mente vino ese momento del beso, sus labios eran muy agradables al tacto sinceramente, y sabían moverse con mi boca. Cómo haya sido en su momento, no debió besarme en ninguna circunstancia.
No era el beso lo que me causaba tanto conflicto, lo que en verdad me daba mucho en qué pensar, era que pude haberlo detenido enseguida, pero preferí corresponderle.
Agh, ya estoy pensando demasiado en ello.
Negué para mí mismo, alejando todo pensamiento de Myles Young.
—Deberíamos ir a terminar el sensor para abrir puertas— opiné con curiosidad —¿O prefieres ir a comer?
Él solo se levantó y se sentó en otro lugar, en dirección contraria a dónde estaba el departamento.
—Los perros nunca se equivocan— aseguré levantándome por igual.
Sacudí mi ropa antes de empezar a caminar junto con él hacia algún lugar de comida rápida.
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Último Round [Gay]
Novela JuvenilLas peleas clandestinas han sido mi trabajo desde hace años, aún podía recordar la primera vez que participé en una, y de ninguna manera fue por querer causar problemas. Pero, quién diría que con el tiempo conocería al rival más difícil de vencer, p...