Capítulo 22: Secretos

298 41 0
                                    

Capítulo 22:
Secretos

Capítulo 22:Secretos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Danna

El ascensor se detiene en el cuarto piso. Las puertas de metal se abren y nos encontramos en el pasillo. Tomamos a la derecha, Gustavo ve los números en las puertas y luego verifica la dirección en el papel. Nos detenemos y toca tres veces.

Un chico de cuerpo musculoso y ojos oscuros nos abre la puerta. Lo reconozco de inmediato, es Robert.

— ¿Qué hacemos en la casa de este imbécil? —pregunta Nick con molestia.

— ¿Lo conocen? —Gustavo nos mira, desconcertado.

—Sí —respondemos tajantemente.

Robert me mira de una manera que me inquieta, siento que me desnuda con la mirada y lo único que puedo sentir es asco y repulsión. Él se hace a un lado para que pasemos; Gustavo entra sin más. Nick me toma de la mano y al pasar frente a él ambos se dedican miradas matadoras, y yo me estremezco al tenerlo cerca.

El departamento es pequeño y sencillo, no hay mucha decoración. En el recibidor están Estela, Nina y una mujer que no conozco.

—Ya han llegado —escucho hablar a la mujer con sorna—, siéntense por favor.

Es una mujer mayor, como mi madre, de piel descuidada, cabello casi completamente blanco y con unos ojos negros aterradoramente saltones.

—La hija de Elizabeth —dice mirándome con repulsión.

—Veo que la conoces bien —dice Estela tajante. Se nota que no son exactamente amigas—. Así que vayamos al grano, ¿qué trabajo hiciste para su familia, Anabel?

—Solo les ayudé en un momento de desesperación —responde Anabel con tranquilidad.

— ¿Ayudar?, me sorprende, ya que no conoces el significado de esa palabra —Estela suena sarcástica.

Me parece que se conocen, y no precisamente por mí.

—Elena vino a mí hace poco, en busca de ayuda. Es una pena, no pude hacer nada...

— ¿Desde cuándo conoces a la familia? —inquiere Estela. Mi pequeña sobrina está pegada a ella con las piernas cruzadas. Taciturna. Se quedará dormida pronto.

—Elizabeth me busco hace muchos años para que la ayudara con una de sus hijas, una de las gemelas... la niña estaba casi muerta... su alma aún no se había desprendido completamente de su cuerpo, por lo que pude hacerla volver sin romper las reglas.

— ¿Y eso fue todo? —pregunto. Elena dijo que ella aclararía todo mi pasado y solo ha dicho algo que ya nos suponíamos.

—Eso es todo —afirma.

—No te creo —replica Estela.

En la sala hay mucha tensión, no solo entre estas dos mujeres que parecen conocerse de toda la vida, y es evidente que no confían entre ellas. También, entre Nick y Robert. Mi novio se ha llevado la mano a la cadena que tiene en el pecho, y no quita la mirada a la mujer y su hijo.

Sangre Maldita (Trilogía- Más allá de la muerte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora