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Goku

—No lo hagas!. Dales una oportunidad te lo ruego—Dije mirando a él sujeto que me estaba trayendo todo este sufrimiento
—Es demasiado tarde Kakarotto, toda esta existencia cumplió su papel con la vida . Todo duró lo que tuvo que durar, se hizo lo que se tenía que hacer. Así está escrito todo, hasta esta conversación —El sujeto se elevó en el cielo y solo logre a escuchar unas palabras
—Vuelve a vivir Kakarotto —. Solo alcanze a ver un gran destello que me hizo cerrar los ojos y a partir de ahí no supe nada más, quedé en una especie de tranze. Que quiso decir con —"Vuelve a vivir" — No lo sabía, pero después de todo lo que paso, si había algo claro y eso era que ya no tenía ganas de vivir. Todo lo había perdido, no quedaba nada. Mi familia, mis amigos, todo lo perdí. Ese sujeto me dio a entender lo débil que era en realidad. No pude hacer nada en su contra, aún así se compadecio de mi, si a eso le puede llamar compasión. Solo me dejó ver desaparecer a todos mis amigos.
No supe nada más, todo se puso negro.

Narrador

En una sala de parto se encontraba una joven señora, de aproximadamente unos 25 años, está se encontraba dando a luz.
—Puje fuerte señora Gine —. Le dijo una de las enfermeras a la antes mencionada. Esta solo soltaba gritos de dolor y angustia, solo quería que eso terminara de una vez. Su dolor se alivio al escuchar el llanto de su bebé.
—Felicidades señora, es un lindo niño—. La felicito la enfermera y procedio a darle al bebe para que lo cargará en sus brazos.
—Mi pequeño Kakarotto —. Dijo la madre del Saiyajin mirando con ternura a su hijo, sentía la mayor alegría de su vida.
—Señora,tenemos que poner al niño en una de las cápsulas —. Dijo un doctor. Gine no quería separarse tan rápido de su hijo, pero no podía hacer nada. Sin más que hacer le entrego su bebe a el doctor y este salió de la sala de parto.
Dejaron a Gine un día en reposo para asegurarse de que se encontraba bien. Al pasar el día y ver que esta se encontraba bien le dieron de alta.
Gine se fue hacia su hogar, continuó con su vida cotidiana. Esta era cocinera, se encargaba de alimentar a los Saiyajins que llegaban del campo de batalla.
—Ya volví, Gine—. Esta se dio vuelta al reconocer la voz y se lanzó a abrazarlo.
—Bardock! —. Dijo ella aun sin soltarlo, estaba feliz de que el haya podido regresar a salvo del campo de batalla.
—¿Y Kakarotto? —. Pregunto este a la saiyajin, esta suspiro y dejó de abrazarlo.
—Sigue en una capsula —. Dijo ella confundiendo a Bardock.
—¿No lo tienes contigo? —. Pregunto Bardock y ella solo negó con la cabeza.
Pasaron dos días y ya les habían dado la custodia de Kakarotto.
—Es idéntico a ti, Bardock —. Dijo Gine mirando a su hijo con una sonrisa, miró a Bardock y este de igual manera estaba sonriendo.
—Si, tienes razón. El sera el más fuerte —. Dijo Bardock. Puso un objeto para medír el poder de su hijo.
—¿De cuánto es su poder? —. Pregunto Gine, Bardock miró el rastreador y este marcó 250 de poder, pero en una fracción de segundo el rastreador subió de sobre manera, pero volvió a 250 igual de rápido. Esto confundio a Bardock, pero no quiso ponerle mente a eso
—Su poder es de 250 unidades —. Le dijo Bardock a su Mujer y está sonrió por eso

Años después

Goku

—Tienes que despertar... Despierta... Despierta... DESPIERTA—.
Me desperté agitado, sudando más de lo normal, estaba... Asustado. Era la misma pesadilla de siempre, yo en el campo de batalla, miles de muertos al rededor mío y ese sujeto, no se porque al recordarlo me da una ira incontenible y al final siempre esa voz pidiendo que despierte, que despierte de que. Del sueño tal vez.
—Kakarotto, es hora de entrenar. —. Escuche la voz de mi hermano Raditz, mire donde se encontraba y este estaba recostado en la puerta de mi habitación. Suspiré y me levante de la cama. Baje las escaleras y me encontré a mi madre y padre sentados en el comedor.
—Buenos días —. Salude y me senté a comer. Hablamos sobre las misiones de papá todo el rato, aunque no era algo que me interesara mucho que digamos. Eramos la raza más fuerte, no había nadie que nos desafiara. Incluso los demonios del frío nos temían.
—En unas semanas cumplirás 10 años Kakarotto, será momento de que hagas las pruebas —. Dijo mi padre y solo suspiré, no era que no quisiera, pero tampoco era algo que me llamaba mucho la atención.
—Me patearan el trasero —. Dije y seguí comiendo, aunque Raditz no tardo en estallar en carcajadas.
—Eso es por tu falta de interés, a partir de ahora seré yo quien te entrene. No voy a permitir que mi hijo sea un debilucho —. Me dijo y terminamos de comer. Como el dijo, comenzó a entrenarme. Todos los días, desde que amanecia, hasta que anochesia.
Me encontraba caminando por las calles de la ciudad hasta que alguien llamó mi atención.
—Kakarotto.! —. Volví a ver hacia el lugar de donde me llamaban y vi como mi mejor amigo venía corriendo con una manada de saiyajins furiosos detrás.
—No te quedes ahí parado. Corre! —. Reaccione y salí corriendo junto a él. Corrimos por toda la ciudad hasta que los perdimos, luego de eso volamos hacia una montaña.
—Y ahora que hiciste —. Pregunté a Eugeo, por alguna extraña razón el tenía un don para meterse en problemas.
—N-No hice nada —. Me dijo nervioso y no seguí preguntando.
—Oye Kakarotto, ¿vas a hacer las pruebas? —. Me pregunto y lo mire seriamente, solté un suspiro y le asentí con la cabeza.
—Si, Papá quiere que haga las pruebas. Pero no es que quiera hacerlas —. Le respondí y el sonrió
—Genial.! Espero que nos toque el mismo escuadrón. Sabes, escuche que la princesa también hará las pruebas —. Eso me tomo por sorpresa. ¿La princesa? Nunca la había visto, pero claro, era de esperarse. Nunca sale de su castillo. De seguro tiene el mismo mal genio que su hermano mayor, es un pesado.
—Escuche que es increíblemente fuerte —. Continuó diciendo Eugeo y lo mire. ¿Tan fuerte era? Bueno no es de extrañarse que así sea, después de todo es la hija del Gran Rey Vegeta, su hermano también era un sujeto extremadamente poderoso.
—Pensar que tal vez tenga que enfrentarla hace que me emocióne —. Le dije a Eugeo y me puse de pie. —Nos vemos amigo, tengo que llegar para cenar —. Me despedí y emprendí vuelo hacia mi casa

Kakarott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora