12.- "Disculpas Lejanas"

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Myles Young

No era miedo lo que tenía, más bien, no tanto. Lo que había pasado con Brent, me dejó más preocupado por él que por mi.

Quizá había sido mi culpa haberlo hostigado tanto. Quizá había tenido alguna pelea y ya estaba enojado. No sabía nada con claridad, pero si estaba bastante preocupado por lo que le pasó.

También claro, por la manera en la que me soltó ese golpe, no iba a mentir, en ese instante, mi instinto humano me dijo corre de ahí. Pero ya estando de los dormitorios, fue que empecé a razonar todo.

Mucho menos iba a negar que, lo extrañaba.

No había ni pasado una semana cuando yo ya tenía la necesidad de volver a ir con él por las tardes. Y todos los días, solo recibía mensajes de él pidiendo perdón.

Y era verdad, el boxeo era algo que estaba aprendiendo poco a poco con su ayuda, él me había enseñado cosas, cómo a vendarme la mano para no lastimarla a la hora de golpear el saco, o algunas buenas técnicas de cómo lanzar golpea con el puño.

Era sorprendente que supiera tanto, parecía que de verdad era bueno en eso.
Claro que, era divertido verlo regañarme en susurros mientras vendaba mi muñeca porque a mí aún se me dificultaba.

Incluso yo me sentía mal conmigo mismo por no contactarme, ¿Estaré siendo muy duro con él?
No lo creo, a mi parecer solo necesitaba alejarme un poco por... Seguridad.

Me mantenía perdido en mis pensamientos, en un laberinto del cual tenía que encontrar la manera de saber qué iba a hacer, ¿Debía alejarme de Brent? O debía disculparlo.

De pronto, sentí un golpe en mi cabeza.

—¡Oye!— me quejé con el asiento a mi derecha.

—Pon atención, vamos a comenzar un examen— dijo Leandro.

Sobé mi cabeza y solo observé al maestro venir con una hoja, la entregó en mi asiento y suspiré.

—Tienen una hora— dijo el maestro cuando todos pudimos empezar a responder.

...

—Si no me mata la universidad, me mato yo— soltó un cansado Alek a un lado de mi, dramático como siempre.

—Deberías agradecer que en dos meses comenzamos prácticas— le agregó Lean por otro lado.

—Y Myles esperó tres años casi y nada para separarnos, para llevarnos al café por primera vez, esa no es una señal de buena amistad— se quejó de nuevo el de cabello verde.

—Estuvieron muy ocupados como para ir a verme servir café— respondí.

Íbamos camino al café, me serviría para despejarme del tema de Brent, comenzaba a aceptar que lo mejor sería alejarme si no quería que las cosas empeoraran.

Al cruzar el campo principal y llegar a la entrada de la universidad, fue que ví a alguien que hace mucho no veía, ya que solo lo había visto una vez.

—¡Sonrisita!— dijo el amigo de Brent, alegre, caminando a mi.

En cuanto llegó, no esperó nada para abrazarme de los hombros, levantándome así un poco también.

—¿Hola?— dije sin aire —¡Me ahogo!

Me soltó inocentemente y empezó a tocar mi cara y examinarla.

—A ver, rubio, ojos plateados, complexión delgada-fuerte— señaló —dame una sonrisa.

Ni siquiera supe por qué le hice caso, pero le sonreí.

Último Round [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora