Myles Young
Ver a alguien tan confundido e intentando razonar todo, es divertido, más cuando se trata de Jones. Más por el hecho de que, al no demostrar tanto, haberlo visto así de conmocionado en su momento, fue muy agradable.
Pero mientras estábamos en el café hablando, mi cabeza no dejaba de repetir su sonrisa de hace unos momentos, simplemente no salía de mi cabeza.
Y el café al parecer estaba en buenas manos, la gente ya había bajado según lo que Wen me contó, ahora solo habíamos unos cuántos, y él, junto con Mei y Tabatha, estaban trabajando.
—Sigo sin creerlo— comentó dándome una pequeña risa —quiero decir, solo eras un niño, y yo tenía, ¿Cuántos? Catorce, o quince.
—Yo también me sorprendí cuando te vi— solté —recuerdo bien que fui amenazado luego de eso.
—Me estabas acosando, ¿Qué iba a hacerte? ¿Aplaudirte?— cuestionó sarcástico.
Negué riendo, este sentimiento de poder hablar con él era de las mejores sensaciones que he tenido, no entendía por qué, pero el hecho de estar solo hablando, y descubrir que él no es el mismo Brent que vi hace días, me llena de confort.
Porque Brent es amigable, es divertido, pero aún no comprendo que es lo que lo hace sacar su lado más agresivo.
—A decir verdad, me sorprendió que Dakar también haya entrado en mi defensa siendo un cachorro— dije acariciando al perro por un lado.
—Es muy inteligente— comentó —pero es muy curioso, busca que sucedan cosas que no entiendo por qué quieren que pase.
—¿Por ejemplo?— pregunté.
Alzó los hombros despreocupado. —Ya lo has visto, siempre quiere que te aparezcas con nosotros, algo debe querer de ambos.
Sonreí abiertamente, Dakar cada vez se ganaba más mi cariño.
—Y..., ¿Cómo fue que entraste al callejón?.
La charla no era incómoda, no como yo pensaba, creí que Brent pasaría todo este tiempo con respuestas cortas y secas, pero no era así, realmente hablaba más de lo que parecía.
Era como si todo lo que Brent proyectaba, solo era una capa del verdadero él.
—Iba caminando con él, había pasado para comprar medicinas, ví a un enano rubio entrar a un callejón, no me importó— dijo en risas —pero luego observé que dos chicos más grandes te habían visto y seguido, se notaba desde lejos que algo iría mal.
Y pensar que uno de esos chicos llegó a gustarme.
Siguió. —Ya estaba enojado antes de seguirlos, no había encontrado toda las medicinas que buscaba, y cuando los ví golpearte, hice un acto de caridad para ambos, a ti no te hicieron algo peor, y yo descargué mucho enojo.
—Entiendo— asentí varias veces, mi barbilla se recargó en la mesa, imitando la postura de Dakar —no creí que volvería a ver al chico que me defendió, pero, me gusta que de nuevo apareciste, tardaste bastante.
Asintió como si lo hubiera regañado, provocándome otra sonrisa. Creo que he perdido la cuenta de las veces que he reído con él hoy.
—Por cierto, hay un favor que quisiera pedirte— llamó mi atención —más bien, es un favor de otra persona, pero me incluye.
Asentí. —Dime.
—Se trata del chico que vino conmigo el otro día, Ricky— empezó —su madre pasó por un accidente y, eso la llevó a quedarse sin un brazo, no quiero darte toda la historia, pero, tú estudias ingeniería biomédica, y solo quería saber si tú podrías...
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Último Round [Gay]
Novela JuvenilLas peleas clandestinas han sido mi trabajo desde hace años, aún podía recordar la primera vez que participé en una, y de ninguna manera fue por querer causar problemas. Pero, quién diría que con el tiempo conocería al rival más difícil de vencer, p...