Miro el reloj en la pared de mi habitación. Estoy un poco impaciente, hace media hora Debram me dijo que prepare mi maleta por que me tenia una sorpresa, y estoy ansiosa, lo más probable es que me deje ir.
-Tranquila Gema. - dice Ana dejando mi maleta encima de la cama.
-Espero que Debram me deje volver con mi familia. - digo con emoción.
-Pequeña, no quiero que te ilusiones tanto. Debram no es una persona de confiar, además él ya te dejo muchas veces en claro que no te dejara ir de su lado. - Ana mata toda mi emoción con sus palabras.
Pero ella tiene mucha razón, Debram ni en broma me dejaría libre.
La puerta de mi habitación se habré dejando ver Dann quien me muestra una leve sonrisa y sus ojos coinciden con los mios mostrando arrepentimiento.
-El joven Debram la está esperando señorita Gema. - luego de decir eso cierra la puerta de mi habitación dejándome sola con Ana otra vez.
-¿Si es tu mejor amigo?. - pregunta con curiosidad.
-Lo era Ana, lo era. - suspiro.
-Lo lamento mucho pequeña. - me abraza.
-Ya no importa. - digo correspondiendo a su abrazo.
-Bien, vamos que el señor Debram te espera. - Ana se separa de mi, toma mi maleta y salimos juntas de mi habitación.
Un pequeño nerviosismo recorre mi cuerpo, quiero pensar que Debram me dejará pero Ana me recordó que mi esposo no lo haría.
Cuando llegamos al gran salón veo a Mía discutir con Debram. Es una chica demasiado problemática y celosa, como si yo tuviera intención de estar con su adorado hermano.
-¡No te lleves a esa serpiente!. - grita ella enojada.
-¡Es mi esposa!¡tienes que entenderlo de una puta vez!. - exclama Debram furioso.
Odio a esa rubia oxigenada.
Ana se acerca a Debram quien luego gira sobre sus talones para verme. Este le da un orden a Nick quien también esta en el salón.
Nick toma mi maleta y sale junto a Ana del gran salón.
Debram se acerca a mi y me toma de la mano.
-Adiós Mia. - dice él mientras comienza a caminar hacia la salida.
Al salir de la mansión nos dirigimos al auto negro de mi esposo. Dann nos espera con la puerta del auto abierta.
Debram hace que entre primero y luego él.
-No necesito que vengas con nosotros Dann - sonríe Debram - me iré con mi mujer de luna de miel. - cierra la puerta del auto dejando afuera a Dann que se quedo completamente atónito.
En solo unos simples segundos el auto arranca a toda velocidad, dejando atrás a la mansión.
(...)
Estoy asustada, no se si Debram lo dijo en broma o hablaba enserio sobre la luna de miel. Ya ha pasado más de dos horas y por lo que veo a mi casa no nos vamos. Esto me ha puesto mal, tenía una poca de esperanza de que se le hablande el corazón a este hombre tan frío con el que me unieron en contra de mi voluntad.
-Ahora si tendrás una luna de miel de verdad. - dice tomando mi rostro en sus manos.
Mi corazón palpita rápidamente. ¿Es enserio?.
Trago saliva.
-Te pusiste pálida otra vez. - ríe.
Sus duras manos sueltan mi rostro para luego tomar una de mis manos.
-Ya a pasado más de una semana, deberías acostumbrarte a esto. Eres mi esposa Gema. - sus palabras no tienen ni un límite de respeto al decir eso. ¡Esta casado con una niña!.
-¿Como podría acostumbrarme a eso?, me alejaste de mi familia. Eres un completo desconocido para mi, soy una niña y solo quiero ir a la escuela. Volver con mi madre para cuidar de mis hermanos. Odio tener que estar casada con un hombre como tú. - retiro mi mano bruscamente de la suya.
-¿Como te atreves?. - me abofetea.
Mi mejilla arde.
-¡Solo digo la verdad!. - grito para luego recibir otra bofetada.
-No quiero matarte en nuestra luna de miel Gema. Así que por favor cierra la boca de una maldita vez. - ordena furioso.
Tiemblo de miedo. Trato de controlar mi respiración, observo por la ventana y solo logro ver la carretera. No hay muchos autos que van hacia la misma dirección que nosotros.
Suspiro.
¿Cómo estarán mi madre y mis hermanos?. Los extraño demasiado, ojala pueda verlos pronto.
El auto se desvía de la carretera y se interna en un especie de bosque. ¿A donde vamos?.
Me siento muy asustada. ¿Qué esta planeando Debram ahora?.
Luego de varios minutos logro ver a lo lejos un pequeño camino que conduce a una ¿cabaña?.
Al llegar Nick detiene el auto.
-Llegamos señor. - comenta el castaño.
-Lo sé Nick - dice Debram bajando del auto - muy bien pequeña, es hora de que salgas del auto. - me extiende su mano la cual tomo y bajo del auto.
-¿Qué hacemos aquí?. - esa es una pregunta tonta.
-Ya te lo dije. - sonríe.
Esto no me gusta para nada. Es mi perdición, no quiero estar aquí.
-No tengas miedo nena, aun no te voy comer. - sonríe con picardía mostrando su dentadura muy bien cuidada.
Mi corazón se acelera haciendo que apenas pueda respirar. Trago saliva.
Entonces...¿esta vez si lo hará?.
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La esposa joven
RomanceCumplir los quince años no siempre es lo mejor, aveces es simplemente una maldición.