Wen Sopha
Hoy es un excelente día para atender clientes.
Abrir el café es algo que siempre se disfrutaba, a pesar de ser el único trabajo que Mei y yo tenemos, nos gustaba bastante.
Era la misma rutina monótona de todos los días, quizá podía volverse tediosa y hasta irritante, pero aún así, nos gustaba cuando llegaba el momento de servir lo que fuera.
Tomando en cuenta eso, estar de mal humor no era raro en mi, pero tampoco era algo que solo era por instinto por lo repetitivo de mis días.
Y sí, probablemente era cierto que ya necesitaba algo nuevo en mis días. A comparación de mi hermana, yo preferí seguir una rutina de despertar, trabajar y regresar a casa. Mientras que ella hacia diversas cosas antes de trabajar o después, simplemente ella no conocía el aburrimiento.
Mucho menos iba a conocerlo ahora que tenía una nueva amiga que venía todos los días a visitarnos junto con Myles, y justo como ahora, es que Tabatha llega antes que el mismo Myles.
Yo estaba en la caja, esperando a cualquier cliente, y ambas chicas estaban en el cuarto de servicio.
Visto que no llegan muchas personas entre las dos y las cuatro, decidí ir a echarles un vistazo.
Para cuando entré al cuarto, observé como la del cabello gris lloraba, y mi hermana la consolaba.
—¿Por qué está llorando?— pregunté a Mei.
—Su artista favorito sacó una nueva canción— me respondió con seriedad —está sensible ahora.
La miré serio. —Por una canción.
—¡Él es tan bonito!— dijo Tabatha entre lágrimas —¡¿POR QUÉ NO ESTÁN LLORANDO?!
—Solo no llores tan fuerte— le advertí —van a pensar que maltratamos gente.
Asintió limpiando sus lágrimas. —Pon la canción de nuevo.
Iba a volver a cuestionarle su decisión, porque no entendí, si una canción la pone a llorar, ¿Por qué la vuelve a escuchar? La gente es muy exótica.
La campana de alguien entrando se hizo oír por el café, rápidamente me regresé para atender a la persona.
Ante mis ojos, se encontraba un chico impresionantemente alto, con algunos rasgos asiáticos, su cabello era castaño oscuro el cual le llegaba hasta los hombros. A primera vista, alguien muy guapo.
Vestía con una ropa muy costosa a mi parecer, no era que estuviera en contra de que la gente portara cosas que puede tener, solo que no acostumbraba a ver personas así en el café, eso es bueno, más publicidad para nosotros.
Su perfil era demasiado rudo pero atractivo, y varias personas del café lo miraban ¿Quién será?
Recordaba haberlo visto en algún lado, pero no recuerdo dónde.
Y él parecía disfrutar las miradas, era algo así como un chico que era sexy, y él sabía que era sexy.
Qué fastidio.
—Hola, ¿Podrías darme la clave del wifi?— preguntó directamente, casi como una orden.
Asentí. —Tienes que ordenar primero.
Me miró con seriedad y suspiró irritado, para después volver a hablar.
—Bien, eh, dame un capuccino.
Alcé los brazos sin importancia, me giré y serví su café casi sin apuros.
A primera impresión, puedo ver qué no es muy paciente. Últimamente han venido muchas personas impacientes, y Myles está de acuerdo.
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Último Round [Gay]
Roman pour AdolescentsLas peleas clandestinas han sido mi trabajo desde hace años, aún podía recordar la primera vez que participé en una, y de ninguna manera fue por querer causar problemas. Pero, quién diría que con el tiempo conocería al rival más difícil de vencer, p...