Sangre Maldita (Trilogía- Más allá de la muerte 1)

Epilogo

Epilogo

Nick

Por el momento se ha acabado.

Sostengo la pequeña guadaña en un puño cerrado contra mi pecho. El ardor sobre la piel ha ido disminuyendo. Desde que pise la casa de Elena estuvo ardiendo contra mi pecho, advirtiéndome del peligro.

Todo salió bien. Amaia esta aterrada con la experiencia, si antes no creía en nada sobrenatural, ahora estoy seguro de que no dudara nunca más de la existencia del mundo espiritual. Ahora tendrá otra perspectiva de la vida.

Danna me mira desde la ventana del Ford fiesta en movimiento, alejándose de regreso a casa con Alexis al volante y mi hermana de copiloto, Manuel dormido en la parte de atrás entre Amaia y Danna. Ella no ha dicho mucho, y no sé qué fue lo ocurrió allá dentro, pero ella está bien y es lo único que importa.

—Estarán bien —dice mi madre desde la camioneta encendida. Rodeo y subo al puesto de copiloto.

Thomas sigue en el hospital, y lo último que supimos es que Danny lo ataco. Convulsionaba en la camilla... las enfermeras tuvieron que haberle retirado sus protecciones, y ella tuvo vía libre para lastimarlo.

—Por el momento —musito.

No puedo confiar en esa niña. Danny fue condenada a una existencia entre tinieblas por su propia madre, y liberarla se está convirtiendo en trabajo más difícil que he tenido en mi vida.

—No solo se debe tener cuidado con los muertos, ahora también de los vivos. Anabel y su hijo intentaron deshacerse de Danna, lo que nos ratifica que han perdido completo control de Danny.

Salimos a la avenida.

—Ninguna de las dos nos dirá donde sepultaron a Danny. ¿Puedes rastrear sus huesos?

Sé que mi madre no quiere involucrarse demasiado con este caso. Le recuerda al último trabajo que acabo con la vida de mi padre.

—Se puede intentar, pero antes vamos a intentar de nuevo hablar con Anabel y la madre de Danna. También podemos revisar la casa, pero esperaremos que pase un tiempo. A que la policía se retire, cierre el caso, que se calmen las aguas. Si nada de eso nos funciona, entonces haremos el rastreo.

—Pensé que no accederías.

—No lo haría si ciertas personas no se hubieran involucrado —su tonito ácido me hace reír—. Además, Anabel está involucrada. Ella tiene algunos pendientes conmigo.

Eso es lo que la mantuvo fuera de casa todo este tiempo.

—¿De dónde la conoces?

Ella tamborilea sus dedos sobre el volante. Mueve la cabeza en negación sin apartar la vista de la carretera.

—La conocí hace par de años. No es la misma persona que es ahora.

Es más que un par de años. Tenían que haberse conocido hace más de veinte años aproximadamente la edad de Robert. Esa mujer ni siquiera es contemporánea con la madre de Danna, se ve mucho mayor.

—Ha envejecido, hasta parece demacrada.

—No me refería a eso, pero tienes razón. No es tan mayor como se ve. Recuerda que la vida pasa factura, Nick. La maldad siempre encuentra el camino de vuelta a casa. El daño siempre retorna y te merma gota a gota. Tanto Anabel como Elizabeth están pagando una deuda y es de cifras muy altas.