Capítulo 42

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DEBRAM

-¿Y? ¿Aceptas Debram?

-No - respondí sin siquiera dudarlo - no te daré a mi esposa ni mucho menos mi negocio. Sabes que de trata de ganar o perder, y lamentablemente yo fui el vencedor - sonreí.

-De acuerdo, intenté hacerlo por las buenas querido amigo - sonrío maliciosamente.

El celular vibró de repente.

-Un momento - dije alejándome de Said y sus hombres - ¿si? - contesté.

-Señor, malas noticias - era Nick y sonaba muy agitado - la señora Gema a desaparecido.

-¿¡Qué!? ¡No es verdad! ¡no puede serlo! - grite con enojo.

-Los hombres de Said la encontraron en el hospital y se la quisieron llevar, pero al parecer logró escapar - un disparo se escucho muy cerca - los demás ya comenzaron su búsqueda, pero no la hemos encontrado aún señor.

-¡Sigan haciendolo y acaben con esos malditos miserables! - grite para después cortar la llamada - Said, eres hombre muerto - saque mi arma y le apunte al corazón.

Él sólo río a fuertes carcajadas.

-Maldito hijo de puta - dije apretando los puños.

-Por las malas es más fácil que aceptes querido Debram - encendió un cigarrillo - tendré a tu esposa y vengare la muerte de mi hermana - dio la señal para que sus hombres me apunten a la vez que los mios apuntan a estos.

Un tiroteo jamás sale bien y menos estando tan cerca del enemigo. Pero eso no significa que perderé.

-Te demostraré que es ser realmente un villano - sonreí.

Said escupió al suelo, dando por inicio al tiroteo.

(...)

-¡Gema! - grite con todas mis fuerzas al llegar al hospital.

-Señor - dijo Nick acercándose a mí - usted está...

-Gema, ¿Dónde esta? ¿¡Dónde diablos esta mi mujer!? - mi desesperación crecía cada vez más y esa sensación de perdercla hacia que mi estómago se revolviera.

-Aun la estamos buscando.

-Él está aquí ¿verdad? - y ahí estaba otra vez, esa sensación de amargura.

-Sí señor, pero sigue inconsciente.

-Encuentrenla ahora mismo Nick ¡ahora!

-Si señor.

Salí a grandes zancadas del hospital para ingresar al auto.

Joder Gema, ¿Dónde estás? ¿Por qué carajos haces esto? Cuando te encuentre... ¡ahhh!

¡Maldita sea!

Recorrí toda la estupida ciudad y no la encontré, fui hacia su antiguo barrio y no la encontré. ¿¡Donde estaba mi Gema!? ¿¡Dónde!?

Saqué el móvil y procedí a llamar a uno de mis familiares en la agencia secreta.

-Vaya vaya, el famoso Debram - río - ¿ahora quien se te escapó de las manos?

-Gema Campbell, quince años, de estatura baja y ojos azules, cabello pelirrojo y tiene una actitud rebelde. La quiero en la mansión - ordene.

-Muy bien, esto te saldrá caro... - le interrumpí.

-¡No me importa lo que tenga que pagar! ¡Solo la quiero devuelta joder! - ¿Acaso no lo entendía? - No tardes.

-Ya di la orden Debram, la estan buscando y en unos minutos la tendré localizada, no te preocupes - luego de escuchar eso colgué la llamada.

¿Qué no me preocupe? Hijo de puta, es mi esposa como carajos quiere que no me preocupe.

¡Así tenga que destruir el maldito país la voy a encontrar!

Frustrado seguí manejando por todo el lugar donde me encontraba, pero al final termine en el colegio.

Ingrese sin problema algún y procedí a reunir a mis hombres en cubierto. Los demás alumnos nos miraron boquiabiertos, confusos al ver a "un grupo de alumnos" con un hombre que tenía un arma en mano.

-A cualquiera que no proteja bien a Gema le voy a volar la cabeza ¿entendido?

-Si señor - dijeron todos al uní solo.

-Les entregue todo lo necesario y si no están dispuestos a velar por su seguridad se puede ir ahora mismo - espete.

Sin querer mis ojos encontraron a la hermana de Nick.

-Y tú, hermana de Nick, me decepciona saber que el mejor de mis hombres tenga una hermana tan inútil - dije duramente a la vez que la miraba con odio y desprecio.

Me desesperaba que estuviera tan cerca y no supiera cuidarla como debe.

-Lo lamento se... - se detuvo al escuchar mi celular sonar.

Saque el celular de mi bolsillo para atender la llamada.

-¿Sí?

-La encontramos - dijo mi primo desde la otra línea - la localizamos cerca de ti.

Mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente.

Salí corriendo del colegio y miré a mi alrededor buscándola.

-¿¡Donde!? - pregunte con desesperación.

-Debram... - dijeron a mis espaldas.

El mundo se detuvo, el silencio se hizo presente y por primera vez pude escuchar el latir de mi propio corazón.

Gire sobre mi eje y ahí estaba ella. Con las rodillas llena de raspones, sus cabellos pegados al rostro y los párpados hinchados se tanto llorar. Traía el uniforme rasgado y sucio, sus manos tenían algunos aruñones y su caminar era muy lento.

Un nudo se me formó en la garganta y el dolor de verla así era igual de grande que mi odio hacia las personas que la hicieron pasar por todo esto.

Solté el celular y corrí hacia ella, abrazandola fuertemente mientras ambos caíamos al suelo. Sus pequeños brazos rodearon mi cuello y se dejó caer en mí.

-Gema... - susurre acariciando su cabello.

-¿Por qué tardaste tanto? - pregunto haciendo que me sorprenda.

-Perdóname - besé su mejilla.

Gema se separo levemente de mí para mirarme directamente a los ojos.

-Pensé que moriría - sus lágrimas empañaban sus mejillas y su pequeño cuerpo temblaba.

Joder, como dolía verla en ese estado.

-No lo voy a permitir Gema, prefiero entregar mi vida a cambio de la tuya - besé su frente.

-Debram ¡estas sangrando! - exclamó asustada.

¿Sangrando?

Ella señaló mi brazo a lo que volteé a verme y efectivamente, una bala me había rosado el brazo, pero no sentí el dolor hasta que Gema me lo dijo.

-Eso no es nada - le sonreí - vayamos a casa, tu mamá debe estar muy preocupada - dije levantándome para después ofrecerle mi mano.

Ella dudo un poco antes de aceptar mi ayuda.

-Vayamos a casa - sonrío.

Antes podía mover tierra, cielo y mar solo por matar a alguien que estaba en deuda conmigo, pero jamás pensé que también podría hacerlo por alguien que me había cautivado, enamorado, dominado. Obligando así a mi corazón a necesitarla para querer vivir y poder tener paz.

-Debram.

-¿Sí?

-Te extrañé.

Gema, estoy loco por ti.

-Yo también te extrañé, hermosa Gema.

La esposa jovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora